miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA CNTE CONVOCA A PARO CÍVICO NACIONAL


LA CNTE CONVOCA A PARO CÍVICO NACIONAL, 


ESTE 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2013


La CNTE convoca a parto Cívico Nacional, este 11 de siembre del 2013, el paro será en contra de las reformas estructurales que Peña Nieto está promoviendo. Todos a defender la educación pública y nuestros recursos humanos y naturales. Ante la opresión desobediencia civil.

CNTE, lucha social y linchamiento mediático 

México: CNTE, lucha social y linchamiento mediático
Tampoco es menor la resistencia que muestran frente a la campaña mediática que promueve su linchamiento, los “radicales” oaxaqueños, núcleo y soporte principal de estas jornadas resisten estoicamente pese a las notas que a diario denostan su trabajo.

No sorprende que un gobierno Priista opere cual vil dictadura, torturas y asesinatos fueron durante 71 años habituales en la cimentación de su “paz social”, paz de muertos para quienes desde la izquierda nunca dejaron de pelear.
Tampoco sorprende que la transición mexicana a la democracia fuese solo un slogan para que las masas se creyeran que de verdad algo cambiaba, cambiaba el administrador, es decir el partido político, más no, la forma de gobernar, ni los continuos intentos de sacar adelante las reformas que con tanto ahínco ha promovido y promueve la burguesía nacional.
A partir del 2000 Acción Nacional profundizo y dio continuidad a una estrategia cuyos frutos vemos hoy, en el marco de las movilizaciones magisteriales, la criminalización desde los medios de comunicación, es decir insistir en los supuestos efectos negativos de huelgas, marchas, paros y plantones, dar cobertura  a estas pero sin mencionar sus demandas, ni ahondar en sus causas.
12 años después saltan a la vista los resultados, amplios sectores explotados, no solo aplauden las reformas que hipotecan su futuro y arrebatan sus derechos fundamentales, sino que incluso suman sus voces a los llamados a reprimir al único sector que se ha mostrado capaz de movilizarse y oponerse.
La situación del país pareciera resultar la ideal para implementar este nuevo paquete de contrarreformas,  luego de años de constante propaganda negativa en prensa escrita, radio y televisión el rechazo a todo tipo de movilizaciones es patente, incluso en quienes jamás en su vida se han encontrado con una marcha o bloqueo.
En un escenario inédito en años, la burguesía nacional ha conseguido conciliar sus intereses (baste mencionar el acuerdo entre Azcarraga y Slim para sacar delante la Reforma a Telecomunicaciones) y toda ella se encuentra impulsando todas y cada una de las reformas, consecuentemente los principales partidos políticos (salvo excepciones en el PT, Movimiento Ciudadano y un cada vez más pequeño sector del PRD), forman filas en el Pacto por México, e impulsan en bloque la aprobación de las mismas.
La aprobación de la Reforma Laboral mostro a todos los interesados la nula combatividad de la clase trabajadora en general, ya sea su cooptación por las organizaciones oficialistas, o la inmovilidad de los autonombrados independientes, aunado al cada vez mayor número de trabajadores sumidos en la eventualidad, la informalidad o la subcontratación.
El escenario de quienes se opondrían al paquete de reformas parecía reducirse, bien a las protestas de lo que queda del Movimiento 132 o el pacifismo a ultranza de López Obrador, actualmente ocupado en organizar a MORENA como partido político y poder pelear, ¿por curules?, ¿por su parte del presupuesto?, ¿o nos creemos todavía el cuento de la transformación pacifica del país por la vía electoral?
Seguramente también habrán tomado en cuenta el accionar de los colectivos anarquistas, que por supuesto contribuyen a la agitación social, su combatividad y coraje no están en duda, pero también es incuestionable que la espontaneidad de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad no resultan, ni resultaran suficientes para conducir, ya no digamos a un clima favorable a la revolución social, sino a detener o echar abajo las reformas, la acción directa por si sola es fácilmente contenible por las fuerzas represoras del estado mexicano, favorece la infiltración y en cierto modo termino por justificar el llamado, Nuevo Protocolo de Actuación Policial Frente a Multitudes, en el D.F.
