Autor: Zósimo Camacho | |
El asesinato de Timoteo Alejandro, máximo dirigente del movimiento por la autonomía del pueblo triqui, cimbra las estructuras del Municipio Autónomo de Copala y del MULTI. Los “líderes naturales” de las comunidades en resistencia no tienen duda: se trató de un crimen de Estado. Culpan a los gobiernos de Felipe Calderón y Ulises Ruiz. Advierten un embate paramilitar, pero se muestran firmes: “Ni nos rendimos ni nos vendemos; antes nos matan en nuestras casas”. Resuelven luchar hasta consolidar definitivamente el proyecto autonómico
Zósimo Camacho / Julio César Hernández, fotos / enviados
Firme en la construcción del Municipio Autónomo con sede en San Juan Copala, le apostó a la paz y al diálogo entre los triquis, a pesar de las decenas de asesinatos que comenzó a contar su organización. Él mismo y su esposa se sumaron a las estadísticas el pasado 20 de mayo, cuando un operativo desarrollado con seis meses de antelación terminó con las vidas de Timoteo y su esposa Tleriberta Castro.
Mientras que el doble asesinato se concretaba en esta comunidad de Yosoyuxi, un grupo paramilitar de alrededor de 15 efectivos intentó tomar el palacio municipal de San Juan Copala. Las autoridades autónomas cerraron los accesos y se pusieron a salvo de las cerradas descargas de AK-47 y AR-15. Los asaltantes, que llegaron a las inmediaciones del edificio, finalmente se retiraron. Simpatizantes de la autonomía triqui consideran que se trató de una acción coordinada para acabar con el proyecto de los indígenas en resistencia: asesinar al dirigente máximo del movimiento y tomar San Juan Copala.
De la región salió toda representación formal del gobierno federal: Ejército Mexicano, Policía Federal, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Secretaría de Desarrollo Social. También huyeron los funcionarios estatales, los maestros, los médicos, los sacerdotes, las enfermeras.
Violencia cotidiana
La muerte del líder autonomista no arredra a los simpatizantes del Municipio Autónomo como no los han amedrentado las emboscadas y los tiroteos diarios.
“Sabemos que nos podemos morir; pero, como triquis, no tenemos miedo. Es más grande el coraje y la muina”, dice el presidente autónomo suplente de San Juan Copala, Julián González Domínguez.
Originario de la comunidad Cruz Chiquita, a sus 52 años es uno de los veteranos de la lucha. A pesar de su voz apagada, sus palabras se escuchan nítidas en la habitación donde se reúne con “líderes naturales” y representantes de las comunidades que integran el Municipio Autónomo: San Juan Copala (cabecera), Yosoyuxi, Santa Cruz Tilapa, Paraje Pérez, Agua Fría, y con integrantes de otras comunidades que militan en la autonomía casi en secreto por temor a represalias.
En dos ocasiones, a lo largo de su vida, ha tenido que beber la sangre cruda directamente de las arterias de una gallina y un perro negros: es el único remedio en estos montes cuando se ha sufrido una emboscada y la víctima vomita su propia sangre.
—Eso nos da fuerza para resistir hasta que nos puedan trasladar a donde hay doctor –explica con seguridad.
Cuatro de cada cinco de los aquí reunidos han sido emboscados alguna vez. Desde el nacimiento del MULTI, a mediados de 2006, y la instauración del Municipio Autónomo en enero de 2007, 30 indígenas simpatizantes de la autonomía han sido asesinados. Algunos, en la propia cabecera de San Juan Copala; otros han sufrido asaltos de paramilitares en sus comunidades, y otros más han sido cazadosen las veredas y brechas que atraviesan los espesos montes triquis.
Julián ha recibido siete impactos de bala: de rifle calibre 22 y de fusiles de asalto AR-15 y AK-47. “Si sobrevives a tres emboscadas, ya en las que siguen no te puedes morir”, dice, con un dejo de sapiencia, Filiberto Velázquez. Él es de los que ha sobrevivido a tres.
Autonomía, camino hacia la paz
El asesinato del “líder de líderes” o Tigre, como llamaban a Timoteo Alejandro Ramírez, fue el primero en muchos años que ocurre en esta comunidad, la que ha visto nacer a las organizaciones más importantes de la región de los últimos lustros: el Club, a principios de la década de 1970; el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), en 1981; el MULTI, a mediados de 2006, y el proyecto del Municipio Autónomo con cabecera en San Juan Copala: Chuma’a, el pueblo de todos los triquis.
Si en la década de 1970 el lema surgido en Yosoyuxi reivindicaba exclusivamente la gestión de recursos y programas sociales, en la de 1980 incorporó demandas políticas: “Unión y lucha hasta vencer o morir”. Sin embargo, la reivindicación de los derechos políticos se profundizó definitivamente en 2006: de esta comunidad salió la demanda de autonomía. Se sumaron más comunidades, entre ellas el centro político y ceremonial de esta cultura, San Juan Copala.
