Por Ricardo Andrade Jardí
Afirmaba una seudo comunicadora de Televisa, en su diario programa de radio “que es indignante para ‘la sociedad’ saber que Luz y Fuerza del Centro, una empresa mexicana y de los mexicanos —en teoría, claro— le cueste a cada mexicano algo así como 400 pesos al año”.
Resulta peligrosamente curioso que la seudo comunicadora no mencione ni por error lo que le cuesta a cada mexicano el rescate bancario. Esa deuda privada que ha sido convertida a deuda pública. Y no olvidemos que con el voto del PRI y del PAN. Deuda que equivale a una deuda que cada mexicano tiene que pagar desde que nace. Deuda que ni sus nietos terminarán de pagar la cuenta “original”. Deuda que se suma a la que cada recién nacido, por el hecho de nacer en México, le debe a Roberto Hernández y a la pandilla de ladrones que detrás del FOBAPROA se esconden.
La diferencia, suponiendo que LyFC nos costara 400 pesos a cada mexicano, es que LyFC es una empresa pública y los bancos son empresas privadas en manos de vulgares ladrones y ahora en el caso de algunos en manos de gobiernos extranjeros e intervencionistas.
El compañero, “El Jaime”, me comentaba en relación con lo del “Consenso de Washington”, que el síndrome de los mexicanos, o de una buena parte de los que aún se sienten clase media, podría ser denominado Como el del “Síndrome de Estocolmo social”, más o menos estas fueron sus palabras: “vemos que en lo social existe el mismo síndrome que hemos llamado ‘Síndrome de Estocolmo Social’, que produce los mismos efectos que el Síndrome de Estocolmo: justificamos a nuestro agresor y hasta nos ponemos en sus pinches zapatos y todo se le perdona, ‘porque nos está perdonando la vida’ (ha lugar a los medios de comunicación y que ya sabemos quiénes son, que así actúan), entre otros muchos actores, cuando en realidad nos ha estado mutilando poco a poco”.
¿Si son recursos lo qué se busca con la ilegal y mentirosa extinción de LyFC, como lo afirma el senador Beltrones del “Nuevo PRI”, al fijar la posición de su partido en favor de la patronal y no de los trabajadores mexicanos ¿por qué no liquidar el FOBAPROA?
La economía nacional se mejoraría de verdad y más aún si se les cobra a los beneficiarios de ese robo, es decir a todos los capitalistas empresarios, lo mucho que le han quitado a México.
La liquidación de LyFC es el ejemplo de los dos Méxicos: reventar al SME es el anuncio de cómo serán las cosas en el país, acorde a lo pactado en el Plan Mérida, la economía imperialista requiere un país en virtual estado de guerra (ejemplo: Plan Colombia) para poder siempre tener el control de los recursos de las dependientes naciones que están bajo su dominio.
Y por el otro lado el México de a pie que se debate entre la realidad concreta, la realidad del hambre y la mentira telecrática, entre los imaginarios opresivos que construyen el “Síndrome de Estocolmo Social” y el de las micropolíticas de resistencia que, pese a la censura, la difamación mediática y la persecución política, judicial y represiva, se convierten en alertistas y contrainformadoras, para crear redes de alternativas de resistencia contra el golpe militar que la derecha PRI-PAN le están imponiendo al país, con una aparente pasividad social.
Aunque el Síndrome de Estocolmo no dura toda la vida y el Despertar Ciudadano está dando los primeros pasos hacia un seguro frente de unidad popular que terminará por unir todas las luchas sociales con un objetivo común... derrotar al conservadurismo neoliberal en México.
¡Ni un paso atrás, todos hacia la construcción de un frente nacional de lucha!
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