Escrito por:
Jesús Vázquez y Luis Enrique Barrios“El deber de un partido auténticamente revolucionario no es declarar que es imposible renunciar a todo compromiso, sino saber a través de todos los compromisos -cuando son inevitables- permanecer fiel a sus principios, a su clase, a su misión revolucionaria, a su tarea de preparar la revolución y de educar a las masas populares para la victoria en la revolución”.
Lenin: Acerca de los Compromisos
Este 2010 será un año electoralmente muy activo el cual se extenderá a un poco mas del 40 porciento del padrón electoral nacional, mismo porcentaje que se concentra en las doce entidades donde se renovaran los cargos de gobernadores, diputados locales y ayuntamientos.
En cuanto a los partidos el panorama será el siguiente: el PRI pretende refrendar las gubernaturas de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, yendo en algunos caso aliados con el PANAL o el Verde Ecologista. Al PAN le bastara con mantener los gobiernos de Aguascalientes y Tlaxcala y en siete de las 12 entidades donde se elegirá gobernador tiene previsto armar bloques para competir contra el PRI. El PRD buscará reafirmarse en Zacatecas, además de pelear la gubernatura de Aguascalientes. En lo referente al PAN y al PRI, en el pasado congreso nacional del PRD, en el cual la mayoría de delegados estaba integrada por allegados a los “chucos”, se abrió las puertas a las alianzas electorales con dichos partidos de derecha significando ello que el Sol Azteca busca ahora emplear esa táctica en Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Durango, Quintana Roo y Puebla por medio de una alianza electoral con el PAN. En Tlaxcala el plan es contender por la gubernatura en alianza con el PRI para tratar de arrebatársela al PAN.
El PRD y las “Alianzas”
A lo largo de su historia, para ser más precisos desde 1992, panistas y perredistas han ido en alianza en Coahuila, Chihuahua, Durango, Yucatán, Oaxaca, Nayarit y Chiapas, con triunfo en los dos últimos.
En 1992 en la construcción del primer acuerdo electoral con el PAN, cuando Cuauhtémoc Cárdenas era el líder nacional perredista, Rodolfo Elizondo (actual secretario de Turismo del gobierno de Calderón) encabezó la primera alianza electoral entre PRD y PAN en Durango. Los resultados de éste acuerdo electoral no fueron exitosos y no lograron arrebatarle el gobierno al PRI
En 1999, PRD y PAN impulsaron en Coahuila la candidatura de Juan Antonio García Villa, quien perdió frente al priísta Enrique Martínez el cual atrajo el 60 por ciento de los votos.
Dos años después en 2001, perredistas y panistas fueron juntos también en Yucatán, con la postulación de Patricio Patrón Laviada el cual, tras su llegada al gobierno estatal, se olvido inmediatamente del PRD.
En 2004, las elecciones en Oaxaca abrieron el debate para que el PRD se aliara con el PAN y Convergencia en los comicios estatales. La postulación de Gabino Cué, ex alcalde de Oaxaca por Convergencia, generó la conformación de un amplio frente electoral que intentó arrebatar al PRI la gubernatura. Los comicios fueron muy reñidos entre Cué y el actual mandatario Ulises Ruiz quien ganó por apenas la mínima diferencia. Ese mismo año se construyó una alianza PRD, PAN y Convergencia en el estado de Chihuahua, con la postulación del panista Javier Corral, quien fue derrotado por el priísta José Reyes Baeza.
Uno de los casos mas recientes es el de Chipas donde el PRD en alianza con el PT y Convergencia contendió por la gubernatura con el ex priista Juan Sabines al frente, quien desde su arribo al gobierno en 2006 inmediatamente se distancia del PRD y rompió públicamente con López Obrador para establecer a cambio una estrecha cercanía con Felipe Calderón, todo ello al mismo tiempo que todo el país era sacudido por la lucha contra el fraude electoral.
Lino Korrodi ¿Candidato a gobernador del DIA en Tamaulipas?
La precandidatura de Lino Korrodi, impulsor del grupo “Amigos de Fox” y una de las piezas clave para que el PAN ganara las elecciones presidenciales del 2000, como “candidato externo” en el proceso interno del PRD en el estado de Tamaulipas está siendo fabricada desde el CEN de este partido y es apoyada por algunos dirigentes estatales ligados a los “chuchos” a pesar de la oposición de los lideres estatales del PRD, PT y Convergencia. Con la mano atada en la cintura, Jesús Ortega pretende borrar el historial de este personaje, al que en repetidas ocasiones el PRD ha acusado de irregularidades en la privatización de los ingenios azucareros y de una serie de delitos electorales cometidos para que Fox llegara a la presidencia.
La participación del PRD en los procesos electorales en este estado ha sido intrascendente: en las elecciones de 2007 ganó una de las 43 alcaldías y una de las 18 diputaciones en disputa; en el proceso electoral de 2009 no ganó ninguna de las 8 diputaciones en juego. En este proceso electoral, de concretar esta candidatura, se perdería aún mas la credibilidad de que adolece el PRD por las decisiones cupulares que están desviando cada vez más a este instituto político de los principios y objetivos de su fundación.
El papel del DIA
El Dialogo por la Reconstrucción de México (DIA) fue creado el 8 de diciembre pasado por las dirigencias nacionales del PRD, el PT y Convergencia para sustituir al Frente Amplio Progresista (FAP), dejando al frente de esta agrupación de partidos políticos a Manuel Camacho Solís, ex jefe del entonces Departamento del Distrito Federal en el gobierno de Carlos Salinas y ex connotado priísta.
