domingo, 13 de noviembre de 2011

Por una nueva central de trabajadores del campo y la ciudad

Palabras leídas por Humberto Montes de Oca, secretario del Exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas en la V Conferencia Sindical Nacional

(Transcrita de una grabación)

Doy lectura a esta ponencia que está suscrita por el Sindicato Mexicano de Electricistas, por el Frente Sindical Mexicano y por la Federación de Trabajadores del Distrito Federal

Por una nueva central de trabajadores del campo y la ciudad

A toda la clase trabajadora

Salud

Considerando

Que el sistema capitalista vive su más profunda crisis en más de ochenta años y que ésta está entrando en una fase de estancamiento económico prolongado.

Que para resolverla, las principales potencias están asignando multimillonarios recursos para salvar a bancos y estados insolventes, en detrimento de las condiciones de vida y laborales de millones de trabajadores europeos, en los Estados Unidos y del mundo.

Que esta ofensiva del capital es la principal causa del surgimiento del movimiento de millones de indignados, que en todo el planeta claman por una mejor distribución de la riqueza y evitar que los trabajadores continuemos pagando por las avaricias e irracionalidades del capitalismo

Que las principales organizaciones sindicales internacionales se encuentran en estado de alerta máxima, y son partícipes de estas movilizaciones con el lanzamiento de huelgas generales en varios países del mundo.

Considerando que más de tres décadas de aplicación ortodoxa del programa neoliberal, dictado por los grandes centros del poder político y financiero internacional, han sumido en la barbarie a la clase trabajadora y a toda la nación mexicana, la privatización de empresas públicas y de los sectores estratégicos de la economía, combinados con los procesos de modernización del aparato productivo, la flexibilización de la fuerza de trabajo, y la reducción brutal de los salarios reales, han generado una vergonzosa concentración de la riqueza en unas cuantas manos, al mismo tiempo, que el despido y la pauperización de millones de trabajadores.

Que la “hazaña” de que un puñado de multimillonarios mexicanos figuren entre los más ricos del mundo, se ha hecho a costa de reducir en un 80% los salarios reales, de sumir en el desempleo y el subempleo al 40% de la población económicamente activa, de obligar a más de 3 millones de niños a trabajar, en las peores condiciones posibles y a miles de ellos a prostituirse, de privar a 9 millones de jóvenes del derecho al estudio y al trabajo, y de que el 60% de la población se encuentre en condiciones de pobreza y de extrema pobreza.

Estas son las causas objetivas que explican la grave descomposición social de nuestra sociedad y del crecimiento exponencial de la delincuencia. Lamentable este cuadro, puede agravarse por el prolongado periodo de estancamiento de la economía, al que se agregan los efectos de la inminente recesión que amenaza a las principales economías del planeta.

Que el estado mexicano ha venido violando sistemáticamente la constitución de la república, la ley federal del trabajo y los convenios internacionales que garantizan el derecho universal al trabajo, al salario digno, a la libertad sindical, a la contratación colectiva, la seguridad social, al derecho de huelga, para favorecer los mezquinos intereses del gran capital nacional e internacional.

Que el intento del gobierno federal de destruir, criminalizar y reprimir a los sindicatos mineros y mexicano de Electricistas, es la mejor prueba de esta ofensiva.

Que aun sin haber realizado las reformas laborales dictadas por los centros financieros internacionales, en los hechos ya han desaparecido la contratación colectiva y la norma es la contratación individual a través de outsourcing, también están desapareciendo la jornada de ocho horas y el carácter voluntario del trabajo extraordinario, entre muchos otros derechos consagrados por la ley y los contratos colectivos de trabajo.

Que las reformas laborales promovidas por el Partido Revolucionario Institucional y Acción Nacional, constituyen una cínica legalización de las arbitrariedades mencionadas y peor aún significan la ruptura del pacto social emanado del constituyente del 17. Este hecho constituye un cambio histórico en la relación entre el gobierno y los gobernados que le impone a la clase trabajadora replantear sus estrategias de lucha y de tomar el combate por la defensa de sus conquistas históricas y por un nuevo reparto de la riqueza.

