jueves, 23 de julio de 2009

Bajo la Lupa

">La antiproliferación nuclear: las ideas audaces de El-Baradei
Alfredo Jalife-Rahme
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Barack Obama, presidente de Estados Unidos, ayer en la Casa Blanca">Foto Ap
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l discurso de Barack Obama en Europa sobre un mundo libre de armas nucleares fue escamoteado por los multimedia anglosajones, controlados por el complejo financiero-militar-industrial, amén de haber sido calificado de fantasioso por los belicosos de costumbre.

La temeraria visión de Obama (ver Bajo la Lupa, 5/7/09) puede abrir las puertas a la desnuclearización de Medio Oriente –sin excepciones paleobíblicas (v.gr. la dotación de Israel de un máximo de 400 bombas atómicas, según el Boletín de Científicos Estadunidenses)–, en medio de la cual se sitúa la crisis iraní, según De Defensa (13/7/09).

Debka (20/7/09), presunto portal del Mossad (servicios de espionaje israelíes), revela parte del contenido del paquete de propuestas ofrecido a Occidente por Irán, en medio de su crisis electoral, que coloca en el foco del desarme medioriental a las más de 200 (sic) ojivas nucleares de Israel.

El portavoz del Ministerio de Exterior de Irán, Hassan Qashqavi, comentó que no podemos hablar de un Medio Oriente desnuclearizado sin discutir las más de 200 (sic) ojivas del régimen sionista de Israel.

¿Son más de 200 ojivas, según los iraníes, o el máximo de las 400, expuesto por los científicos de Estados Unidos, que posee en forma clandestina Israel?

La única manera de averiguarlo es mediante una inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), rechazada obviamente por Israel, que aún no firma el Tratado de No Proliferación (NPT, por sus siglas en inglés) y goza de selectivas canonjías celestiales que discriminan al resto de los países del planeta.

Por cierto, los sionistas locales, autoadscritos a la defensa de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo que no sea Israel, han guardado silencio obsceno sobre el trato infrahumano propinado al pacifista Mordechai Vanunu, técnico nuclear israelí, quien reveló la dotación atómica de su país en Dimona hace dos décadas.

En ese contexto de fragilidad conceptual, que flagela la antiproliferación, el egipcio y de esposa iraní Muhamed El-Baradei, saliente director de la AIEA, aduce que se requieren ideas audaces (sic) para avanzar en la no proliferación (The Daily Star, 19/8/09).

Exalta la visión de Obama sobre un mundo libre de armas nucleares y el vínculo entre la no proliferación atómica y el desarme de los estados nucleares, y admite que el NPT, que data de 1970, se encuentra en desorden, pero que Obama, por fortuna, ha prometido revitalizar.

Identifica cinco problemas del NPT:

1. Las cinco principales potencias nucleares (nota: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU) no han tomado en serio (sic) sus obligaciones en el NPT para el desarme atómico. Al contrario, han modernizado sus arsenales y carecen de la autoridad moral (sic) para persuadir a otros de no adquirir armas nucleares, que son fuente de poder e influencia y garantía contra un ataque.

2. No existe nada (sic) que pueda detener a los países firmantes del NPT a que lo abandonen (el caso de Norcorea).

3. La AIEA se encuentra vergonzosamente subfinanciada para investigar el programa encubierto de un país: sus laboratorios analíticos son vetustos, carece de acceso adecuado a la imagenología satelital, y sus inspectores tienen las manos atadas al no tener permiso de acceso a todas las localizaciones.

4. Los controles de exportación han fracasado en prevenir la difusión de la sensible tecnología atómica, como es el caso de las sofisticadas redes clandestinas del científico nuclear paquistaní A.Q. Khan. Nueve países disponen de armas atómicas (nota: además de los cinco grandes, los cuatro clandestinos: Israel, India, Pakistán y Norcorea) y “cierto número de países con programas nucleares de energía tienen la capacidad de manufacturar ese tipo de armas (…), ya que han dominado la tecnología crítica del enriquecimiento de uranio y el reprocesamiento del plutonio”. Tal dualidad civil-militar es el talón de Aquiles del NPT.

5. El Consejo de Seguridad (sic) de la ONU ha estado paralizado frente a los desafíos a la seguridad internacional y ha sido inefectivo (sic) en responder a los casos sospechosos de proliferación.

El saliente director de la AIEA alaba el paso decisivo de recortar los arsenales de Estados Unidos y Rusia, que juntos disponen de 95 por ciento de las 27 mil ojivas que pululan en el mundo.

Existen otros pasos principales: aplicar el Tratado Integral de Abolición de Pruebas Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés), negociar un tratado verificable para prohibir la producción de material fisionable para su uso en armas nucleares; mejorar la seguridad física de material atómico y radiactivo, que puede caer en manos de terroristas, y fortalecer a la AIEA.

Propone una medida principal: la creación de un banco de uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por sus siglas en inglés), a cargo de la AIEA, para garantizar el abastecimiento a países que necesitan combustible atómico para sus reactores. Su financiamiento es viable gracias a las aportaciones de Nuclear Threat Initiative (la ONG fundada por Ted Turner y Sam Nunn) y del empresario Warren Buffett.

Una característica del LEU (uranio de bajo enriquecimiento) es que no puede ser usado para fabricar armas y dicho mecanismo será esencial conforme más países introduzcan la energía nuclear: “sin criterios políticos ni discriminatorios (…) la AIEA tendría a su disposición un almacenamiento físico de LEU como reserva de última instancia para los países con programas atómicos que enfrentan una interrupción del abastecimiento por razones no comerciales” y requieran desarrollar su propia capacidad de enriquecimiento de uranio o reprocesamiento de plutonio.

Cita el caso anómalo de Irán después de la revolución islámica de 1979, cuando no fueron cumplidos los contratos para combustible y la tecnología para sus plantas nucleares planificadas (léase por Estados Unidos).

Comenta que las consecuencias de dicha decisión son todavía resentidas 30 años más tarde, en crítica alusiva al unilateralismo nuclear de Estados Unidos frente a Irán: ningún país será obligado a cesar su derecho a desarrollar su propio ciclo de combustible, siempre y cuando cumpla sus obligaciones atómicas de salvaguarda (nota: que pisotea Israel).

Concluye que todas las actividades nuevas de enriquecimiento y reprocesamiento serán colocadas exclusivamente bajo control multinacional y todas las instalaciones existentes pasarán de control nacional a multinacional.

Sí que es audaz la idea de El-Baradei, ya que en la presente involución de la civilización occidental es inimaginable que Estados Unidos, ya no se diga Israel, admita controles nucleares que no domine en su suelo y en el de los demás.

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