El DIA, cuya conformación también fue apoyada por todas las corrientes del PRD, entre ellas Izquierda Unida de López Obrador, surge como respuesta a una posible ruptura entre los partidos que conformaban el FAP dado las contradicciones y confrontaciones que significaron las elecciones intermedias del año pasado, en la cuales la dirección de partido del Sol Azteca, bajo Jesús Ortega, rechazó toda clase de alianza electoral con el PT y Convergencia.
La creación del DIA, se dijo en aquel entonces, tenía como principal objetivo asegurar las alianzas electorales de los tres partidos de izquierda que lo integran con miras a los diferentes comicios locales que se desarrollarán en 2010 y 2011. No obstante ello, una tarea que no se hizo publica en aquellos días pero sobe la cual tanto el DIA como su titular, Camacho Solís, han jugado un papel bastante enérgico ha sido la de trabajar sólidamente para hacer los amarres necesarios en los diferentes estados donde este año habrá contiendas electorales, con la intención de concretar las alianzas con el PAN.
En la práctica el DIA más que ser un espacio de consolidación de la izquierda partidaria que potencialice su capacidad de lucha contra el régimen de cara a las aspiraciones de los trabajadores de la ciudad y el campo, se ha transformado en un agencia de relaciones políticas con la derecha, en la que si bien Camacho Solís ha jugado un papel muy destacado, las direcciones nacionales del PRD, PT y Convergencia se han apoyado en esta como un puente para impulsar su planes de alianza con el PAN. Todo ello demuestra que la desaparición del FAP y sus sustitución por el DIA, en realidad tiene como principal objetivo la política de lograr cargos de elección popular a toda costa sin importar que ello signifique aliarse con aquellos, en este caso el PAN, que se han encargado de aplicar toda clase de ataques en contra de los derechos de los trabajadores y que ha dejado como saldo el que la pobreza en México supere los 50 millones de personas.
La actitud desesperada del PRD y el DIA de sacar adelante las alianzas electorales con el PAN, han motivado a la dirección de este último partido a sentir la confianza necesaria para exigir nuevas demandas como condición para las alianzas que los partidos de izquierda: en concreto que reconozcan formalmente al gobierno de Calderón. Esta demanda fue inmediatamente respondida positivamente por el vicecoordinador de la bancada del PRD en el Senado, Silvano Aureoles Conejo, quien señaló que su partido podría reconocer al presidente espurio a cambio de definir las alianzas con el PAN, y se comprometió a que el tema sería estudiado por la dirección de su partido.
Si bien el malestar y las criticas entre el ala de izquierda del PRD provocó que el senador Silvano Aureoles diera marcha atrás inmediatamente en su dicho, señalando que lo publicado fue una mala interpretación de los periodistas, este no ha sido el caso de Gabino Cué, senador de Convergencia y nuevamente serio aspirante a la candidatura por la gubernatura de Oaxaca por el DIA (PRD, Convergencia y PT), mismo que declara no tener ninguna contradicción entres su relación con López Obrador y reconocer al mismo tiempo a Calderón: "yo no negaré mi amistad con nadie, yo reconozco en Andrés Manuel un dirigente nacional de la mayor importancia, que su principal objetivo es luchar por la gente pobre y por cambiar las instituciones" declararía el senador oaxaqueño para, no obstante, después rematar señalando que "…en caso de ser candidato al gobierno del estado y de ganar, el gobierno del estado tendrá que guardar una relación institucional, de trabajo, de colaboración con el presidente de la República y el presidente ahora es Felipe Calderón". (Milenio 250110) Las declaraciones de Gabino Cué son el resultado de la campaña que este senador de Convergencia está impulsando para formar un frente opositor electoral contra el PRI oaxaqueño que, junto con el DIA, incluya al PAN.
Pronunciamientos como los anteriores demuestran el oportunismo de toda esta capa de dirigentes de los partidos que integran del DIA. Para ellos primero son los cargos y solo en segundo lugar, sino es que son de plano ignoradas totalmente, las demandas de los pobres.
Al rescate del régimen
Tanto el DIA como la derecha del PRD se ha encargado de impulsar este tipo de alianzas electorales con el argumento de que las mismas son un medio para terminar con los “cacicazgos políticos” de 80 años de gobiernos del PRI en diferentes estados de la república. Obviamente sacar al PRI de los diferentes gobiernos estatales y municipales donde aun tiene el poder, que son la mayoría de todo el país, representaría un importante paso al frente para el movimiento social y su lucha contra nuestros opresores. Y este es el papel que tendría que estar jugando el PRD y el resto del DIA si es que se asumen verdaderamente como partidos de izquierda. Sin embargo sacar al PRI de los gobiernos estatales o municipales para dejar la administración de estos parcial o totalmente en manos de otra de las expresiones de derecha, es decir el PAN, lo único que puede producir es la fortalecimiento de este partido de la burguesía que en estos momentos está en el poder, pero sin ningún resultado positivo para los trabajadores y sus demandas.
Por otro lado, una recuperación electoral del PAN, para la cual este partido tendría mejores garantías si los partidos del DIA se lanzan en su ayuda, representaría un tanque de oxigeno para el gobierno de Calderón. Reforzaría su posición en un momento en que se encuentra débil y enfrentado a la oposición de millones de trabajadores. Desde nuestro punto de vista para Camacho y el ala de derecha del PRD, además de los cargos, en el fondo también un objetivo de su política de alianzas es la de auxiliar de esta manera disimulada a Calderón con la intención de propiciarle estabilidad a partir de lograr algunos resultados electorales que beneficien al PAN. Tras el fraude electoral del 2006, sin excepción, todas las elecciones locales que se desarrollaron en los últimos tres años, incluidas las intermedias del 2009, se tradujeron en serios descalabros para el partido de Calderón. El PAN ha sido el gran perdedor de las los diferentes procesos electorales de los últimos años y ahora la dirección del PRD, Camacho Solís y los otros dos paridos que forma el DIA, le lanzan un salvavidas con miras a las elecciones del 2010 y del 2011.
