Pablo Moctezuma Barragán
En vísperas del bicentenario de la independencia estamos sufriendo en pleno el neocolonialismo, las corporaciones norteamericanas han sustituido a los monopolios contra los que luchó Hidalgo. Para ejemplo un botón: las mineras canadienses que se han apoderado del oro y plata mexicanos.
¡El colmo! El 14 de diciembre, la compañía canadiense New Gold anunció que consiguió un amparo para que siga funcionando la Minera San Xavier en Cerro de San Luis, la cual había sido clausurada el 19 de noviembre por los graves daños ambientales y sociales que ha dejado en la zona luego de haber obtenido un permiso ilegal en 2006. En el Valle de Mazapil, Zacatecas, la canadiense Goldcorp trabaja en la que será la mina de oro a cielo abierto más grande de America Latina, contaminando el suelo con sulfatos y afectando a la población local. Lo mismo sucede en otros estados, como Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Chihuahua. Sólo en 2008 se extrajeron del subsuelo mexicano 50 mil toneladas de oro, equivalentes a 15 mil 698 millones de pesos y más de tres millones de toneladas de plata. A la fecha, las corporaciones canadienses ya se apoderaron del 70% de los nuevos proyectos mineros en México y son dueños del oro y la plata, mientras destruyen y contaminan las comunidades de las zonas en que operan. La oposición contra estas corporaciones crece, así como la represión, que ha llegado al asesinato. Mariano Abarca Roblero, miembro de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y del Frente Cívico de Chicomuselo, luchador incansable contra la minera canadiense Blackfire, fue asesinado el 27 de noviembre pasado por un matón a sueldo. La empresa - sabiendo del plan del asesinato - desde horas antes de perpetrado el crimen y según los pobladores, empezó a retirar sus vehículos y cerró sus oficinas, preparandose para cuando empezaran las protestas de la población. De modo que en vísperas del centenario de la Revolución, las empresas extranjeras se comportan como en tiempos de Porfirio Díaz. He ahí los frutos del Tratado de Libre Comercio de America del Norte que firmó Salinas y del ASPAN que signó Vicente Fox. En 1810 Miguel Hidalgo afirmó que las riquezas de México deberían ser disfrutadas por su pueblo, y de hecho los mexicanos tenemos la capacidad de trabajar nuestros recursos. ¡Basta de neocolonialismo!
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