jueves, 19 de noviembre de 2009

Fibra óptica: obras en lo oscurito

En las calles de las colonias Cuauhtémoc y San Rafael de la Ciudad de México, donde los extrabajadores de Luz y Fuerza del Centro protestan por la extinción de la compañía, cada noche cuadrillas de obreros con maquinaria trazan en el suelo una alambicada ranura. Se trata del tendido de fibra óptica que lleva a cabo WL Comunicaciones, la empresa con la que pretendía competir el Sindicato Mexicano de Electricistas en el mercado del triple play antes de que Calderón lo sacara de la competencia.
El martes 10 de noviembre, alrededor de las 22:00 horas, una decena de trabajadores perfora con taladros hidráulicos el concreto en la acera de la calle de Sullivan esquina con Sadi Carnot, en la colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, para instalar una red de fibra óptica propiedad de WL Comunicaciones.Un letrero pintado en una manta y colocado sobre la excavadora, lo confirma: “La empresa WLCOM construye obra para WLCOM que cuenta con una concesión de la SCT para construir una red pública de fibra óptica”.Al preguntarle qué tipo de obra están realizando, un trabajador contesta: “La delegación Cuauhtémoc nos dio permiso”. Otro interviene: “No podemos decir nada, hable con el supervisor”. Sólo trabajan de noche. En esas calles los obreros colocaron unos plásticos fosforescentes color naranja para advertir de su presencia a los automovilistas; instalaron unos focos con luz blanca. Alguien vigila en un automóvil Jetta negro, placas 530-RWF, sin logotipo.No hay letreros convencionales para informar qué tipo de obra se realiza ahí ni avisaron a los vecinos. El encargado de una sastrería ubicada en Sadi Carnot y el mesero del restaurante Sully Bar ignoran que lo que están haciendo los hombres que trabajan en la acera es instalar un red de fibra óptica.Los trabajadores no están bien equipados. Un hombre joven que corta el concreto se cubre del polvo con la capucha de su chamarra; los que cavan la línea con picos, los que barren el cascajo y lo recogen con palas, sólo se abrigan con un chaleco, también naranja.La reportera y el fotógrafo de Proceso siguen la línea de fibra óptica recién instalada en la colonia Cuauhtémoc. En la esquina de Río Marne y Río Lerma está una coladera de concreto que dice: “Peligro: fibra óptica. WLCOM”. Irónicamente, hay otra de estas coladeras en la esquina de Río Lerma y Río Neva, cerca de la entrada principal del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), liderado por Francisco Hernández Juárez, diputado federal por el PRD. Otra más está en Río Rhin y Paseo de la Reforma. La fibra óptica está colocada de manera paralela a la red eléctrica de la extinta Luz y Fuerza del Centro. La línea tiene cinco centímetros de ancho por ocho centímetros de profundidad, aproximadamente, y está construida a un metro 25 centímetros de la banqueta, dejando espacio para que se estacionen los coches en la calle. Se nota que se está perforando el concreto de manera apresurada porque la línea serpentea.Esta instalación va dirigida a dependencias del gobierno federal, su clientela potencial. Por ejemplo, sobre Paseo de la Reforma la perforación lineal se detiene frente a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en La Palma, donde se construye el Arco Conmemorativo del Bicentenario de la Independencia.La maquinaria siguió recortando concreto en Sullivan y Serapio Rendón, cerca de los hoteles Sevilla, Compostela y Stella Maris, en la colonia San Rafael. La cuadrilla venía de la colonia Cuauhtémoc; había terminado de instalar la fibra óptica enfrente del Registro Público de la Propiedad. Algunos trabajadores confirmaron que hicieron una instalación similar afuera de la embajada de Estados Unidos y “en todo Santa Fe”.Según los constructores, trabajan de nueve a 11:30 de la noche y tienen permiso de la delegación Cuauhtémoc, encabezada por el perredista Agustín Torres, gente de René Bejarano. No quisieron proporcionar más detalles. “Ya le llamamos al supervisor. Que ahorita viene y le responde sus preguntas”, dice un encargado. El supervisor no llegó.Otra ironía: otra de estas obras está en la esquina de Sadi Carnot donde se ubica el Pentatlón, lugar de reunión de la disidencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y en Antonio Caso, donde está la sede sindical, sin que el dirigente Martín Esparza ni el disidente Alejandro Muñoz lo hayan denunciado. En ese lugar se colocaron los mismos plásticos anaranjados para proteger a los trabajadores. Frente a la librería del Grupo Editorial Planeta, donde venden fascículos atrasados, se colocó sobre la excavadora la ya mencionada manta con la leyenda de “WLCOM” que justifica la obra.Esa noche, con la ayuda de la patrulla P22-08 del sector Revolución, se fueron quitando los coches de la acera para seguir rompiendo el concreto. Mientras, un camión verde esperaba para recoger el cascajo. Así, sin que nadie lo advierta, WL Comunicaciones está instalando poco a poco su red en la Ciudad de México, mientras el líder del SME, Martín Esparza, continúa la batalla contra la liquidación de Luz y Fuerza del Centro y exige la destitución del secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, por afectar los derechos de 44 mil electricistas.