El encarcelamiento de Elba Esther Gordillo y la imposición del títere Juan Díaz de la Torre como nuevo líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, parecían consolidar el escenario que seguramente preveían, sería el único capaz de causar ciertos problemas, la combatividad del magisterio disidente agrupado en la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) es bien conocida, como también lo es su tradicional actuar fraccional, así como la mínima influencia fuera de sus bastiones tradicionales.
Sin embargo rápidamente quedo claro que es el magisterio disidente el único gremio con capacidad de organización y movilización, en torno suyo ha podido congregar los apoyos de la auténtica izquierda mexicana y de un amplio sector de la población que ha conseguido ponerse  fuera del área de influencia de los medios pro-gubernamentales, su ejemplo ha servido para activar nuevas disidencias y ampliar el mapa de movilizaciones a estados donde el aparato caciquil del SNTE parecía bien establecido.
El odio de clase que expresa la burguesía, a través de su campaña mediática de linchamiento hacia el único sector de trabajadores que se ha mostrado capaz de articular una movilización exitosa, demuestra la vigencia de la lucha de clases, quienes proclaman la defunción del ideario marxista, demuestran con hechos lo contrario, el paquete de reformas es un paquete para el beneficio de una clase social en detrimento de otra.
La clase política toda contribuye a la denostación de la lucha que encabeza el magisterio, desde el “izquierdista” PRD, cuya corriente Nueva Izquierda “Los Chuchos” ahonda en su papel de lacayos, aplaudiendo todas las iniciativas provenientes del Pacto por México, gobernadores como Graco Ramírez que se suma al llamado para que la fuerza pública ponga un alto a las movilizaciones en la Ciudad de México, cuyo gobierno, supuestamente también de “izquierda”, pone su granito de arena al clima de linchamiento cerrando estaciones del metro, paradas del metrobus y calles en donde no se realiza bloqueo alguno.
La competencia derechista por ser la comparsa favoritadel PRI, Acción Nacional, fiel a su origen filo-fascista deja mostrar sin pudor alguno su odio clasista y racista hacia los profesores de origen humilde e indígena, ridículamente los acusa de secuestro de calles, edificios y plazas públicas (como si estas pudieran ser objeto de raptocual peli de ciencia ficción Made in Hollywood), sin el menor recato llaman al uso de la fuerza pública para desalojarlos.
Porque el primer triunfo de esta jornada de lucha social ha sido impedir que Peña Nieto planteara el IVA general a alimentos y medicinas en su propuesta de Reforma Hacendaria, pese a la aparente furibunda respuesta empresarial y Panista, y el oportunista festejo de la cúpula Perredista, la burguesía mexicana y su clase política han evaluado el escenario de crispación social y han tenido que recular al menos en este punto y presentar una Reforma Hacendaria light.
Los primeros resultados de estas jornadas de lucha son exitosos, pese a la aprobación de la Reforma Educativa y su publicación, impedirgravar con IVA a alimentos y medicinas es una victoria que el magisterio disidente obsequia a todos los mexicanos, incluyendo a quienes a través de redes sociales exigen su desalojo cueste lo que cueste, y además, si la dirección de la CNTE no recula, bien podrían expandir su influencia entre quienes desde las filas oficialistas se han sumado a la rebelión magisterial.
Tampoco es menor la resistencia que muestran frente a la campaña mediática que promueve su linchamiento, los “radicales” oaxaqueños, núcleo y soporte principal de estas jornadas resisten estoicamente pese a las notas que a diario denostan su trabajo.
¡Apoyo total al Paro Cívico Nacional!, ¡Apoyo total a la CNTE!, ¡Frente al linchamiento mediático apoyo total al magisterio oaxaqueño!

