martes, 28 de julio de 2009

¿PORQUE LOS DEJAMOS SOLOS?

LA COLUMNA ROTA/VERÓNICA VILLALVAZO

Hace unas semanas la periodista y escritora Sanjuana Martínez presentó en esta capital el libro Se Venden Niños, el cual integra la trilogía que la investigadora ha publicado sobre temas de pederastia en los cuales están involucrados presuntamente actores eclesiásticos y otros personajes.

Ahí está, por ejemplo, el caso de las Casitas del Sur en la ciudad de México , supuestos albergues amparados en su mayoría por las autoridades y empresarios que dejó al descubierto la falta de asombro en que vivimos en esta sociedad, cada vez más alejada del dolor de quienes nos acompañan de una u otra forma en esta vida.

El libro de Sanjuana muestra la falta de compromiso que existe entre autoridades y los pequeños hijos de todos.

Hay que señalar que la mayoría de los chicos y chicas que son llevados a este tipo de albergues provienen de familias disfuncionales ya sea emocional o económicamente. Muchas de las madres, ante la incapacidad de sostener a sus pequeños, prefieren separarse de ellos antes que seguir viéndoles sufrir de cerca. El escape de una de las pequeñas del albergue que se encuentra en Monterrey, destapó la cloaca que existe dentro de esos tres albergues. Pero ¿ y si la pequeña no hubiera escapado? ¿ Cuál sería su suerte en este momento?

Las verdades que maneja la periodista referente a la falta de compromiso de las autoridades hacia los menores es muestra de que no les interesa la seguridad ni emocional, ni psicológica de los pequeños.

Otro caso de abandono de las autoridades es la muerte de 50 menores en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, la cual a más de un mes sigue en controversia ante la falta de respuesta de las autoridades, ¿Qué sucede en estas sociedades tan llenas de egoísmo? ¿Qué nos ha pasado que nos olvidamos de lo único sano que tenemos cerca, que son nuestros niños?

Porque las autoridades siempre le apuestan al olvido, a la falta de compromiso social de exigir se dé respuesta a cada una de las violaciones cometidas a nuestros pequeños, recordemos el caso que hace aproximadamente un año ocurrió en el internado en San Bartolomé Zoogocho ( en la sierra norte), entre menores que integran la banda de música de esta comunidad.Ellos fueron víctimas de presunta explotación infantil, agresiones físicas y tortura psicológica por sus maestros. El Centro de Integración Social (CIS) localizado en aquella comunidad zapoteca fue puesto en las notas locales en agosto de 2008. Pero no pasó de la denuncia de dos personas que llegaron a trabajar con los niños: Luis Cisneros y Gabriela Cabrera a quienes los niños confesaron el maltrato que vivían, acusando a Hortensia Domínguez, Ismael Méndez y Camilo Jiménez, autoridades de ese internado.

Sobre este caso hubo pocas reacciones, pues la sección 22 del magisterio, en ese momento a cargo de Ezequiel Rosales Carreño, no hizo más. Además, que la denuncia de los maestros de teatro de los pequeños no fructíficó porque “no eran oaxaqueños” por tanto “no tenían derecho a denunciar.”

Frente a esta situación denunciada por Sanjuana y a nivel local hay un sinfín de cuestionamientos que se le pueden hacer a las autoridades y a nosotros mismos .Pero ¿ y nosotros? ¿Qué hacemos con la seguridad de nuestros hijos, primos, sobrinos, vecinos, niños de la calle, o cualquiera de estas personitas que cohabitan en este inmenso mundo?

Algo tenemos que hacer.

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