Enredados
El 9 de noviembre, Martín Esparza denunció que WL Comunicaciones era propiedad de los exsecretarios de Energía Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens, y que tenían un contrato para utilizar mil 500 kilómetros de redes de LFC. El secretario de Trabajo, Javier Lozano, corroboró esto último en el noticiario radiofónico de MVS, conducido por Carmen Aristegui: “Existe un contrato de arrendamiento, un poco lo que hacen las empresas de televisión por cable, que utilizan la red de CFE, los postes de electricidad para colgar sus cables en una suerte de derecho de vía que habían contratado desde la administración pasada con una empresa llamada WL Com, que es de don Cristóbal Canales. Es una empresa (a la) que se le dio una concesión hace mucho tiempo para utilizar la fibra óptica como una red de redes.”En efecto, el 24 de marzo de 2000 el gobierno de Ernesto Zedillo entregó un título de concesión a WL Comunicaciones para instalar su red de fibra óptica. Fue firmado por el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, y el representante legal de la empresa, que era Guillermo Heredia Cabarga, exdirector de Aerolíneas Mesoamericanas, Aeroméxico e Iusacell. El acuerdo se publicó el 30 de mayo en el Diario Oficial de la Federación.Ese título de concesión tiene vigencia de 30 años y establece que la empresa podrá proveer o arrendar la red para la emisión, transmisión o recepción de signos, señales, escritos, imágenes, voz, sonidos o información de cualquier naturaleza. También podrá prestar servicio de larga distancia nacional e internacional.Asimismo, permite que la empresa tenga una red nacional con infraestructura propia, por lo que dedicó una primera fase al tendido de fibra óptica en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo. La cobertura incluye a Guadalajara y el Valle de México.Su conectividad será de banda ancha, mediante los equipos para conectar redes Ethernet de área local. Para los sistemas de transmisión de datos, WL Comunicaciones aplicará un sistema de administración de red llamado FMA.El título de la concesión fue avalado por el entonces director general de Política de Telecomunicaciones de la SCT, Leonel López Celaya, y responde al permiso que le había entregado la SCT con Ruiz Sacristán en 1999 (Proceso 1719).Para iniciar la conexión, el 28 de junio de ese año WL Comunicaciones solicitó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que le arrendara temporalmente las torres de líneas de transmisión y postes de la línea de distribución de los sistemas Nuevo Laredo, Tamaulipas-Distrito Federal y Querétaro-Guadalajara, pero la paraestatal no respondió.La empresa se quejó ante la Comisión Federal de Competencia (CFC) de que la CFE realizaba prácticas monopólicas en el mercado de arrendamiento de infraestructura eléctrica de redes públicas de telecomunicaciones, según consta en el expediente IO-01-2001. La queja quedó resuelta el 3 de abril de 2002 y la CFE fue exculpada. Ya en el sexenio foxista, el 23 de agosto de 2005 el representante legal de WL Comunicaciones, Cristóbal Mario Canales Lebrija, firmó un convenio con el entonces director de LFC, Luis de Pablo Serna, para arrendarle el espacio de un cable de hilo de guarda para instalar un cable de 48 fibras ópticas en torres, cuadros, postes y demás componentes de las líneas de trasmisión de 400, 230 y 85 Kv, así como un cable de 60 fibras ópticas en las rutas subterráneas.La instalación, operación y mantenimiento de esa red de fibra óptica aérea estaría a cargo de LFC, mediante sus trabajadores sindicalizados. Al final, esta paraestatal podría utilizar 16 fibras ópticas aéreas y 24 subterráneas para brindar el servicio de triple play a dependencias federales y locales, así como a cualquiera de los tres niveles de gobierno, a los poderes Legislativo y Judicial (federal y locales), órganos constitucionales autónomos y cualquier otro ente público que se encontrase en la zona de operación de LFC. Por su parte, la empresa privada contaría con 32 hilos de fibra óptica aérea y 36 de subterránea para ofrecer el servicio a quien lo requiriera, sin condiciones. La obra costaría 92 millones 300 mil pesos.En diciembre de 2007 el convenio se modificó porque un año antes, el 27 de noviembre de 2006, el presidente Vicente Fox había reformado la Ley Federal de Derechos para que se pagara anualmente el uso de postes, torres, ductos o bienes similares de organismos públicos descentralizados.Debido a ello LFC tuvo que otorgarle a WL Comunicaciones un permiso para usar su infraestructura a cambio de que la empresa entregara 20 equipos de terminales ópticas para que la paraestatal operara los hilos que le correspondían para proveer servicios de voz, datos, video y cualquier otra tecnología disponible a la administración pública de los tres niveles de gobierno. Las obras iniciarían el 16 de mayo de 2008.
