La Mixteca que nos duele y nos hermana
Puebla a 4 de Mayo de 2010
Decir que fue una barbarie no alcanza a describir el tamaño de la tragedia y de la atrocidad que cometieron el gobierno oaxaqueño de Ulises Ruiz Ortiz y Evencio Martínez a través de los cobardes rifles del grupo paramilitar Unidad y Bienestar Social en la Región Triqui (UBISORT) en contra de una caravana humanitaria el 27 de abril pasado en la comunidad de la Sabana. Es imposible encontrar las palabras que puedan nombrar el dolor y la rabia que nos deja el asesinato de Alberta Cariño Trujillo, de “Bety pa los compas”, que como la Mixteca, su vida y su espíritu combativo y dulce hacen de Puebla y Oaxaca un mismo pueblo.
Puebla y Oaxaca son reflejos uno y otro de estados de impunidad y soberbia. Un estado como Puebla en el que se ha hecho urgente la lucha por la dignidad requiere de personas tan valiosas como Bety. A Puebla le va a hacer falta Bety, a la Puebla de abajo le sembró una semilla y muchas inspiraciones que están ahí latentes, floreciendo. La muerte de nuestra querida Bety Cariño nos deja con el incuestionable ejemplo que ella nos dio a quienes pudimos llamarla compañera. En su trabajo con la gente de abajo, en sus pasos por los pueblos, en los foros y reuniones Bety derramaba palabras muy fuertes con mucha soltura. Palabras y trabajo iban de la mano, y de su mano ahora caminamos los que queremos que con esos pasos se construyan esas formas dignas de sobrevivir, resistir y luchar en los pueblos por Libertad, Democracia y Justicia.
En momentos tan difíciles en los que la brutalidad y el descaro se imponen nuevamente es necesario que la solidaridad sea distinta, honesta. Que donde ya no hay cordura encontremos lugar para la sensatez. Que logremos que esta atrocidad no quede impune dependerá de un trabajo profundo, como los pasos de quienes hacen de su vida la lucha y de esta un ejemplo a seguir. No puede esta tragedia quedar en el olvido, como no puede tampoco convertirse en bandera del oportunismo, la memoria de Bety, como ella misma fue toda su vida, ni se olvida ni se vende. Bety es ahora parte de esas nubes que acompañan a su tierra, a los ñu-savi, a ese pueblo que lucha por su autonomía, por una paz digna y una justicia verdadera.
Sabemos que Jyri Jaakkola, el compañero internacionalista que murió junto a Bety, abogaba por la autonomía de las comunidades y por su capacidad de responder colectivamente a los cambios venideros. Lo conocimos poco, pero saber que murió diciéndole a sus compañeros que se salvaran, saber que su cuerpo se encontraba cubriendo el de Bety habla de su sensibilidad y valentía, lo hace un ejemplo de solidaridad comprometida y nos honra que en su memoria lo podamos llamar compañero.
A Omar, a sus hijos y a los compañeros del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS) les decimos que no están solos, simplemente porque nosotros somos ustedes.
A los paramilitares y gobernantes que tratan de amenazar a nuestros compañeros desde sus oscuros escondites les decimos que su impunidad se limita a esos oscuros escondites, que la justicia llega porque tarde o temprano las balas y las prebendas se acaban.
No existe forma más digna de morir que hacerlo como lo hicieron Bety y Jyri, enfrentando a armas y asesinos con nada más que un corazón digno y consecuente. Los que desde la cobardía del poder tratan de masacrar la dignidad tal vez puedan enterrarnos, pero olvidan que somos semilla.
¡Ni con la muerte, ni con metrallas a Bety se le calla!
Enlace Urbano de Dignidad
Comisión Takachiualis de Derechos Humanos
Movimiento Agrario Indígena Zapatista - Puebla
Nodo de Derechos Humanos
Proyecto de Animación y Desarrollo
Unión de Defensores de Derechos Humanos
Colectivo Utopía Puebla
Colectivo de Trabajadores Democráticos
Nodo Zexto
A Pollo Colectivo
Acción Directa Autogestiva
Consejo Democrático Magisterial Poblano
Radio Turbina (SME-Necaxa)
Sierra Encantada TV
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