Para estos reformistas de derecha es mejor asegurarse de que el gobierno de Calderón lleve a buen término su administración en el 2012 que, producto de su debilidad y la crisis en la que se encuentra, y de la movilización de las masas, caiga y no concluya su sexenio. Un resultado de esta naturaleza, el cual está lejos de poder ser descartada dadas las enormes tensiones sociales existentes y las repetidas muestras de las masas desposeídas de sus deseos de transformar su realidad, inyectaría enorme confianza al movimiento obrero y social. Si se produjese la caída de Calderón, los trabajadores de la ciudad y del campo se sentirían con más confianza e intentarían ir mas lejos en sus deseos por cambiar las cosas. La política de alianzas electorales con el PAN es un intento de la burocracia perredista y del DIA por salvar al régimen y mantener a toda costa la endeble paz social que pende de alfileres.
Otro objetivo: cerrarle el paso AMLO hacia las elecciones del 2012
Pero las políticas de alianzas con el PAN no paran en la cuestión de los puestos ni en el asunto de otorgarle un tanque de oxigeno a Calderón; otra cuestión que está de por medio es posicionar a la derecha del DIA, particularmente a los chuchos y a la burocracia vinculada a Camacho Solís, por medio de los diferentes espacios de poder que puedan obtener a través de de esta desafortunada táctica electoral, además de ganar ciertos favores del régimen. Todo ello con el objetivo de crear un bloque que les dé mejores posibilidades en sus intenciones de impulsar para las elecciones presidenciales del 2012 a un candidato distinto a López Obrador (AMLO), teniendo a Marcelo Ebrard, actual Jefe de Gobierno del DF, como el número uno en su lista.
Los reformistas de derecha no están dispuestos a permitirse el riesgo de que nuevamente, al calor de las elecciones, las masas no solo usen las urnas sino además también las calles para expresar su enorme descontento y metan otra vez en un viacrucis tanto al régimen como a la burguesía, y a ellos mismos, tal como sucedió en 2006. Es por ello que los “chuchos”, los Camacho Solís, etcétera, necesitan a un candidato menos proclive a actuar movido por las presiones desde abajo y mas dispuesto a llegar acuerdos con los empresarios y el régimen. Y de acuerdo a la experiencia de la lucha de clases de los últimos cinco años, si partimos desde los meses de las movilizaciones contra el desafuero, las cuales se intensifican en abril del 2005 tras el voto en la Cámara de Diputados favorable a este recurso legal contra el entonces jefe de gobierno del DF, para los “chuchos” y los Camacho Solís no queda ninguna duda de que se tienen que tomar las medidas necesarias para impedir que AMLO nuevamente sea candidato del PRD a la presidencia de la republica.
El ala de derecha del PRD y de los dos restantes partidos de derecha que integran el DIA, el PT y Convergencia, temen a una nueva candidatura de AMLO porque temen aun mas la forma en que las masas oprimidas puedan tratar de empelar dicha candidatura y todo lo que implicaría la contienda electoral rumbo al 2012 par hacer sentir su furia social con una magnitud semejante a la del 2006. Pero esta vez con todas las valiosas lecciones y conclusiones obtenidas de la lucha contra el fraude electoral por delante, mismas que podrían hacer que en una nueva oportunidad los trabajadores y los campesinos ahora sí rompieran toda clase de freno con tal de impedir la imposición de un gobierno del PAN o del PRI. En esencia el temor a esto último es lo que motiva todas las maniobras que han implementado la derecha del PRD y del DIA para tratar de cerrarles el paso a AMLO con miras a las elecciones del 2012.
PAN y PRI son lo mismo
Por otro lado, a pesar de que esta clase de alianzas puedan traducirse en la salida del PRI de algunos gobiernos estatales y municipales, ello no significa absolutamente nada para la solución de los problemas de las masas explotadas y empobrecidas. Que gobierne el PRI o el PAN no representa nada distinto para las familias trabajadoras pues, en esencia, ambos partidos defienden el mismo programa que la burguesía necesita: privatizaciones, recortes al gasto público, más impuestos para los pobres, despidos, ataques a los derechos laborales, contención de los salarios, abandono del campo y del campesinado pobre, etcétera. El PAN y el PRI son los mismos perros pero con distintos collares, pues defienden una política que solo tiene como objetivo favorecer a los banqueros y empresarios a costa de los trabajadores de la ciudad y del campo, además de subordinarse totalmente a los intereses imperialistas.
Jesús Ortega y Camacho Solís argumentan que una condición para que la izquierda tenga mejores garantías en sus aspiraciones hacia las elecciones presidenciales del 2012, es frenar la recuperación que ha experimentado el PRI a lo largo de las elecciones que se han desarrollado desde el 2007 a la fecha y erosionar sus posiciones en los gobiernos estatales y municipales que aun tiene a lo largo y a lo ancho del país y que son significativamente superiores a las que posee cualquier otro partido distinto. Que por ello, insisten Ortega y Camacho, con el fin de evitar que el PRI resulte nuevamente vencedor en las elecciones locales del 2010, es necesario aliarse con el PAN.
Por su parte la dirección nacional del PT justifica esta clase de alianzas bajo el siguiente esquema: “el gran adversario a vencer en los comicios es el PRI. [A partir de ello] “hay que armar el sistema de alianzas y la estrategia y tácticas a seguir. Si logramos que el tricolor pierda en Oaxaca, Hidalgo, Durango y Puebla (donde se perfilan los acuerdos electorales con el PAN), podemos hacer que en 2012 la elección sea terciada”. [Por ello…] “debemos restarle fuerza al PRI para que la izquierda gane la Presidencia de la República en 2012, porque 2009 fue una elección de los gobernadores. Si el Revolucionario Institucional gana las 12 gubernaturas este año, no habrá nada que hacer en 2012” (La Jornada 260110)
Se trata de pura y dura demagogia que sólo pretende justificar la política arribista y sin escrúpulos de esos dirigentes, además de tratarse de un serio intento para reeditar en los hechos el funesto “voto útil” impulsado por los “chuhos” y sus seguidores durante las elecciones del 2000, en las que decían que la prioridad era evitar a todas costa que el PRI ganara la contienda presidencial sin importar que ello significara llevar al PAN a la silla presidencial. De acuerdo a ello, en esos momentos la prioridad el “el transito hacia la democracia”.
