David Brooks
Nueva York, 14 octubre. Sindicatos nacionales estadunidenses y la central obrera AFL-CIO denunciaron hoy que las acciones del gobierno de Felipe Calderón contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) son un intento de romper a un gremio, una severa violación de derechos laborales y parte de una iniciativa para privatizar el sector eléctrico.
Leo Gerard, presidente internacional de United Steelworkers, el poderoso sindicato nacional siderúrgico de Estados Unidos, declaró que fue un acto atroz del gobierno mexicano emplear fuerzas federales para tomar el control de la empresa pública, despidiendo a los trabajadores y efectivamente desbandando así su sindicato.
Agregó que “esta acción es parecida a otras tomadas contra el sindicato minero y ofrece mayores pruebas de la agenda antitrabajadores y antisindical del gobierno y su política de tierra arrasada contra los sindicatos democráticos e independientes”.
Agregó Gerard: nos proclamamos en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en estos sindicatos y llamamos a que el gobierno revierta esta decisión y resguarde los derechos internacionalmente reconocidos de libertad de asociación y la negociación del contrato colectivo.
En un comunicado, el sindicato siderúrgico considera que el anuncio oficial de desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LFC) y la liquidación de los trabajadores tras tomar por asalto plantas de la empresa con policía federales es un intento del gobierno de eliminar al SME, crítico frecuente de las políticas de Calderón.
Afirma que parece que al tomar el control de Luz y Fuerza el gobierno trama fusionar sus instalaciones con las de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y venderlas a una empresa privada.
La central AFL-CIO, conformada por 57 sindicatos nacionales con 11.5 millones de agremiados, también denunció la medida.
Stan Gacek, director asociado del departamento internacional de esa central, declaró a La Jornada que la AFL-CIO repudia esa forma tremenda de romper un sindicato, y señaló que se parece mucho en esencia a las acciones emprendidas contra el sindicato minero mexicano.
La agrupación solicita que se revierta la decisión de Calderón, se dé fin a la ocupación de las instalaciones y se emprendan negociaciones de buena fe.
La AFL-CIO, afirmó Gacek, ha observado la acción unilateral para eliminar LFC, la ocupación de las plantas por fuerzas federales y el despido masivo de los trabajadores, y considera que con el plan para fusionarla con la CFE se tiene el propósito de vender toda la operación a una empresa privada.
Por tanto, abundó, se interpreta que al eliminar al SME se supera uno de los obstáculos para tal propósito, ya que ha sido una fuerza contraria a la privatización.
Gacek subrayó que la AFL-CIO declara su plena solidaridad con el SME, al igual que con el sindicato minero, y demanda el fin de la represión contra estos gremios y las violaciones de los derechos sindicales.
Por su parte, el sindicato de empresas de servicios públicos (incluye a los electricistas de plantas de generación y distribución) de Estados Unidos –Utility Workers Union of America– también condenó las acciones.
Carl Wood, director nacional para asuntos gubernamentales y de regulación de ese sindicato, afirmó en entrevista con La Jornada que no sólo emitirán declaraciones de apoyo, sino trabajan con otras organizaciones para responder con acciones a la maniobra del gobierno de Calderón, que hace que en comparación Ronald Reagan (el presidente más antisindicalista en tiempos modernos) se vea sólo como un tigrito, ya que (en México) se enviaron hasta tropas.
Destacó: no es un precedente que podamos permitir (...) estamos en lucha constante contra la desregulación aquí, y el SME, por su lado, contra la privatización, lo cual es esencialmente el mismo tema. Si ellos pierden esa lucha, los trabajadores en México estarán enfrentando a las mismas empresas estadunidenses con las que batallamos aquí.
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