Una semana de intensos cabildeos, de desencuentros en Los Pinos, de declaraciones desafortunadas del líder panista César Nava e intentos de rebelión al interior de las dos bancadas principales del Senado (PRI y PAN) desembocaron en la ratificación del IVA de 16%, cuya paternidad la tuvo que asumir el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y el costo político será para el gobierno de Felipe Calderón, como admitieron los 53 senadores que votaron a favor del incremento al IVA en la larga sesión del viernes 30 de octubre.
El intento frustrado de Los Pinos por compartir el costo político desembocó en diferencias de fondo con el PRI y en tensiones con la mayoría de los 51 senadores del PAN. A última hora del viernes 30 de octubre, estas divergencias tuvieron que enmendarse con el rechazo al artículo 244-E y su transitorio de la Ley Federal de Derechos y con la modificación de aspectos sustanciales del paquete, como fueron los cambios al Código Fiscal, a la tasa del Impuesto Sobre la Renta, al porcentaje de consolidación fiscal para grandes corporativos, y a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para que no se repartieran de manera discrecional cerca de 100 mil millones de pesos de los excedentes petroleros, entre otros.
El rechazo al transitorio del artículo 244-E de la Ley Federal de Derechos, que beneficiaba con la condonación fiscal de casi 6 mil millones de pesos a nuevos competidores de telefonía móvil de cuarta generación, como Televisa, fue negociado por el excoordinador de la bancada del PAN en el Senado, Santiago Creel, quien se convirtió en la cabeza visible de la resistencia de cerca de 40 senadores del blanquiazul durante la jornada del 29 de octubre, a pesar de que este artículo se había aprobado en las comisiones dictaminadoras y de que el senador panista José Isabel Trejo Reyes, presidente de la Comisión de Hacienda, advirtió que era una propuesta del Ejecutivo.
En el segundo caso, la mayoría de las enmiendas fueron promovidas por el coordinador de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y su equipo negociador en las comisiones, quienes dejaron transitar la aprobación del IVA en el Senado, pero acordaron abstenerse en la votación para que el costo político lo asumiera el PAN.
“El PAN debe asumir los costos políticos de gobernar. Es el paquete fiscal del gobierno, no del PRI”, sentenció el vocero de la fracción priista, Carlos Jiménez Macías, un día antes de que se votaran en el pleno.
Las 10 horas que mediaron entre la rebelión de los senadores del PAN, entre el jueves 29 y el viernes 30 de octubre, el presidente Felipe Calderón llamó por teléfono a la mayoría de los legisladores de su partido para convencerlos, incluso con el regaño, de que votaran a favor del IVA.
Fue su último y desesperado intento. Calderón no pudo convencerlos en dos reu niones previas (el viernes 23 y el miércoles 28 de octubre). Mucho menos los subsecretarios de Hacienda, José Antonio Meade y Dionisio Pérez-Jácome, y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien se ganó el apodo entre varios legisladores de “jarrito de tlaquepaque”.
El impuesto o la catástrofe
En la comida del 28 de octubre, horas antes de la comparecencia de Carstens en comisiones, Calderón comparó el paquete fiscal con un parto: “Es doloroso, fuerte y difícil, pero lo importante es que el niño nazca bien”.
El senador Ricardo García Cervantes, al salir de esa comida, responsabilizó a la Secretaría de Hacienda de proporcionar información contradictoria o parcial para presionar a los panistas, y que “los legisladores necesitamos saber cuánto vale y cuánto cuesta un punto porcentual en cada uno de los aspectos que necesitamos información”. Otro legislador que expresó su desacuerdo con el IVA fue Rubén Camarillo, secretario de la Comisión de Energía.
En el intento final por convencer a los panistas, la Secretaría de Hacienda hizo circular un documento entre la bancada de Acción Nacional, atrincherada en el edificio de la avenida Reforma 136, conocido como “la Torre Azul”.
El escenario de catástrofe económica predominó en las 11 páginas en power point que distribuyó la SHCP a los senadores del PAN. Bajo el título “Las Implicaciones de la Aprobación de la Ley de Ingresos 2010”, este documento advirtió que la incertidumbre generada en el Senado amenazaba el tipo de cambio del dólar ante el peso, elevaba el “riesgo-país” por encima de Colombia, Brasil o Chile, e incrementaba el costo de la deuda mexicana.
“La incertidumbre posterior a la aprobación de la Ley de Ingresos 2010 en la Cámara de Diputados ha tenido efectos negativos sobre las variables macroeconómicas más importantes”, abunda el documento cuya copia obtuvo Proceso.
Provocaciones y desencuentros
Desde el jueves 22 de octubre, horas después de que se aprobara en la Cámara de Diputados el incremento al IVA, el dirigente nacional del PAN, César Nava, responsabilizó a la bancada del PRI por el paquete fiscal “incompleto e insuficiente”.