Fin del juego
La red iba concretándose conforme a lo planeado, hasta que Esparza y el entonces director de LFC, Jorge Gutiérrez Vera, leyeron la cláusula 13 del convenio, donde se establece que si la empresa o el titular de la concesión deja de utilizar la infraestructura de LFC y ésta no se concesiona a nadie, el cableado pasará a ser propiedad de LFC, “a menos que la empresa o concesionario opte por el retiro del cable”.Por esta razón, el 30 de junio pasado el director de LFC y Esparza solicitaron a la SCT un título de concesión para operar la red de fibra óptica y ofrecer servicios de voz, audio y datos (internet) llamado triple play, con el fin de entrar de lleno al negocio de las telecomunicaciones. Pero la respuesta del gobierno federal a esta solicitud fue el decreto de liquidación de LFC, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 11 de octubre, un día después de que la Policía Federal tomó sus instalaciones. Unos días antes, el líder del SME, Martín Esparza, denunció que “de fondo está el interés de los empresarios que dicen que es momento de liquidar a LFC y acabar con el sindicato, y representa una agresión contra la empresa, los trabajadores y la autonomía”. Por eso no dejó que WL Comunicaciones se instalara: “Yo no les he firmado y por eso no los dejo entrar a operar la fibra óptica. ¡Y no los he dejado entrar!”, dijo (Proceso 1719).Esto explica por qué, ya liquidada LFC, en medio de la embestida gubernamental contra el SME, la empresa WL Comunicaciones aprovecha para instalar su red, con el argumento de que sigue vigente la concesión que desde 2000 le dio Fox. Pero la CFE también tiene una concesión que la SCT le entregó el 10 de noviembre de 2006 para la provisión y arrendamiento de capacidad de la red de fibra óptica y la comercialización de la capacidad adquirida respecto de redes de otros concesionarios de redes públicas de telecomunicaciones. Su cobertura es en 71 localidades.De acuerdo con un comunicado que difundió el Frente de Trabajadores de la Energía de México (FTE), en su página de internet (www.wlcom.com.mx) WL Comunicaciones ofrece servicios empresariales y residenciales de banda ancha y también el servicio de hospedaje de páginas, así como accesos dedicados “punto a puerto”, es decir, bajo el esquema de radio. Su dirección comercial está en Tijuana, Baja California.“Lo extraño –dice el comunicado del FTE– es que a WL Com no parece molestarle mucho la situación, tal vez porque se rumora que el dueño de dicha empresa es Stephen Cohen, un gringo que vive en Tijuana y que se convirtió en prófugo de la justicia gabacha cuando se enfrentó legalmente con otros vivales, cuyo negocio era registrar nombres famosos de dominios de internet, que después revendía”. Esta información la obtuvo el FTE de un reportaje publicado en la página chango100.blogspot.com/2005/08/sexcom-reportaje.html, en el que se menciona cómo Cohen ha prosperado en Tijuana “utilizando como prestanombres a su actual esposa, a sus hijas, e incluso hasta su abogado, es dueño de valiosos terrenos en la ciudad, así como de la primera empresa proveedora de internet por banda ancha en la ciudad. WL Comunicaciones ofrece servicio a más de 200 clientes importantes, entre ellos la Universidad Autónoma de Baja California”.Mientras tanto, Martín Esparza se dedica a volantear por las calles de la colonia Juárez y Cuauhtémoc para informarle a la gente sobre la lucha del SME. Así lo hizo el miércoles 11, día del llamado paro cívico nacional, cuando reiteró sus demandas, entre las que destacan la derogación del decreto presidencial que extingue a LFC, la reinstalación de los trabajadores del SME, el fortalecimiento de la educación pública, y que se garantice la soberanía nacional, alimentaria y energética.

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