—Sabemos que hay municipios autónomos en otros lugares, como los zapatistas. Los municipios autónomos de Chiapas son un ejemplo para nosotros. Ellos lucharon por sus derechos y hasta se tuvieron que levantar en armas. El gobierno les hacía así como nos hace a nosotros. Y no vamos a dejar de luchar por el Municipio Autónomo, aunque no les guste a Felipe Calderón y Ulises Ruiz –señala Julián González.
Timoteo, “líder natural” de Yosoyuxi y “líder de líderes” del movimiento autonomista, fue fundador del MULTI y el más decidido impulsor del Municipio Autónomo con cabecera en San Juan Copala.
Muy pocas veces hablaba en español. Orador en su lengua, prefería el lenguaje pausado en asambleas y reuniones comunitarias que la grandilocuencia de los templetes y los mítines.
—Era muy sencillo y se relacionaba con todo el mundo. Defendía a la gente de las multas que imponía el MULT. Él se opuso a la creación del Partido Unidad Popular, que creó el MULT, porque no consultó a la gente. Por el contrario, el proyecto autonomista es resultado de asambleas y reuniones con las comunidades –dice el vocero e integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Municipio Autónomo de San Juan Copala, Jorge Albino.
Gregorio Chávez, profesor triqui integrante de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, está convencido de que el Municipio Autónomo es la vía para lograr la paz y la unión de todos los triquis.
Menudo, de sonrisa fácil, se engalla cuando habla del proyecto autonómico: “Sólo así el gobierno nos respetará y dejará de maltratarnos, compa”.
—La ausencia de Timoteo Alejandro parece difícil de superar para el MULTI y para el Municipio Autónomo.
—La gente que provocó la muerte de Timoteo pensará que ya se acabó el proyecto de autonomía. Pero la autonomía del pueblo triqui no es lucha de Timoteo nada más: es del pueblo; es de las comunidades –responde, presto, Jorge Albino.
De 28 años, con una carrera trunca en pedagogía –que abandonó para dedicarse “a la lucha”, luego de una emboscada–, Albino agrega: “La sangre derramada por Timoteo dará fortaleza a la lucha; él ya ha organizado la victoria; nosotros haremos la tarea”.
—Pero es una baja muy importante para el proyecto autonómico.
—Sí; pero escuchemos a las comunidades. Están diciendo que se fortalece la solidaridad y que no desaparece la autonomía. Hoy más que nunca, seguiremos impulsando el proyecto que él inició. Con mayor razón vamos a impulsar la segunda caravana: en honor a él y a los compañeros Bety Cariño y Jyri Jaakkola. No nos vamos a detener.
Como parte de los funerales de Timoteo Alejandro –a quien incluso sus contrarios de la Ubisort y el MULT le reconocían su liderazgo–, se realizan reuniones y asambleas entre autoridades administrativas (agentes municipales autónomos) y políticas (“líderes naturales”).
El agente municipal autónomo de Santa Cruz Tilapa, Jesús López, a nombre de las autoridades reunidas en la primera deliberación durante los funerales de Timoteo Alejandro, sentencia: “No vamos a cambiar de idea a pesar de la muerte de Timoteo. Queremos la autonomía y no hay que temer hasta alcanzarla”.
De 30 años de edad, bigote ralo y con español entrecortado, como casi todas las autoridades, abunda: “Queremos paz y tranquilidad. Nuestra lucha es para alcanzar la paz”.
La iglesia, inmovilizada
El párroco de San Juan Copala, Rogelio Barragán Salazar, dice que la iglesia “sí ha buscado la reconciliación entre los triquis”. Asegura que la institución ha convocado a reuniones a todas las organizaciones y que el propio obispo de la diócesis de Huajuapan de León, Teodoro Enrique Pino Miranda, “vino a celebrar misa en la región”.
—¿Cuándo fue esto?
—Hace cuatro años. Ahorita no, porque el señor obispo se encuentra muy delicado de salud. Pero está al tanto de lo que pasa.
Amable, pero con un nerviosismo que lo hace sudar, el sacerdote valora cada palabra de su conversación. Como equilibrista, revisa cada paso para no caer en la animadversión de los grupos enfrentados.
—Yo he tratado de mantener una neutralidad en la región. Gracias a ella se me permite pasar de un extremo a otro. Éste es mi trabajo, y tanto los de la Ubisort, como los del MULT y los del MULTI me respetan y me quieren mucho. Y por eso puedo oficiar en un lado y en otro.
Barragán Salazar, a cargo de la parroquia de San Juan Copala desde hace cinco años, reconoce que él es una de las cinco personas que pueden entrar al centro ceremonial triqui. Sin embargo, también ha trasladado su residencia a Juxtlahuaca.
