La lucha de los campesinos de Atenco ha sido ejemplar; sus presos símbolo del pueblo mexicano
La lucha de los campesinos de Atenco ha sido ejemplar; sus presos símbolo del pueblo mexicano
El martes 29 de junio, decenas de miles de trabajadores y ciudadanos de los sectores oprimidos, nos lanzaremos a las calles exigiendo la libertad de los 12 presos políticos de Atenco
1. Varios centenares de indígenas, campesinos, amas de casa, estudiantes, con los combativos gritos de “¡Libertad, libertad a los presos por luchar!” y “¡Libertad a los presos políticos de Atenco!” iniciaron el mitin del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con la exigencia de que los ministros revoquen la sentencia a los 12 atenquenses que aún purgan condenas que van de 35 a 112 años. Pero también los asistentes conocieron en pleno mitin que: “en este momento, América del Valle –la combativa dirigente del FPDT- está en la embajada de Venezuela pidiendo asilo político porque es perseguida en México. Se le hizo un exhorto al embajador de esa nación para que atienda la solicitud y se le pidió al presidente venezolano, Hugo Chávez, le conceda el asilo. La hija del preso político Ignacio del Valle, envió un escrito que en sus reflexiones finales dice:
2. “No estoy dispuesta a permanecer más tiempo (en México) escondida, acosada, maniatada. Ya son más de cuatro años así, y la situación no tiene visos de cambiar. Mi única alternativa para recuperar la libertad por ahora es acogerme al asilo político por parte de un gobierno y un pueblo realmente democrático; de un pueblo solidario con la rebeldía de sus hermanos de otras tierras. Quiero mi libertad para seguir luchando, para seguir estudiando, para seguir viviendo. Por eso he decidido pedirle al pueblo de Venezuela, a su presidente, Comandante Hugo Chávez, que me acojan en su territorio mientras logro recuperar mi derecho a seguir luchando en mi propio país. Que el mundo entero voltee a mirar lo que sucede en México. Que observe atentamente lo que está por ocurrir en estos días que la mayor instancia de justicia de nuestro país es incapaz de plantar cara ante una decisión de Estado, aún cuando éste cometa la más burda y lacerante de las injusticias”.
3. San Salvador Atenco –debe saberse en todo el mundo- es una pequeña población campesina que está a unos 40 kilómetros de la Ciudad de México; sus habitantes se negaron a vender sus tierras, en ejido colectivo y pequeñas parcelas, al gobierno de Fox cuando éste se proponía construir un gran aeropuerto internacional. Los compradores en realidad les pagaban una milésima parte de su valor queriéndoles ver la cara de tontos, además les decían que podrían ser barrenderos, maleteros o cargadores en el nuevo aeropuerto. Los campesinos se negaron demostrando que la tierra era herencia de sus antepasados y pasarían a manos de sus hijos y nietos porque era lo único que les garantizaba su vida, aunque siguieran en la pobreza. El presidente Fox entró en cólera, los reprimió, pero con el apoyo de otros sectores, los campesinos se defendieron y continuaron luchando, sobre todo dando solidaridad a otras batallas sociales. El gobierno de Fox quedó dolido por la derrota recibida.
4. Luego vino la inolvidable venganza. Imaginen la ira de Fox al fin de su sexenio: el coraje de un personaje que como él se sentía de sangre azul, panista de pura cepa, hijo de España y prominente empresario, derrotado por un pueblo campesino y por dirigentes que se habían prestigiado en todo el país como luchadores sociales antigobiernistas. ¿Y Peña Nieto, el gobernador del Estado de México que proyectaba su campaña hacia la Presidencia de la República? ¿Acaso no miraba el momento y la oportunidad de acabar con tan destacados opositores populares? En tanto Mao –el fallecido líder chino- hablaba de las cien flores que abran corazones e ideas, en la ciudad de Texcoco la policía desató la represión contra humildes mujeres de Atenco que vendían flores en el mercado para poder conseguir unos centavos para comprar la comida del día para la familia. Cualquier pretexto fue válido para desatar la brutal represión.
5. En México gobierno, empresarios y clases altas se llenan la boca diciendo que hay mucha libertad en el país, pero no dicen que sólo aquella que está en los límites de lo que puede soportar la clase política y empresarial: la de aquellos corruptos políticos e “intelectuales” asimilados al sistema, la de los invitados de siempre en la radio y la TV, la de aquellos que siempre han sido oposición de mentiritas, no real. Pero cuando una organización o grupo de individuos explotados y oprimidos sobrepasa -a criterio del poder- el marco restringido, entonces la represión aparece con toda su brutalidad, tal como los campesinos de Atenco o de Oaxaca. Quizá no esté diciendo con esto nada nuevo, pero es importante reiterarlo para demostrar la falsedad, las mentiras, de aquellos que hablan de democracia, libertad y justicia en un país donde siempre se ha usado la cárcel y el exterminio para acallar a los luchadores sociales.
6. Si acaso, por aquellas cosas inauditas de la vida, la SCJN llegara a ordenar la liberación de los campesinos de Atenco presos, no habría nada qué agradecerle, ni tampoco pensar que es una institución justiciera o confiable porque históricamente ha sido la madre avaladora de las injusticias. Que no se caiga en aquella posición maniquea de que “cuando nos benefician todo es bueno y cuando no todo es malo”. Debe quedar siempre claro que todas las instituciones, los órganos de poder y sus leyes favorecen siempre a la clase dominante, que sólo podemos arrancarles algo cuando demostramos una gran fuerza, o saldrían porque la burguesía aplica una política de mediatización para luego tratar de controlarnos. Los presos deben salir libres porque son inocentes, pero si acaso los dejaran encerrados sería por miedo de la burguesía a los atenquenses por su contribución para hacer avanzar las luchas de los trabajadores.
7. Por eso el martes 29 de junio, decenas de miles, o cientos de miles si asistimos los trabajadores y ciudadanos de los sectores oprimidos, nos lanzaremos a las calles exigiendo la libertad de los 12 presos políticos de Atenco; pero también debemos estar ahí para condenar al gobierno fascista de Calderón que, además de hacer más miserable la economía de los trabajadores del país, ha desatado una feroz represión contra las luchas de los electricistas, mineros, oaxaqueños, profesores y demás. Por otro lado, existe mucha confianza en que el gobierno de Chávez no tendrá algún impedimento burocrático internacional para otorgar asilo a América del Valle, destacada luchadora social del Frente Campesino. Si América no es asilada en Venezuela o en otro país independiente, existe el peligro de que sea encarcelada o asesinada mediante cualquier argumento jurídico y demás falacias que acostumbra usar la burguesía contra sus enemigos.
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