El reclamo de Nava se realizó casi simultáneamente al encuentro que sostuvo Felipe Calderón con el pleno del Senado, la mañana del mismo jueves, durante la entrega post mortem de la medalla Belisario Domínguez a Antonio Ortiz Mena, el exsecretario de Hacienda del periodo conocido como “el desarrollo estabilizador”.
Ahí, Manlio Fabio Beltrones presumió: “Hubo una vez un tiempo en que México pudo crecer con justicia social y con visión de futuro. Hubo una vez que nuestro país creció, por 12 años, a tasas sostenidas de 6.5%; con el nivel de inflación más bajo de América Latina y un incremento al salario real de 6.4%”.
Calderón tamborileaba los dedos mostrando desesperación. Se bebió tres vasos de agua y abandonó el recinto sin platicar ni con los panistas.
En la tarde de ese mismo jueves, los senadores del PRI, PAN y PRD realizaron reuniones a puerta cerrada para analizar el paquete fiscal aprobado en la Cámara de Diputados.
El discurso de Nava agudizó el rechazo del PRI al paquete fiscal. “Resulta que el líder del partido en el gobierno señala que no es conveniente para el país lo aprobado en la Cámara de Diputados. Nosotros pensamos lo mismo”, advirtió Murillo Karam, secretario general del PRI. “Por eso lo vamos a modificar y vamos a retomar nuestras propuestas originales”, agregó.
Se inició una ronda de intensas presiones en las que participaron varios gobernadores priistas, según denunció en varias ocasiones el senador del PRD y presidente del Senado, Carlos Navarrete.
El 27 de octubre, el pleno del Senado sólo dio trámite de recepción de las minutas provenientes de la Cámara de Diputados e inició el proceso de dictaminación en las comisiones unidas de Hacienda y Estudios Legislativos. Esa tarde, un grupo de senadores panistas se reunió con la coordinadora de su partido en la Cámara de Diputados, Josefina Vázquez Mota, y con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Para distender la situación con el PRI, la Presidencia de la República y la Secretaría de Gobernación negociaron con el tricolor que la “paternidad” del IVA fuera asumida por la SHCP. Cuando compareció ante los senadores de las comisiones, Agustín Castens admitió: “Sí hubo una propuesta de la Secretaría de Hacienda. De ahí salió el 1% al IVA”.
Su respuesta generó una profunda molestia entre los senadores panistas presentes. Después de la comparecencia, Fernando Elizondo, excandidato panista a gobernador de Nuevo León, Santiago Creel, Ricardo García Cervantes, Rubén Camarillo, Marko Cortés y Federico Döring, entre otros, se reunieron para acordar que votarían en contra del IVA si el costo de esta propuesta era asumida sólo por el gobierno.
La rebelión de los panistas se generalizó durante la reunión plenaria de los 51 senadores de Acción Nacional, de las 9 a las 13 horas del 28 de octubre, día de San Judas Tadeo, patrono de las causas perdidas.
En compañía de César Nava, el coordinador de la bancada, Gustavo Madero, les propuso a sus correligionarios dos escenarios para la aprobación del IVA: que los senadores del PAN unieran sus votos al Partido Verde o que entre cinco y seis senadores del PRI votaran con el PAN. 40 de los 51 senadores presentes rechazaron la propuesta.
“Entiéndanme, es una petición del presidente”, les reclamó Madero. “No te equivoques. Nuestra lealtad no es con el presidente, sino con los ciudadanos”, le reviró Ricardo García Cervantes. Lo secundaron Ramón Galindo, Santiago Creel, Fernando Elizondo, Marko Cortés, Rubén Camarillo, entre otros. Argumentaron que el PAN no podía votar solo el IVA si el PRI no se comprometía a respetar el sentido de su voto en la Cámara de Diputados.
A esas horas ya había trascendido de la plenaria que la mayoría de los 31 senadores del PRI se abstendrían de votar por el IVA.
En rueda de prensa, Ramón Galindo acusó a los priistas de tener una actitud “cobarde” y reveló que ellos exigieron que la SHCP asumiera la paternidad del IVA. Y al arribar al palacio de Xicoténcatl, Santiago Creel afirmó que si el PRI no respetaba los “acuerdos” que se tomaron en la Cámara de Diputados “entonces nosotros replantearíamos todos los términos”.
Frente al choque de las dos bancadas principales, Carlos Navarrete, coordinador del PRD, se lamentó de que los esfuerzos de su partido por modificar el incremento al IVA y replantear todo el paquete fiscal “se han topado con un muro tricolor y con un muro azul”.
Diez horas después, la bancada del PAN decidió modificar su posición. Los telefonemas desde Los Pinos y desde la Secretaría de Gobernación surtieron efecto. El incremento al IVA se aprobó con 53 votos a favor, 28 en contra y ocho abstenciones, la mayoría proveniente de los priistas.
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