Movimiento magisterial: resistencia civil enérgica 

[México] Movimiento magisterial: resistencia civil enérgica
La “calidad” es tan sólo el correlato de la “tolerancia” que en 2012 predicaran los órganos electorales. Quien disiente con la política electoral es un “intolerante”; quien se opone a la lesiva reforma educativa, un “enemigo de la calidad”... Twitter: @ladignavoz
Resistencia civil enérgica. Es acaso la expresión más alentadora que se escucha o lee en la prensa alternativa, en las arengas de las cabezas visibles del movimiento magisterial, en la coyuntura de reconstitución de la vetusta dictadura cleptocrática. Expresión que además difiere radicalmente con el unívoco triunfalismo de la clase política, entrampada en un festín de autocomplacencia apoteósica. No son pocos los que aún consideran inocentemente que la reforma en materia educativa responde a la necesidad de optimizar la calidad de la educación. Al igual que el cacofónico discurso de la “calidad de la democracia”, el facsímil verborreico de la “calidad de la educación” aspira a abolir la discusión en torno a la cuestión educativa, y a extraviar la atención ciudadana en lo referente a los aspectos que la semiósfera reformista no atiende, o que atiende sólo colateralmente: a saber, el sentido-valor de la educación, la función social de la instrucción, la condición del educador en relación con el educando. Todas estas aristas cruciales quedan invalidadas cuando el oficialismo invoca artificiosamente la “calidad de la educación”. Aquí el término “calidad” no refiere a un “conjunto de propiedades”; más bien encierra una connotación consustancial con el lexicón empresarial anglosajón:  a saber, “no-inferioridad” o “superioridad”. De esta forma, los impulsores de la reforma blindan e impermeabilizan la iniciativa, confiriéndole un valor a priori a la nueva política educativa –hipotéticamente superior–, e inescapablemente implicando a los opositores de la reforma en una trama en la que figuran como “enemigos de la calidad” o el progreso educacional. Eficaz estrategia de satanización de la disidencia: demoniza infraganti a todo el que no comulga con la reforma. En este ardid lingüístico se incuba la represión.
Tras la reciente aprobación de la ley del servicio profesional docente, los medios de comunicación han priorizado la cobertura de entrevistas selectivas, insistentemente dando voz a los ciudadanos que respaldan la versión presuntamente “retrógrada” de la oposición. A menudo se escucha decir que el maestro sabotea la iniciativa gubernamental por temor a perder sus privilegios-canonjías sindicales, y que el sentido “modernizador” de la reforma felizmente contraviene el interés egoísta-conformista-inferior del gremio. Adviértase como la prensa dispone el terreno para la represión, previendo acaso un eventual fracaso en la administración del conflicto. En este truculento metarrelato, el maestro no es maestro: es un enemigo de la calidad-superioridad de la educación. Si la sed de represión contra el magisterio se llegara a efectuar, se dirá que el estado actuó no contra el gremio magisterial, sino contra una horda de saboteadores del progreso educativo.
La “calidad” es tan sólo el correlato de la “tolerancia” que en 2012 predicaran los órganos electorales. Quien disiente con la política electoral es un “intolerante”; quien se opone a la lesiva reforma educativa, un “enemigo de la calidad”.