El PRI puede ser perfectamente derrotado sin la más mínima clase de alianza electoral con el PAN. Lejos de lo que piensa la dirección del PRD y del resto de partidos del DIA, la política de alianzas de con la derecha, las candidaturas con expriísta y expanistas renegados al frente, y toda clase de zigzagueos a consecuencia de los repetidos coqueteos con el régimen, se han traducido en descalabro tras descalabro electoral para la izquierda. La aproximación directa o indirecta con los partidos de derecha y el régimen, la inconsecuencia de la dirección perredista en los momentos decisivos tales como la lucha contra el fraude electoral y la defensa de Pemex, por citar un par de ejemplos, así como el escaso, por no decir nulo, apoyo mas allá de declaraciones a los diferentes sectores en lucha del movimiento obrero y campesino juntos con sus demandas, es lo que explica la abrupta caída del voto para los partidos del DIA, en particular para el PRD. Entre el 2006 y el 2009, la votación en al ámbito federal para los partidos del lo que fuera el FAP (hoy DIA) pasó del 35.3 al 12% según datos oficiales. Se trata de los mismos factores que explican en buena medida las razones que generaron que el abstencionismo a nivel nacional se aproximara al 60% del padrón electoral durante las elecciones del año pasado. La política de Camacho y Jesús Ortega, así como la de la dirección del PT y Convergencia, no hace otra cosa más que favorecer el proceso de confusión y desilusión entre las masas y entre las base de apoyo del PRD, esta última la principal fuerza de entre los partidos que integran el DIA pues se cuenta por millones.
Todos estos hechos inapelables refuerzan la importancia fundamental para los militantes de base del PRD, de los sindicatos, de los movimientos sociales de izquierda, de dar una lucha a fondo para impedir toda clase de alianza con los partidos de derecha, sea el PAN o el PRI. Vivimos un momento histórico en el cual se conjugan la experiencia acumulada por el movimiento de masas en los últimos cincos años, los efectos de la crisis economía y sus implicaciones sobre el desarrollo de la conciencia de la clase trabajadora y una mayor tensión social cuyas más recientes expresiones han sido la movilización de medio millón de personas del 15 de octubre en la ciudad de México y el paro nacional del 11 de noviembre, ambos en apoyo a la lucha del SME. Todo ello atizado por un régimen débil y dividido que no tiene mas remedio que, siguiendo los mandatos de la burguesía, lanzar mas ataques, pero esta vez incluso directamente contra los batallones pesados de la clase obrera como ha sido con el caso del decreto de octubre pasado de extinción de Luz y Fuerza del Centro, lanzando a la calle a mas de 40 mil trabajadores electricistas.
En otras palabras vivimos una coyuntura particularmente favorable para impulsar hacia el frente al movimiento de los trabajadores y sus organizaciones, los sindicatos y el PRD, siempre y cuando se plantee una política genuinamente de izquierda en la cual no quepa el mas mínimo resquicio para concesiones hacia la burguesía y sus partidos. Las contradicciones entre una burguesía y su gobierno, sedientos de ataques a las condiciones de vida de los más desfavorecidos, y la existencia de una clase trabajadora que ha demostrado que no está dispuesta a aceptar pasivamente los ataques, son el sello que ha marcado el periodo de la lucha de clases que vivimos en México. ¡No es momento de conciliar, sino de luchar! Este debe ser el grito de guerra que debemos adoptar todos aquellos que estamos convencidos de que cualquier alianza con los partidos de derecha no es otra cosa mas que una trampa para los trabajadores y sus organizaciones.
Por una política de alianzas con el movimiento obrero y campesino
Aunque AMLO se ha opuesto públicamente a las alianzas con los partidos de derecha, sin embargo sus declaraciones tienen que ser mucho más firmes y encaminadas a tomar medidas para echar atrás la política conciliadora impulsada por la derecha del PRD, las direcciones del PT y Convergencia, junto con Camacho Solís al frente del DIA.
AMLO ha declarado que no está de acuerdo con las alianzas con el PRI o con el PAN, pero al mismo tiempo señala que respetará las decisiones que tomen los partidos que integran el DIA; que en todo caso lo único que hará es no emitir opinión alguna en los casos que se dé alguna alianza con los partidos tradicionales de la burguesía, pero que tampoco hará alguna clase de campaña a favor de este tipo de candidaturas. Esto no es suficiente pues con esta postura AMLO, en la práctica y aunque él no lo desee, está dejando las manos libres a la derecha del PRD y del DIA para que actúen sin mayor obstáculo impulsando su policía de alianzas con los partidos de la burguesía.
Las alianzas con el PAN no son otra cosa más que la alianza de la derecha del PRD y el DIA con el régimen contra la masiva base de apoyo del perredismo y de AMLO, así como contra el movimiento obrero y campesino en su conjunto. Se trata de un engaño que lo único que lo que persigue de fondo es, basándose en el mas importante partido de izquierda, el PRD, desmoralizar y desorganizar a las masas desheredadas echándoles un balde de agua helada a sus deseos de lucha y de transformación social, al mismo tiempo que le ofrece un tanque de oxigeno a Calderón y al PAN.
