martes, 21 de junio de 2011

MARCHA CONTINENTAL INDÍGENA Y DE LOS PUEBLOS EN CONTRA DE LOS MEGAPROYECTOS MINEROS

Se acompaña el texto completo la declaración final del Foro.

Alrededor de un centenar de líderes indígenas de Bolivia, Canadá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú y Sudáfrica acordaron además constituir una plataforma continental de lucha frente a las políticas extractivas, a las cuales se oponen por causar contaminación en el territorio que ocupan. La declaración final del Foro de los Pueblos Indígenas "Minería, Cambio Climático y Buen Vivir", celebrado del 18 al 20 de noviembre en Lima pero que solo hoy hizo pública su declaración, reiteró su negativa tajante contra la minería trasnacional y exigió la inmediata derogatoria de los títulos y concesiones mineros "inconsultos". Agregó que los pueblos indígenas son "los dueños legítimos desde los tiempos ancestrales del suelo, subsuelo y recursos naturales que albergan nuestros territorios".

En ese sentido, exigen a los organismos de las Naciones Unidas que los bienes naturales sean declarados patrimonio de los pueblos indígenas que los albergan. Asimismo, manifestaron que su plataforma de lucha debe conducir "a la aprobación de leyes para determinar las zonas prohibidas para la minería en nuestros territorios, como lo han logrado con su lucha los pueblos de Costa Rica".

En otros temas, los pueblos indígenas exigieron que los países responsables históricamente del cambio climático paguen la deuda climática y se comprometieron a "instrumentalizar (crear) el Tribunal Internacional de Justicia Climática". El foro indígena se realizó en el Museo de la Nación de Lima con el objetivo de consensuar una postura de las naciones nativas con miras a la convención sobre el cambio climático anunciada para fines de este mes en Cancún (México). Foro de los Pueblos Indígenas Minería, Cambio Climático y Buen Vivir Museo de la Nación, Lima, 18 al 20 de noviembre de 2010 Declaración de Lima

Los pueblos indígenas, comunidades y organizaciones sociales del Abya Yala, hermanos de África y Europa, hijos de la Madre tierra, Reunidos en el Foro Minería, Cambio Climático y Buen Vivir, en la ciudad de Lima, después de tres días de deliberaciones declaramos: Considerando que: Los pueblos indígenas y comunidades somos portadores de la sabiduría ancestral que ha logrado mantener el planeta a salvo durante miles de años; nuestros conocimientos y prácticas ancestrales de reciprocidad y complementariedad con la Madre Tierra han constituido los valores que han permitido una vida en armonía a la que hoy llamamos Buen Vivir - Vivir Bien.

Desde el tiempo de nuestros abuelos, en nuestros territorios se conserva la biodiversidad. Nuestra vida en armonía fue quebrada cuando hombres occidentales con ambición de riqueza ocuparon nuestros territorios e iniciaron el saqueo de la naturaleza, dejando muerte, contaminación y enfermedades. Hoy la ambición y el saqueo continúan por nuevos conquistadores transnacionales con la bendición de los gobiernos de nuestros países que bajo el mito del crecimiento económico promueven políticas irracionales de extracción de los recursos de nuestros territorios, dejando pobreza y contaminación.

Nuestros territorios llenos de vida y armonía se han convertido en territorios de contaminación y de intoxicación de la salud humana, en territorios de militarización y criminalización de las luchas, en territorios de saqueo y pobreza a consecuencia de las políticas extractivistas guiadas por los gobiernos.

Por otro lado, también se han convertido en territorios de resistencia, de lucha, de propuestas y ejercicio de nuestros derechos, como son las consultas comunitarias realizadas por nuestras autoridades ancestrales en diversos países del continente.

El saqueo de los bienes naturales se ha intensificado en nuestros tiempos por la ofensiva neoliberal a través de los tratados de libre comercio entre estados, cuyos términos vulneran nuestros derechos indígenas y colectivos amparados en tratados internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

El exponencial consumismo occidental, el saqueo de nuestros bienes naturales y la industrialización de los países desarrollados han generado una crisis climática global a la que se suma la crisis alimentaria. Los efectos del calentamiento global han aumentado los riesgos de vulnerabilidad de nuestros derechos y están modificando nuestro modo de vida que milenariamente ha dependido de la Madre Tierra. Los pueblos indígenas somos los que menos contribuimos al calentamiento global, somos los que sufrimos sus peores consecuencias y somos excluidos de los procesos de negociación internacional y definición de políticas nacionales.

Los estados vienen implementando una sistemática política de criminalización, dentro de la cual se han creado nuevos delitos con la única finalidad de debilitar nuestras luchas. En consecuencia, miles de líderes indígenas se encuentran perseguidos y procesados judicialmente por defender la Madre Tierra y nuestros derechos. Por tanto, resolvemos:

  • Llamar a la unidad continental y mundial de los pueblos indígenas y movimientos sociales y movilizarse en defensa de la Madre Tierra, por la construcción de estados plurinacionales y la implementación del buen vivir a nivel global, como alternativas para superar las crisis climática, alimentaria y económica. Volver al equilibrio con la Madre Tierra para salvar la vida en el planeta es nuestro camino.
  • Demandamos a los estados el reconocimiento y cumplimiento pleno de nuestros derechos reconocidos por el sistema internacional, en especial la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Respeto a la libre determinación, a nuestros territorios y su soberanía, a la consulta y consentimiento previos, libres e informados con carácter vinculante, a decidir nuestra propia forma de vida.

