No.280 junio 2010
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Mientras avanza el proyecto de integración subordinada al Imperio Yanqui, el racismo, los asesinatos contra los mexicanos, el servilismo del gobierno hacia Washington, el Estado mexicano, se entra en un proceso en el que el
Estado, al que los gringos llaman “fallido” se desarticula para tener mayor oportunidad y pretexto, se desarticula y desmantela a nuestro México. Parte de la política que impulsa EEUU es la de la degradación, la división y la polarización en México.
A pesar de que el PRI y el PAN están al servicio de Washington y han ayudado paso a paso desde hace décadas al proceso de dependencia que hoy sufrimos, Washington quiere a ambos partidos que lo favorecen, y a todo el
sistema de partidos e instituciones electorales y políticas, débiles y desprestigiados. “Divide y Vencerás” es la gran política del Imperio desde tiempos inmemoriales. El sistema político y electoral, no sólo conduce a que sean las cúpulas quienes designen a los candidatos, y las campañas de dinero y propaganda mediática las que lleven al poder a los políticos que mejor van a servir a los poderosos. También conduce al desprestigio de la política y los políticos, para provocar asco y alejamiento de los electores y evitar su participación masiva en la elección de sus representantes. Así que la “democracia a la gringa” y su sistema electoral, lleva a olvidarse de programas que solucionen los problemas del pueblo, para convertirse en “circo” y “escándalo”, para exhibir escándalos sexuales y sacarse los trapos sucios que todos tienen y mantienen en la impunidad.
Con éste sistema se logra que sea una minoría la que se imponga y que la gran mayoría no pueda decidir la solución de los grandes problemas nacionales y que escoja los representantes auténticos del pueblo. Por
ejemplo en Colombia en las recientes elecciones, Santos apenas tuvo 9 millones de los casi 30 millones de votantes y así podrá seguir con el proyecto de Uribe, el Plan Colombia y la subordinación a Washington, la
verdadera intensión es utilizar el territorio colombiano como base militar en contra de los países cercanos, que actualmente están en lucha constante por su Soberanía Nacional, como es el caso de Venezuela.
Vivimos en pleno neocolonialismo, para mantener el control, el imperio necesita debilitar el Estado Nación, no en vano Washington mandó de embajador a México a Carlos Pascual experto en “desmantelar estados
fallidos”, como ya lo hizo en Ucrania. Para implementar el control directo por parte de las corporaciones y sus gobiernos buscan desarticular la unidad de los países y negociar directamente con los estados o provincias. Por eso se vive un proceso de “feudalización” del territorio, donde los gobernadores son dueños de hacer y deshacer a su antojo sin que nadie los controle, como se ve tanto con los gobernadores del PRI, como Peña Nieto, Ulises Ruiz, Mario Marín o Fidel Herrera o los del PAN como Marco Antonio Adame, Emilio González Márquez, o los del PRD
como Zaferino Torreblanca. Los casos de impunidad como el del exgobernador Eduardo Bours son indignantes. Pero de eso se trata, de darles todo el poder local para que abran las puertas y ventanas a las corporaciones
nacionales y extranjeras, así como hace Fernando Toranzo en San Luis Potosí, que permite que siga funcionando la empresa canadiense New Gold, violando todas las leyes, o en Chiapas del gobernador del PRD, Jaime
Sabines, donde Mariano Abarca fue asesinado impunemente por la minera canadiense Blackfire. El esquema neoliberal es el del dominio de las trasnacionales y de sus gobiernos y el trato directo con los estados o
provincias aislados. Eso está prohibido por la Constitución, pero en TV nos informaron que el FBI estaba en México a petición de Peña Nieto para colaborar en la investigación del crimen de la niña Paulette.
Para lograr sus fines necesitan degradar la política, los políticos, las instituciones, el congreso, los jueces e imponer un gobierno ejecutivo que se salte las leyes, los estados y los municipios. Para que imponga en todo
el país decisiones que han acordado en el Consejo Coordinador Empresarial y que los presidentes implementan verticalmente, como fue el ASPAN. Al mismo tiempo requieren de un clima de descentralización para poder imponer
en cada estado o provincia por separado los intereses de las trasnacionales. La degradación de la política lleva a que el pueblo se aleje de la participación y le dé la espalda a la misma que es monopolizada por los representantes del gran capital.
Los gobernadores andan sueltos, Marín seduciendo a una niña, las llamadas de Fidel Herrera y las de Ulises Ruiz para usar los recursos públicos a favor de sus partidos. La guerra del lodo, los abusos del poder. Todo se vale. Los caciques locales, controlan los organismos electorales. En Veracruz, Buganza se venga contra Yunes. La política es “Darse todos” y mantener el poder que se delega hacia el más dócil como en Oaxaca. Su política clientelar queda al desnudo, los candidatos son los mismos gobernadores que hacen las campañas. Se acusa al gobierno panista de espiar al PRI, pero todos se espían desde múltiples instituciones. Es la cloaca generalizada, y las mismas prácticas de todos los partidos. El sistema de partidos muestra su podredumbre y al mismo tiempo su impunidad.
En las grabaciones se muestra la seguridad que sienten y la arbitrariedad con que actúan. Hoy los gobernadores no tienen contrapeso. Se sienten todopoderosos, pero en realidad son pequeños sirvientes de las grandes
corporaciones extranjeras contra sus pueblos.
Los escándalos actuales muestran la preminencia del viejo sistema político mexicano y sus reglas del juego. Su modelo electoral, el papel que juegan los medios, y desenmascaran el fracaso de “la alternancia” en el poder como forma de llegar a la democracia. Las cúpulas siguen actuando impunemente, el PRI está recuperado y el PAN siguió la misma línea y mañas del viejo PRI, que hoy espera volver al poder. Hoy se promueve la idea de regreso inevitable del PRI, y por eso el PAN mueve cielo y tierra para mantener el poder. El PAN se sube al ring a pelear con el jugador sucio, los cochinos no son exclusivamente los priístas. Son muchos los cochinitos, es un chiquero. Este chiquero es el que necesita el gran capital para defender sus intereses, imponerlos. Para lograrlo se
debilita la autoridad electoral y el sistema judicial mexicano. Las plataformas, son más de lo mismo y muchas promesas que no se cumplen, porque los representantes no están mandatados, entonces siempre prometen
lo mismo y reparten dispensas, materiales, etc., el clientelismo y el corporativismo en pleno.
La lección es clara, la famosa alternancia del PRI y el PAN no existen y ha fracasado. La única salida es la renovación democrática. Pasar del sistema de partidos a una plena democracia en la que haya selección
democrática de los candidatos, que se financié el proceso electoral y no a los partidos, que los representantes estén mandatados y puedan ser depuestos. Esto es imprescindible para que exista la democracia y triunfe
la voluntad soberana del pueblo.
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