viernes, 30 de octubre de 2009

TENDAJÓN MIXTO

JAIME ORNELAS DELGADO

Los abogados del neoliberalismo pretenden someter a los trabajadores a las normas del mercado, al libre juego de la oferta y la demanda laboral. En esa medida, les estorban los sindicatos a los que consideran monopolios que distorsionan el mercado de trabajo. Por eso, sus ataques van siempre contra las organizaciones que defienden los intereses de sus agremiados.

Esto significa, por otro, lado mantener aquellos sindicatos convertidos en mecanismos de control de los trabajadores para impedirles enfrentar las agresiones patronales al salario y las prestaciones.

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), si no el más antiguo, que bien podría serlo, sí es uno de los más combativos y un profundo carácter clasista. Esto despertó el odio de los empresarios de toda laya. Han sido, son y siguen siendo los trabajadores electricistas del SME un mal ejemplo para otros operarios reprimidos, controlados, amenazados y mal informados sobre sus derechos y de la lucha que hay que dar para conquistaros. Agobiados por el imposibilismo (no es posible estallar una huelga y mucho menos ganarla, es imposible derrotar a los charros y muchos imposibles más), el SME ha mostrado que se puede mantener la dignidad obrera y que se pueden alcanzar conquistas que mejoren las condiciones laborales si se organiza la lucha y se sostiene sin claudicaciones.

Un sindicato así, como el SME, no es funcional al neoliberalismo y por eso las autoridades del gobierno espurio son capaces de “extinguir” una empresa como LyFC si con ello se destruye al SME y se da una “lección al resto de los trabajadores”.

Por eso, no está lejano de la realidad el grito de los electricistas a Javier Lozano Alarcón, secretario del trabajo, desde la galería de la Cámara de Diputados: “Fascista”.

Con razón no les alcanza

Al espantoso ridículo que hicieron el PRI y el PAN aprobando un presupuesto de ingresos recaudatorio, incapaz de permitir el crecimiento económico y la creación de empleo, y que muestra la falta de ideas para comprender el potencial de la política fiscal en la época de crisis, debe agregarse el hecho de que el PRIAN exento a Televisa de pagar mil 900 millones, que no pagará ese consorcio al erario como resultado de la autorización que dieron la mayoría del PRI y del PAN en la Cámara de Diputados al Ejecutivo Federal para entregar concesiones para uso del espectro radioeléctrico de servicios de telefonía e internet móvil, sin cobrar los derechos respectivos durante dos años, derechos que ascenderían precisamente a mil 900 millones de pesos.

Fue tan burda y entreguista la maniobra, que Javier Corral, un panista de los pocos decentes que puede presumir ese partido, señaló que esas concesiones gratuitas van en contra del interés público y que aprobarlas constituiría una contradicción con el discurso de su propio partido de aplicar nuevos impuestos para beneficiar a la sociedad y remató: “No se puede exigir al pueblo de México, como lo acabamos de votar, 30 mil millones de pesos por la vía del IVA y, al mismo tiempo, diferir el pago de derechos por uso de espectro radioeléctrico por mil 900 millones a una sola empresa”.

Ni a Corral ni a José Narro Céspedes, un diputado del PRD que propuso no aprobar el regalito, les hicieron caso y por 294 votos a favor, 129 en contra y 24 abstenciones se decidió no cobrar por dos años el uso del espectro radioeléctrico propiedad de la nación.

Sabiduría panista

Una de las frases más ridículas que hemos escuchado en mucho tiempo, se la debemos al señor Luis Pazos, economista de cabecera de la derecha mexicana y presidente, por obra y gracia de Calderón, de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que más bien parece oficina de apoyo a los bancos que de asistencia y asesoría a sus sufridos clientes. ¿Pero que dijo el señor Pazos? Pues dijo muy orondo, seguramente creyendo decir algo inteligente y profundo: “No sabemos si los pobres no ahorran porque son pobres, o son pobres porque no ahorran”. ¿Qué tal? Ya ve usted, millones de mexicanos son pobres porque no ahorran, porque dilapidan su ingreso pues carecen de la cultura del ahorro, de otra forma ya serían tan ricos, o más, que la miss Gordillo, por mencionar un caso emblemático, que con su sueldo de maestra rural ha llegado a las más altas cumbres de la riqueza producto del esfuerzo.

“Capitalismo de Amigos”

Durante la conferencia “Retos y estrategias para promover el crecimiento económico”, organizada por el Banco de México, el premio Nobel de Economía, James H. Heckman dijo que en México existe una cultura política y económica de “capitalismo de amigos” que lleva a monopolios: “Sabemos que en la cultura política y económica se han ajustado grupos de interés; esta cultura se le ha llamado el capitalismo de amigos, grupos de interés social, de intereses especiales que llevan a monopolios e ineficiencia”; lleva de lleno a la corrupción impune y a los negocios privados con recursos públicos, diríamos nosotros y no creemos equivocarnos.

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