Nada podrá devolverle la vida a los bebés que albergaba la guardería ABC,lo menos que puede hacer el Estado por los bebitos fallecidos es que los culpables paguen por las muertes de los infantes.
Lorena Aguilar Aguilar
El 5 de junio se cumple el primer aniversario de la tragedia en la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora-subrogada a particulares por parte del IMSS-. Este terrible acontecimiento caló hondo en el ánimo de la mayoría del pueblo mexicano, en primer lugar, porque la tragedia se desató debido a la acumulación de negligencias que llevaron a que las instalaciones de dicha guardería no reunieran las condiciones de seguridad necesarias para cumplir sus funciones, es decir, la guardería infantil operaba enfrente de una gasolinera; no tenia salidas de emergencia y estaba al lado de una vulcanizadora que funcionaba también como pensión, en esas condiciones sólo era cuestión de tiempo para que sobreviniera una tragedia, la cual por desgracia sobrevino el 5 de junio del año pasado.
Por supuesto que lo más dramático fue que estas negligencias acabaron con 49 vidas inocentes que apenas estaban comenzando. Los bebés que fallecieron en el incendio fueron asesinados por la corrupción del sistema mexicano, que en las últimas décadas ha entregado a manos de intereses privados, funciones que de manera obligatoria debería cumplir el Estado, como es la supervisión directa de las guarderías del IMSS. Por ahorrarse unos pesos y obtener un máximo de ganancias, los socios dueños de la guardería jugaron con la vida de los menores a vista y paciencia de las autoridades.
Desde los primeros días posteriores a la tragedia se señaló a quienes resultaron culpables de las muertes de los menores, entre ellos el que alguna vez fuera director del IMSS, Juan Molinar Horcasitas y el ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours; además del grupo de socios dueños de la guardería subrogada-entre ellos ha aparecido un nombre ligado a Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa-, dichos dueños se han caracterizado por su constante relación con el grupo en el poder, esto sin importar cual sea el partido en el gobierno, lo cual les ha garantizado una serie de privilegios, que tuvieron como consecuencia la violación de todas las normas de seguridad, por lo tanto hago énfasis nuevamente, el sistema mexicano es el principal responsable de las muertes de los bebés de la guardería. Lo que resulta indignante es que todos los involucrados continúan libres e impunes, mientras 49 familias sonorenses aun lloran a los angelitos que perdieron en la tragedia.
Desgraciadamente la impunidad ha sido una constante en nuestro México, ya se ha convertido en parte de nuestra cotidianeidad que élites cercanas a los grupos en el poder puedan pasar por encima de la ley, sin importar las afectaciones que puedan causar, y seguir campantes como siempre.
Al dolor de las 49 familias que sufrieron la perdida de sus pequeños, se han sumado las familias de los jóvenes que fueron asesinados la noche del 31 de diciembre en Cd Juárez mientras se encontraban en una fiesta, o el caso de los 10 niños y adolecentes que fueron acribillados en un paraje de Durango en marzo pasado o los dos menores asesinados por militares mientras se dirigían a Nuevo Laredo con sus familias o los estudiantes baleados en el Tec de Monterrey, tambien a manos de militares y así podríamos seguir enumerando casos; el punto es que todos estos crímenes han permanecido impunes, los responsables no han sido llevados ante la justicia para que paguen pos sus delitos.
Mientras tanto los días siguen pasando, nada podrá devolverle la vida a los bebés que albergaba la guardería ABC, nada podrá hacer desaparecer el dolor de las familias, sin embargo, lo menos que puede hacer el Estado por los padres de los bebitos fallecidos es hacer que todos los culpables paguen por las muertes de los infantes. No existe ninguna cantidad de dinero que pueda reparar en lo más mínimo el daño, pero si algo le debe México a esos bebés es justicia
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