Fast track: política al vapor, gobierno corruptor

En relación con la reforma, y tras el desahogo expedito del procedimiento legislativo, Manuel Bartlett apuntó: Ni el dictador chileno Augusto Pinochet “legislaba tan rápido”. Tal y como lo habíamos anticipado, el pleno senatorial aprobó la reforma con un mayoría avasallante: 102 votos a favor (entre los que destacan cinco senadores de la fantasmal oposición) y solo 22 en contra. 
En medio de un aparatoso dispositivo policiaco, y bajo un sitio comunicacional con vocación falsaria, los representantes de la OCDE, el FMI, la Coparmex, las bancas nacionales e internacionales, aprobaron casi unánimemente la reforma educativa. Afuera de la sede parlamentaria, en calidad de ostracismo político, los recipientes-destinatarios de la reforma dialogaban con las vallas metálicas que impedirían su participación en el proceso decisor. Un proceso que a juicio de no pocos analistas hace retroceder más de medio siglo la rueda de las conquistas laborales en México.
Ahora, con la aprobación de la reforma, se dice que el estado podrá evaluar a los maestros conforme a los criterios que, presumimos, rigieron la deficitaria educación del actual ocupante de los pinos, inaugurando, según los panegiristas de la reforma, la transformación educacional que apunta a la calidad (sic) u optimización de la instrucción escolar. La calidad, como los méritos, sólo se reclama a los eslabones más vulnerables de la sociedad. Cabe preguntarse cuando se inaugurarán mecanismos para la evaluación-medición de los funcionarios públicos. En este rubro, no obstante, la propuesta de solución  oficialista es la incorporación de la figura de reelección (que múltiples facciones partidarias impulsan), nunca la evaluación punitiva. El gran corruptor, con sed de perpetuidad, se auto confiere la facultad de perseguir la corrupción menor-colateral que éste mismo engendra y reproduce.
Emilio Chuayffet o la educación
La recién aprobada ley del servicio profesional docente es tan sólo complementaria con la reforma suscrita el pasado 7 de febrero de 2013 (un día antes del levantón de La maestra, Esther Gordillo) En aquella oportunidad esbozamos una interpretación de la reforma que ahora cobra mayor proximidad y verosimilitud, y que vale la pena recordar, pues allí se condensa el sentido de la nueva política educativa y las razones efectivas e históricas de la iniciativa reformista:
La reforma educativa busca retirar a los maestros la prerrogativa de elaborar programas o planes de estudio e imponer un ethos consustancial con las demandas del mercado, donde el sentido ético de la educación someta a ésta a condición de medio para perseguir un fin, aquel de facilitar la ganancia de un individuo o sostenedor. Las pruebas estandarizadas de evaluación magisterial, usurpan la libertad de cátedra, reduciendo al profesorado a una mera “correa de transmisión”: su labor se limita a proveer respuestas para los exámenes, ya no preguntas referentes a la vida o realidad del alumno: fórmula integral para la formación de ciudadanos complacientes e imbéciles consumidores. En la llamada “autonomía de gestión” se incuba la privatización, por un lado, y la guetificación, por otro, de la educación. Esta “autonomía” frente a ciertos órganos gubernamentales aspira a incrementar la participación de “organizaciones sociales y privadas”. Para el caso de México, donde “organizaciones sociales y privadas” equivale a “empresarios”, la autonomía presupone la progresiva privatización de las instituciones educativas. Además, el desplazo de un órgano central que regule universalmente el comportamiento infraestructural de las escuelas (en esto consiste la “autonomía de gestión”), conducirá al agudizamiento de las desproporciones materiales, presupuestarias e instructivas, ya de por sí profundas, entre los centros educativos a los que asisten los hijos de pudientes y los guettos-escuelas a los que asisten los hijos de las familias más pobres. Como en Estados Unidos, la segregación socioespacial en los recintos académicos alcanzará niveles inéditos.  
Resistencia civil enérgica
El conflicto magisterial va a escalar. Y va a escalar porque ya no es sólo un asunto entre maestros inconformes y autoridades. A la movilización magisterial encabezada por la CNTE y una vasta gama de organizaciones sindicales, se han sumado los trabajadores en paro de Mexicana de Aviación, los más de 16 mil electricistas pertenecientes al Sindicato Mexicano de Electricistas que no han sido liquidados, miles de jóvenes integrantes del M-132, el movimiento en defensa del petróleo, múltiples colectivos, asociaciones civiles y ciudadanos independientes que advierten el amplio alcance de la reforma en cuestión, así como la necesidad de configurar una resistencia civil enérgica que frene la política de desmantelamiento de derechos, que tarde o temprano a todos va a alcanzar.
Martin Niemoller, pastor protestante, alguna vez lamentó: “Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”.

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