• Denunciar las políticas de criminalización que los estados están implementando contra los defensores de la Madre Tierra, persiguiéndonos, enjuiciándonos, encarcelándonos y asesinándonos. Y convocamos al establecimiento de alianzas entre pueblos indígenas y redes sociales con el fin de implementar acciones colectivas a nivel internacional y nacional para frenar estas políticas.

  • Exigimos políticas agrarias que garanticen la seguridad y soberanía territorial de los pueblos indígenas y campesinos, y una distribución racional y equitativa del agua. Con relación al Cambio climático: Demandamos el respeto a los derechos de los pueblos indígenas en los procesos de negociación internacional sobre cambio climático y la implementación de políticas nacionales por los estados; en especial el derecho a la libre determinación y el derecho al consentimiento libre, previo e informado.
  • Demandamos el respeto a los Derechos de la Madre Tierra y de todos los seres vivos.
  • Exigimos que los países responsables históricamente del cambio climático paguen la deuda climática. Nos comprometemos a instrumentalizar el Tribunal Internacional de Justicia Climática.
  • Exigimos la construcción de una agenda nacional y regional de justicia climática, con amplio proceso de consulta previa, libre e informada a los pueblos y comunidades.
  • Demandamos que en los acuerdos para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático se tomen en consideración nuestros conocimientos y prácticas de reciprocidad y complementariedad con la Madre Tierra.
  • Reafirmamos el Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba (abril 2010).
  • Exigimos que los gobiernos apoyen la adopción en Naciones Unidas de la Declaración de Derechos de la Madre Tierra.
  • Exigimos a los estados que asuman su responsabilidad y lleguen a acuerdos concretos y vinculantes respecto a la reducción de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero para revertir el proceso de calentamiento global. La adaptación de las comunidades vulnerables solo será viable si los países ricos reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
  • La deuda ecológica generada por los países del Norte con sus emisiones de GEI debe ser pagada y los fondos destinados a atender a las poblaciones vulnerables y afectadas por la crisis climática en el Sur.
  • Rechazamos las falsas soluciones del mercado de carbono, así como todas aquellas que pretenden mercantilizar a la Pachamama. Rechazamos la mercantilización del mecanismo REDD a través de los mercados de carbono. Rechazamos los agrocombustibles que cambian el uso de la tierra y amenazan la soberanía y la seguridad alimentaria. Declaramos que LA VIDA NO SE NEGOCIA.
  • Exigimos que todo proyecto o programa contra la deforestación respete los derechos de las comunidades al territorio, autonomía, a la consulta y consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas. Debe asegurarse la participación y los beneficios de las poblaciones de las áreas que ellas milenariamente han defendido. Que los gobiernos cambien las políticas que favorecen la deforestación y apoyen el manejo forestal comunitario de los pueblos indígenas.
  • Convocamos a sumarse al Foro Indígena del Abya Yala sobre Cambio Climático.
  • Nos comprometemos a participar en el Referéndum Mundial Climático acordado en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizada en Cochabamba.

Con relación a la Minería:

  • Decimos enfáticamente: no a la minería, sí a la vida. Rechazamos la minería transnacional, no a la minería en los territorios de los pueblos indígenas. Exigimos la inmediata derogatoria de los títulos y concesiones mineros inconsultos.
  • Declaramos los pueblos indígenas somos los dueños legítimos desde los tiempos ancestrales del suelo, subsuelo y recursos naturales que albergan nuestros territorios. Exigimos a los organismos de Naciones Unidas que los bienes naturales sean declarados patrimonio de los pueblos indígenas que los albergan.
  • Apostamos a cambiar el modelo extractivista para el buen vivir de los pueblos del mundo. En este sentido nuestras luchas deben conducir a la aprobación de leyes para determinar las zonas prohibidas para la minería en nuestros territorios, como lo han logrado con su lucha los pueblos de Costa Rica.
  • Demandamos a los estados el reconocimiento y aplicación del derecho al consentimiento que nos asiste como pueblos indígenas de acuerdo al derecho internacional. Llamamos a los pueblos indígenas y comunidades a no permitir el desarrollo de proyectos mineros sin consentimiento. En particular hacemos un llamado a la aprobación de la Ley de Consulta en el Perú y su inmediata promulgación.
  • Emprender campañas continentales y globales contra las políticas de organismos internacionales (Banco Mundial y otros) que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, a la contaminación y al desconocimiento de nuestros derechos, agravando la crisis climática.
  • Emprender campañas continentales y globales contra las empresas mineras, denunciando sus violaciones a los derechos internacionales y sus impactos ambientales, sociales y culturales.
  • Emprender campañas continentales y globales contra las políticas extractivistas de los Estados y denunciar ante el sistema internacional de protección de los derechos humanos los casos de violación de los derechos humanos, los derechos indígenas y campesinos por estas políticas, como el desplazamiento forzoso de comunidades enteras.
  • Nos comprometemos a defender y fortalecer nuestras formas de organización comunal y nuestra propia economía comunitaria como alternativa al extractivismo.
  • Fortalecer y articular las luchas de las comunidades y los movimientos sociales frente a la minería, a través del intercambio y la construcción de una plataforma continental.
Convocamos:
  • A constituir una plataforma continental de lucha frente a las políticas extractivas y convocar a la realización de un próximo foro en el marco de la V Cumbre de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Ayala, a realizarse en Bolivia en el año 2011.
  • A realizar una Movilización Continental el 21 de junio del 2011 en defensa de la vida, por la reconstitución del Buen Vivir, por el ejercicio pleno de nuestros derechos frente a los impactos de la minería, la crisis climática y las empresas transnacionales.

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