Lo anterior debe ser entendido muy bien por AMLO y toda el ala de izquierda del PRD y dar una respuesta a la altura de las circunstancias: lo que no podemos es dar como un hecho consumado esta clase de alianzas y retirarnos de la pelea. Por el contrario AMLO y los dirigentes que lo siguen, tanto en el PRD como en el PT, deben llamar a luchar contra esta política impulsando la conformación de comités de base en los cuales se organice la masiva base de apoyo del PRD en todos los rincones del país y por medio de estos impulsar iniciativas para manifestar nuestro repudio a toda clase de alianzas con el PAN o con el PRI y contra la postulación de candidatos panistas o priistas renegados. Estos mismos comités tienen que ser las plataformas desde las que se empujen toda clase de medidas para controlar a la dirección en todos sus niveles y luchar por la democracia interna para el PRD y el DIA en su conjunto para asegurar que las decisiones políticas mas importantes sean tomadas por el conjunto de la militancia y no unilateralmente por la dirección. Solamente la participación organizada de la base de apoyo perredista por medio de comités de base será capaz de frenar la política de derecha de los “chuchos” y de los Camacho Solís; esta es una de las tareas mas relevantes a las que se tiene que avocar urgentemente AMLO y el ala de izquierda del PRD.
Este es el camino a seguir y esta es la política que tiene que adoptar AMLO para organizar la lucha contra la derecha del partido y su política de alianzas con el PAN y el PRI. AMLO y su corriente dentro del PRD, Izquierda Unida (IU), cuentan con un apoyo entre la base del perredismo significativamente superior a la que posee Jesús Ortega y Nueva Izquierda. Un llamado decidido de AMLO e IU a frenar la política de alianzas con el PAN o el PRI inmediatamente tendría eco y arrojaría resultados favorables.
Incluso, la convocatoria de AMLO a luchar contra esa política de alianzas tendría que ir acompañada de llamados a luchar por expulsar del PRD a los chuchos y a todo elemento de derecha infiltrado en el movimiento, como es el caso de Camacho Solís. Las reiteradas traiciones de esta clase de individuos son razón mas que suficiente para ello, pero ahora con esta política de alianzas con el PAN se va mucho más allá del simple arribismo tradicional por los cargos de esta capa de dirigentes del PRD y de la del resto de partidos del DIA. Los motivos para exigir su expulsión del movimiento adquieren doble relevancia.
Por una izquierda socialista al interior del PRD
Bajo este contexto y dado el peligro que implica el que la derecha del PRD siga avanzando sin que se le ponga un freno sólido y definitivo, se presenta como una necesidad de especial trascendencia organizar una oposición dentro del partido que tenga un programa y una táctica a la altura de los acontecimientos. Los militantes de base y los millones de simpatizantes del PRD necesitamos un partido que se movilice por las demandas fundamentales de los trabajadores y no sólo en periodos electorales; un partido democrático y bajo el control de los militantes de bases; un partido con una dirección que no haga ninguna clase de concesiones a la derecha y que rinda cuentas a la militancia de base; un partido en el que los cargos de dirección sean revocables para que los dirigentes que incurran en una política de derecha puedan ser destituidos en el momento que sea en asambleas democráticas; un partido en el que los salarios de los puestos no superen los ingresos promedio de un trabajador calificado (misma medida se aplicaría a los militantes del PRD con un cargo de elección popular) para evitar que los dirigentes se aburguesen y, entre otros puntos, también necesitamos un partido que tenga un programa de lucha en por el socialismo.
Frente a la política de derecha de los “chuchos”, el mejor camino para rescatar al PRD es impulsando la conformación de los comités de base y luchando de manera organizada por una política como la que hemos descrito en el anterior párrafo, integrando una corriente de izquierda socialista al interior del partido.
Derrocar a Calderón, luchar por el socialismo
El PRI puede ser derrotado en las elecciones sin ninguna clase de concesión o alianza a la derecha panista ni al gobierno de Calderón. Ello se puede lograr movilizando a la base de apoyo del PRD y a la de los demás partido del DIA, junto al resto de sectores explotados y oprimidos de los 12 estados en lo que habrá elecciones este año, imprimiéndole un significativo de izquierda a la política del partido.
Desde nuestra óptica este giro a la izquierda debe consistir en un programa de lucha contra la política de privatizaciones, contra los despidos y los salarios de hambre; en defensa de la educación pública, del IMSS y del ISSSTE; por créditos blandos y subsidios para el campesinado pobre junto con precios de garantía para sus productos, etcétera; todo ello al mismo tiempo que desenmascaramos a la burguesía, a su gobierno y a sus partidos, el PAN y el PRI, como los culpables de todas las penurias que están padeciendo las familias obreras y campesinas a consecuencia de las políticas que los gobiernos panistas y priístas han implementado durante ya casi tres décadas y las cuales se han recrudecido en los últimos dos años a consecuencia de las medidas pro-capitalistas de Calderón.
Para defender las necesidades mínimas de la mayoría de la población explotada, hay que agrupar el máximo de fuerzas levantando la bandera de la transformación socialista de la sociedad. Sólo acabando con la propiedad privada capitalista, nacionalizando la banca, los grandes monopolios y los latifundios, bajo el control democrático de los trabajadores y campesinos y de sus organizaciones, será posible avanzar hacia una sociedad justa, auténticamente democrática y sin desigualdades: la sociedad socialista.
En este mismo marco es fundamental fraguar la unidad del movimiento obrero y campesino para que, junto con sus sindicatos y demás organizaciones sociales de los pobres, hagan un Frente Único con el perredismo para luchar por un programa de demandas comunes y por el derrocamiento de Calderón. La organización de movilizaciones masivas que se concreten en una huelga general, crearían un ambiente más que favorable para derrotar no solo al PRI en los 12 estados que estarán en disputa electoral en 2010, sino también para mandar al basurero de la historia al PAN y su gobierno. La alianza que necesita el PRD no es con el PAN ni con el PRI, sino con el movimiento obrero y campesino y sus organizaciones.