—El pueblo de Copala está muy desolado debido a la violencia.
—¿Quién ejerce la violencia? ¿Quién no permite la entrada a San Juan Copala?
—No sabría decirle… Y yo no me puedo inclinar para un lado o para otro. Por ejemplo, ahorita que ando en la región, no me puedo establecer en ningún lugar porque pueden decir que el padre ya se fue con un bando.
—¿Tiene usted miedo?
—El temor es constante en este clima de violencia. Una bala perdida quién me la quita. Es humano tener miedo.
La madre María del Carmen Lucero, directora de la Escuela Albergue de San Juan Copala, contesta un saludo con una pregunta: “¿Te conozco?”
Evasiva, señala que las monjas diocesanas ignoran todo de San Juan Copala. “Tenemos la confianza de ellos (los triquis) porque nosotras no profundizamos en sus problemas, pues sabemos que no podemos resolverlos. Respetamos y nos respetan. Gracias a Dios, no tomamos partido con ninguno de los grupos.
—Cómo están los niños de Copala a su cargo.
—Con mucho temor. Y su rendimiento ya ha bajado bastante. Los propios padres de familia andan con mucho temor.
La “provocación”
Jorge Albino reconoce que entre los integrantes del proyecto autonómico persiste el sentimiento de indignación y dolor por la muerte de Timoteo Alejandro y el sitio a San Juan Copala; pero, ataja, el MULTI no caerá en la provocación.
—Timoteo empujó mucho el diálogo entre las comunidades. La muerte de él es una provocación por parte del Estado. Lo que quieren los gobiernos es que nosotros respondamos de manera violenta. Así tendrían una justificación para militarizar la región y reprimir el proyecto por la autonomía.
Agrega que no esperan de los gobiernos federal y estatal justicia alguna en el asesinato de Timoteo Alejandro y Tleriberta Castro.
—Los asesinos fueron entrenados por el Ejército. Los paramilitares tienen sitiada Copala. Las secretarías, tanto estatales como federales, no envían ya maestros ni doctores. ¿No está claro que estamos ante una estrategia de corte militar? Tratan de matarnos por las balas o poco a poco, por falta de medicinas y comida. O tratan de que nos integremos al PRI (Partido Revolucionario Institucional) y abandonemos la idea de la autonomía. Ésas son las opciones que nos dan.
Según Albino, excoordinador de la radio comunitaria La Voz que Rompe el Silencio, la justicia para Timoteo Alejandro y Tleriberta Castro la darán los propios triquis cuando consoliden el Municipio Autónomo.
Los estruendos de los cohetones rebotan en los cerros. La cadena montañosa regresa, multiplicado, el sonido con el que el MULTI y el proyecto autonómico desafían a sus enemigos. En medio de los funerales del líder, “les decimos que no estamos derrotados; vamos a seguir el camino que traíamos”, señala Gregorio Chávez.
Seis meses bajo fuego
José Ramírez Flores, expresidente municipal autónomo de San Juan Copala, ha permanecido en el Palacio Municipal desde hace seis meses. No ha podido hacer entrega formal del cargo a su sucesor, Jesús Martínez. Por más de 180 días, ha tenido que ponerse a salvo de las balas cada mañana, tarde y noche.
—La verdad, es una situación muy difícil. Los disparos son las 24 horas del día. Ahorita la Ubisort (Unión para el Bienestar Social de la Región Triqui, organización de corte paramilitar afiliada al Partido Revolucionario Institucional) ya no permite ni a las mujeres salir por víveres. Y nosotros tenemos que estar en el Palacio; no nos salimos, para protegerlo; pero nos tenemos que esconder de las balas. No nos queda de otra.
Originario de Guadalupe Tilapa, el campesino de 38 años de edad reconoce que ha sentido miedo. Sobre todo, cuando los paramilitares se acercan hasta a 20 metros a disparar contra el edificio.
—Pero vale la pena perder la vida por la autonomía de Copala, por mi pueblo triqui. La lucha es por los hijos, por los nietos, por el futuro.
Explica que no reciben recursos públicos, pues el municipio de Juxtlahuaca entrega a las organizaciones Movimiento de Unificación y Lucha Triqui y Ubisort todo lo que le corresponde a la región triqui. El financiamiento del proyecto autonómico lo obtienen de las colaboraciones de los propios triquis. Sobre todo de aquellos que trabajan en los campos agrícolas del norte del país y de Estados Unidos.
Considera que con la muerte de Timoteo Alejandro no se acaba el Municipio Autónomo: “Ya estamos convocando a asambleas con todas las comunidades que pertenecen a nosotros. Nos tenemos que fortalecer”.
Descarta hablar de las posibilidades de que él se convierta en el “nuevo líder de líderes” del proyecto autonómico: “Se tienen que hacer reuniones y asambleas y entre todos vamos a decidir”. (ZC)
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