Que los trabajadores ya no podemos seguir pagando el costo de una crisis que no provocamos.

Considerando que el actual estado de postración de la clase trabajadora, es también responsabilidad del mal llamado Congreso del Trabajo y de todas aquellas centrales, cuyas direcciones popularmente conocidas como charros sindicales, están más dispuestos a someterse a los dictados del estado y los patrones que a la defensa consecuente de los intereses sus agremiados

Si algo ha demostrado la actual crisis, es el carácter traidor, corrupto de estas direcciones que no han movilizado al inmenso potencial de la clase trabajadora para defenderse a sí misma de los ataques del capital y dar la debida solidaridad a las organizaciones sindicales en lucha. La hora final del charrismo sindical está irremediablemente cerca.

Considerando que la dignidad y el potencial creativo y transformador de la clase trabajadora se expresa en aquellos gremios que están resistiendo los intentos del estado mexicano de exterminar su organización sindical y su fuente de trabajo. Entre otros gremios, destaca la lucha de nuestros compañeros del Sindicato Mexicano de Electricistas, de Mexicana de Aviación, de Atenco, Nucleares, de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, del sindicalismo universitario, de los mineros, y de muchos otros sectores que luchan por el reconocimiento de sus organizaciones sindicales.

La indomable resistencia de estos gremios está evidenciando la naturaleza antiobrera del gobierno mexicano y demostrando también a nivel nacional e internacional que los trabajadores jamás quedarán postrados y resignados ante lo que está ocurriendo.

Que para cambiar la correlación de fuerzas en nuestro favor se hace necesaria más que nunca La organización y la unificación de todos los sectores de la clase trabajadora para lograr el derecho a organizar a ese 90% de trabajadores que hoy se encuentra desorganizado o sometido a los llamados contratos de protección, democratizar las organizaciones sindicales bajo el dominio del charrismo sindical y unificar al sindicalismo democrático e independiente, requerimos una nueva central de trabajadores, clasista y plural, independiente del gobierno y de los partidos políticos, solidaria e internacionalista, vinculada estrechamente al sindicalismo de Estados Unidos, Canadá, América Latina, el Caribe y el resto del mundo

Que para garantizar la estabilidad y permanencia de esta nueva central, más allá de las coyunturas electorales, también se deberá garantizar el respeto a la autonomía de cada organización para determinar sus alianzas y participación política.

Por todo lo anterior, respetuosamente proponemos:

a. La conformación de un comité o junta promotora de una nueva central de trabajadores que a la brevedad convoque a una conferencia de prensa para dar a conocer estos acuerdos.

b. Que dicho comité o junta esté abierto a la participación de todas las organizaciones que decidan incorporarse a este proceso, sindicales, centrales campesinas, cooperativistas, trabajadores del arte y la cultura, trabajadores no asalariados, colectivos y grupos de trabajadores

c. Este comité o junta promotora abre espacios de discusión en todo el país para la elaboración de los documentos que le den sustento a esta iniciativa

d. Que dicho comité o junta deberá convocar a la realización de un magno congreso constituyente de una nueva central de trabajadores, a realizarse en el mes de marzo o abril de 2012. Dicho congreso habrá de definir su carácter, programa, nombre y estatutos.

e. Que paralelamente a estos trabajos, se adopte un plan de acción que incluya los siguientes objetivos:

a. Rechazo a cualquier reforma laboral neoliberal.

b. Abrogación de las reformas a la ley del Seguro Social y del ISSSTE en materia de jubilaciones y pensiones.

c. Por un aumento salarial de emergencia.

d. Por la solución a los conflictos laborales existentes.

e. Por la ratificación del estado mexicano del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo.

f. Por la supresión del trabajo infantil y que el estado garantice la alimentación y educación.

g. Por el impulso al fomento cooperativo.

México, D. F., a 29 de octubre de 2011.

Fraternalmente

Sindicato Mexicano de Electricistas, Frente Sindical Mexicano, Federación de Trabajadores del Distrito Federal.

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