Es por ello que los trabajadores y jóvenes marxistas del PRD que nos organizamos en torno al periódico obrero Militante hacemos un llamado a todo aquel joven o trabajador que coinciden con estas ideas para que podamos discutir en torno a estos planteamientos y para definir los mecanismos que nos permitan organizar una expresión política al interior del partido que refleje fielmente los intereses de los trabajadores de la ciudad y el campo. Únete a Militante y lucha por un PRD democrático, combativo y con un programa socialista.
Fecha: 2 de febrero del 2010
“El deber de un partido auténticamente revolucionario no es declarar que es imposible renunciar a todo compromiso, sino saber a través de todos los compromisos -cuando son inevitables- permanecer fiel a sus principios, a su clase, a su misión revolucionaria, a su tarea de preparar la revolución y de educar a las masas populares para la victoria en la revolución”.
Lenin: Acerca de los Compromisos
Este 2010 será un año electoralmente muy activo el cual se extenderá a un poco mas del 40 porciento del padrón electoral nacional, mismo porcentaje que se concentra en las doce entidades donde se renovaran los cargos de gobernadores, diputados locales y ayuntamientos.
En cuanto a los partidos el panorama será el siguiente: el PRI pretende refrendar las gubernaturas de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, yendo en algunos caso aliados con el PANAL o el Verde Ecologista. Al PAN le bastara con mantener los gobiernos de Aguascalientes y Tlaxcala y en siete de las 12 entidades donde se elegirá gobernador tiene previsto armar bloques para competir contra el PRI. El PRD buscará reafirmarse en Zacatecas, además de pelear la gubernatura de Aguascalientes. En lo referente al PAN y al PRI, en el pasado congreso nacional del PRD, en el cual la mayoría de delegados estaba integrada por allegados a los “chucos”, se abrió las puertas a las alianzas electorales con dichos partidos de derecha significando ello que el Sol Azteca busca ahora emplear esa táctica en Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Durango, Quintana Roo y Puebla por medio de una alianza electoral con el PAN. En Tlaxcala el plan es contender por la gubernatura en alianza con el PRI para tratar de arrebatársela al PAN.
El PRD y las “Alianzas”
A lo largo de su historia, para ser más precisos desde 1992, panistas y perredistas han ido en alianza en Coahuila, Chihuahua, Durango, Yucatán, Oaxaca, Nayarit y Chiapas, con triunfo en los dos últimos.
En 1992 en la construcción del primer acuerdo electoral con el PAN, cuando Cuauhtémoc Cárdenas era el líder nacional perredista, Rodolfo Elizondo (actual secretario de Turismo del gobierno de Calderón) encabezó la primera alianza electoral entre PRD y PAN en Durango. Los resultados de éste acuerdo electoral no fueron exitosos y no lograron arrebatarle el gobierno al PRI
En 1999, PRD y PAN impulsaron en Coahuila la candidatura de Juan Antonio García Villa, quien perdió frente al priísta Enrique Martínez el cual atrajo el 60 por ciento de los votos.
Dos años después en 2001, perredistas y panistas fueron juntos también en Yucatán, con la postulación de Patricio Patrón Laviada el cual, tras su llegada al gobierno estatal, se olvido inmediatamente del PRD.
En 2004, las elecciones en Oaxaca abrieron el debate para que el PRD se aliara con el PAN y Convergencia en los comicios estatales. La postulación de Gabino Cué, ex alcalde de Oaxaca por Convergencia, generó la conformación de un amplio frente electoral que intentó arrebatar al PRI la gubernatura. Los comicios fueron muy reñidos entre Cué y el actual mandatario Ulises Ruiz quien ganó por apenas la mínima diferencia. Ese mismo año se construyó una alianza PRD, PAN y Convergencia en el estado de Chihuahua, con la postulación del panista Javier Corral, quien fue derrotado por el priísta José Reyes Baeza.
Uno de los casos mas recientes es el de Chipas donde el PRD en alianza con el PT y Convergencia contendió por la gubernatura con el ex priista Juan Sabines al frente, quien desde su arribo al gobierno en 2006 inmediatamente se distancia del PRD y rompió públicamente con López Obrador para establecer a cambio una estrecha cercanía con Felipe Calderón, todo ello al mismo tiempo que todo el país era sacudido por la lucha contra el fraude electoral.
Lino Korrodi ¿Candidato a gobernador del DIA en Tamaulipas?
La precandidatura de Lino Korrodi, impulsor del grupo “Amigos de Fox” y una de las piezas clave para que el PAN ganara las elecciones presidenciales del 2000, como “candidato externo” en el proceso interno del PRD en el estado de Tamaulipas está siendo fabricada desde el CEN de este partido y es apoyada por algunos dirigentes estatales ligados a los “chuchos” a pesar de la oposición de los lideres estatales del PRD, PT y Convergencia. Con la mano atada en la cintura, Jesús Ortega pretende borrar el historial de este personaje, al que en repetidas ocasiones el PRD ha acusado de irregularidades en la privatización de los ingenios azucareros y de una serie de delitos electorales cometidos para que Fox llegara a la presidencia.
La participación del PRD en los procesos electorales en este estado ha sido intrascendente: en las elecciones de 2007 ganó una de las 43 alcaldías y una de las 18 diputaciones en disputa; en el proceso electoral de 2009 no ganó ninguna de las 8 diputaciones en juego. En este proceso electoral, de concretar esta candidatura, se perdería aún mas la credibilidad de que adolece el PRD por las decisiones cupulares que están desviando cada vez más a este instituto político de los principios y objetivos de su fundación.
