sábado, 21 de noviembre de 2009

A 99 años del inicio de la revolución democrático burguesa en México

Este día 20 de noviembre, nada tenemos que celebrar, si los escuálidos impactos de la guerra civil democrático burguesa de la dos primeras décadas del siglo XX, denominada “Revolución Mexicana”, casi se han perdido.

El constituyente de 1917 ya no conserva su espíritu social. Se ha despojado al país de los derechos sociales fundamentales, enmascarándolos en reformas de una “república moderna” y de “primer mundo”.

Cada día se ven más lejos los anhelos de justiticia, paz y dignidad por los que lucharon los dirigentes campesinos y obreros aglutinados en le Partido Liberal Mexicano de Ricardo Flores Magón, o en las filas de Doroteo Arango (Pancho Villa), Emiliano Zapata, Lucio Blanco, los hermandos Serdán, entre otros.

Ahora somos menos dueños del agua, de la tierra, de nuestro trabajo, de los recursos estratégicos de la nación como el petróleo y la electricidad, ¿qué tenemos que celebrar?

Se ha flagelado el dereho a la educación pública, nacional, gratuita y obligatoria, el derecho a la seguridad social, a la libre organización y manisfestación de las ideas criminalizando la lucha social, en fin, este país, sufre una regresión política, social, cultural y económica, derivada de la crisis mundial y local, de este modelo económico-social salvaje y depredador.

Y hasta la fecha de celebración fue cambiada para ir alejando la ideología democrático burguesa de las mentes de los mexicanos, para imponer la ideología neoliberal; el pensamiento de la gran empresa, de los acaparadores, dueños de la bolsa, de los bancos usureros, de las agroindustrias, de los organismo internacionales al servicio del gran capital.

Es cierto, un millón de muertos en cerca de una década, no fueron suficientes para devolverle la tierra a los campesinos, los medios de producción fabril a los obreros y la justicia social al pueblo, pero la Revolución Mexicana fue un paso, que ahora, los acólitos de los dueños de los medios de comunicación, los intelectuales orgánicos de los capitalistas, los charros sindicales, los ladrones de cuello blanco y los altos funcionarios peones del gobierno en turno, quieren desandar.

Le preguntamos a los jefes máximos del gobierno en turno, a las vacas sagradas de la academia al servicio de la burguesía: la clase trabajadora, ¿tiene hoy, algo que celebrar?

Movimiento de Bases Magisteriales

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