El papel del DIA
El Dialogo por la Reconstrucción de México (DIA) fue creado el 8 de diciembre pasado por las dirigencias nacionales del PRD, el PT y Convergencia para sustituir al Frente Amplio Progresista (FAP), dejando al frente de esta agrupación de partidos políticos a Manuel Camacho Solís, ex jefe del entonces Departamento del Distrito Federal en el gobierno de Carlos Salinas y ex connotado priísta.
El DIA, cuya conformación también fue apoyada por todas las corrientes del PRD, entre ellas Izquierda Unida de López Obrador, surge como respuesta a una posible ruptura entre los partidos que conformaban el FAP dado las contradicciones y confrontaciones que significaron las elecciones intermedias del año pasado, en la cuales la dirección de partido del Sol Azteca, bajo Jesús Ortega, rechazó toda clase de alianza electoral con el PT y Convergencia.
La creación del DIA, se dijo en aquel entonces, tenía como principal objetivo asegurar las alianzas electorales de los tres partidos de izquierda que lo integran con miras a los diferentes comicios locales que se desarrollarán en 2010 y 2011. No obstante ello, una tarea que no se hizo publica en aquellos días pero sobe la cual tanto el DIA como su titular, Camacho Solís, han jugado un papel bastante enérgico ha sido la de trabajar sólidamente para hacer los amarres necesarios en los diferentes estados donde este año habrá contiendas electorales, con la intención de concretar las alianzas con el PAN.
En la práctica el DIA más que ser un espacio de consolidación de la izquierda partidaria que potencialice su capacidad de lucha contra el régimen de cara a las aspiraciones de los trabajadores de la ciudad y el campo, se ha transformado en un agencia de relaciones políticas con la derecha, en la que si bien Camacho Solís ha jugado un papel muy destacado, las direcciones nacionales del PRD, PT y Convergencia se han apoyado en esta como un puente para impulsar su planes de alianza con el PAN. Todo ello demuestra que la desaparición del FAP y sus sustitución por el DIA, en realidad tiene como principal objetivo la política de lograr cargos de elección popular a toda costa sin importar que ello signifique aliarse con aquellos, en este caso el PAN, que se han encargado de aplicar toda clase de ataques en contra de los derechos de los trabajadores y que ha dejado como saldo el que la pobreza en México supere los 50 millones de personas.
La actitud desesperada del PRD y el DIA de sacar adelante las alianzas electorales con el PAN, han motivado a la dirección de este último partido a sentir la confianza necesaria para exigir nuevas demandas como condición para las alianzas que los partidos de izquierda: en concreto que reconozcan formalmente al gobierno de Calderón. Esta demanda fue inmediatamente respondida positivamente por el vicecoordinador de la bancada del PRD en el Senado, Silvano Aureoles Conejo, quien señaló que su partido podría reconocer al presidente espurio a cambio de definir las alianzas con el PAN, y se comprometió a que el tema sería estudiado por la dirección de su partido.
Si bien el malestar y las criticas entre el ala de izquierda del PRD provocó que el senador Silvano Aureoles diera marcha atrás inmediatamente en su dicho, señalando que lo publicado fue una mala interpretación de los periodistas, este no ha sido el caso de Gabino Cué, senador de Convergencia y nuevamente serio aspirante a la candidatura por la gubernatura de Oaxaca por el DIA (PRD, Convergencia y PT), mismo que declara no tener ninguna contradicción entres su relación con López Obrador y reconocer al mismo tiempo a Calderón: "yo no negaré mi amistad con nadie, yo reconozco en Andrés Manuel un dirigente nacional de la mayor importancia, que su principal objetivo es luchar por la gente pobre y por cambiar las instituciones" declararía el senador oaxaqueño para, no obstante, después rematar señalando que "…en caso de ser candidato al gobierno del estado y de ganar, el gobierno del estado tendrá que guardar una relación institucional, de trabajo, de colaboración con el presidente de la República y el presidente ahora es Felipe Calderón". (Milenio 250110) Las declaraciones de Gabino Cué son el resultado de la campaña que este senador de Convergencia está impulsando para formar un frente opositor electoral contra el PRI oaxaqueño que, junto con el DIA, incluya al PAN.
Pronunciamientos como los anteriores demuestran el oportunismo de toda esta capa de dirigentes de los partidos que integran del DIA. Para ellos primero son los cargos y solo en segundo lugar, sino es que son de plano ignoradas totalmente, las demandas de los pobres.
Al rescate del régimen
Tanto el DIA como la derecha del PRD se ha encargado de impulsar este tipo de alianzas electorales con el argumento de que las mismas son un medio para terminar con los “cacicazgos políticos” de 80 años de gobiernos del PRI en diferentes estados de la república. Obviamente sacar al PRI de los diferentes gobiernos estatales y municipales donde aun tiene el poder, que son la mayoría de todo el país, representaría un importante paso al frente para el movimiento social y su lucha contra nuestros opresores. Y este es el papel que tendría que estar jugando el PRD y el resto del DIA si es que se asumen verdaderamente como partidos de izquierda. Sin embargo sacar al PRI de los gobiernos estatales o municipales para dejar la administración de estos parcial o totalmente en manos de otra de las expresiones de derecha, es decir el PAN, lo único que puede producir es la fortalecimiento de este partido de la burguesía que en estos momentos está en el poder, pero sin ningún resultado positivo para los trabajadores y sus demandas.
Por otro lado, una recuperación electoral del PAN, para la cual este partido tendría mejores garantías si los partidos del DIA se lanzan en su ayuda, representaría un tanque de oxigeno para el gobierno de Calderón. Reforzaría su posición en un momento en que se encuentra débil y enfrentado a la oposición de millones de trabajadores. Desde nuestro punto de vista para Camacho y el ala de derecha del PRD, además de los cargos, en el fondo también un objetivo de su política de alianzas es la de auxiliar de esta manera disimulada a Calderón con la intención de propiciarle estabilidad a partir de lograr algunos resultados electorales que beneficien al PAN. Tras el fraude electoral del 2006, sin excepción, todas las elecciones locales que se desarrollaron en los últimos tres años, incluidas las intermedias del 2009, se tradujeron en serios descalabros para el partido de Calderón. El PAN ha sido el gran perdedor de las los diferentes procesos electorales de los últimos años y ahora la dirección del PRD, Camacho Solís y los otros dos paridos que forma el DIA, le lanzan un salvavidas con miras a las elecciones del 2010 y del 2011.
Para estos reformistas de derecha es mejor asegurarse de que el gobierno de Calderón lleve a buen término su administración en el 2012 que, producto de su debilidad y la crisis en la que se encuentra, y de la movilización de las masas, caiga y no concluya su sexenio. Un resultado de esta naturaleza, el cual está lejos de poder ser descartada dadas las enormes tensiones sociales existentes y las repetidas muestras de las masas desposeídas de sus deseos de transformar su realidad, inyectaría enorme confianza al movimiento obrero y social. Si se produjese la caída de Calderón, los trabajadores de la ciudad y del campo se sentirían con más confianza e intentarían ir mas lejos en sus deseos por cambiar las cosas. La política de alianzas electorales con el PAN es un intento de la burocracia perredista y del DIA por salvar al régimen y mantener a toda costa la endeble paz social que pende de alfileres.
Otro objetivo: cerrarle el paso AMLO hacia las elecciones del 2012
Pero las políticas de alianzas con el PAN no paran en la cuestión de los puestos ni en el asunto de otorgarle un tanque de oxigeno a Calderón; otra cuestión que está de por medio es posicionar a la derecha del DIA, particularmente a los chuchos y a la burocracia vinculada a Camacho Solís, por medio de los diferentes espacios de poder que puedan obtener a través de de esta desafortunada táctica electoral, además de ganar ciertos favores del régimen. Todo ello con el objetivo de crear un bloque que les dé mejores posibilidades en sus intenciones de impulsar para las elecciones presidenciales del 2012 a un candidato distinto a López Obrador (AMLO), teniendo a Marcelo Ebrard, actual Jefe de Gobierno del DF, como el número uno en su lista.
Los reformistas de derecha no están dispuestos a permitirse el riesgo de que nuevamente, al calor de las elecciones, las masas no solo usen las urnas sino además también las calles para expresar su enorme descontento y metan otra vez en un viacrucis tanto al régimen como a la burguesía, y a ellos mismos, tal como sucedió en 2006. Es por ello que los “chuchos”, los Camacho Solís, etcétera, necesitan a un candidato menos proclive a actuar movido por las presiones desde abajo y mas dispuesto a llegar acuerdos con los empresarios y el régimen. Y de acuerdo a la experiencia de la lucha de clases de los últimos cinco años, si partimos desde los meses de las movilizaciones contra el desafuero, las cuales se intensifican en abril del 2005 tras el voto en la Cámara de Diputados favorable a este recurso legal contra el entonces jefe de gobierno del DF, para los “chuchos” y los Camacho Solís no queda ninguna duda de que se tienen que tomar las medidas necesarias para impedir que AMLO nuevamente sea candidato del PRD a la presidencia de la republica.
El ala de derecha del PRD y de los dos restantes partidos de derecha que integran el DIA, el PT y Convergencia, temen a una nueva candidatura de AMLO porque temen aun mas la forma en que las masas oprimidas puedan tratar de empelar dicha candidatura y todo lo que implicaría la contienda electoral rumbo al 2012 par hacer sentir su furia social con una magnitud semejante a la del 2006. Pero esta vez con todas las valiosas lecciones y conclusiones obtenidas de la lucha contra el fraude electoral por delante, mismas que podrían hacer que en una nueva oportunidad los trabajadores y los campesinos ahora sí rompieran toda clase de freno con tal de impedir la imposición de un gobierno del PAN o del PRI. En esencia el temor a esto último es lo que motiva todas las maniobras que han implementado la derecha del PRD y del DIA para tratar de cerrarles el paso a AMLO con miras a las elecciones del 2012.
PAN y PRI son lo mismo
Por otro lado, a pesar de que esta clase de alianzas puedan traducirse en la salida del PRI de algunos gobiernos estatales y municipales, ello no significa absolutamente nada para la solución de los problemas de las masas explotadas y empobrecidas. Que gobierne el PRI o el PAN no representa nada distinto para las familias trabajadoras pues, en esencia, ambos partidos defienden el mismo programa que la burguesía necesita: privatizaciones, recortes al gasto público, más impuestos para los pobres, despidos, ataques a los derechos laborales, contención de los salarios, abandono del campo y del campesinado pobre, etcétera. El PAN y el PRI son los mismos perros pero con distintos collares, pues defienden una política que solo tiene como objetivo favorecer a los banqueros y empresarios a costa de los trabajadores de la ciudad y del campo, además de subordinarse totalmente a los intereses imperialistas.
Jesús Ortega y Camacho Solís argumentan que una condición para que la izquierda tenga mejores garantías en sus aspiraciones hacia las elecciones presidenciales del 2012, es frenar la recuperación que ha experimentado el PRI a lo largo de las elecciones que se han desarrollado desde el 2007 a la fecha y erosionar sus posiciones en los gobiernos estatales y municipales que aun tiene a lo largo y a lo ancho del país y que son significativamente superiores a las que posee cualquier otro partido distinto. Que por ello, insisten Ortega y Camacho, con el fin de evitar que el PRI resulte nuevamente vencedor en las elecciones locales del 2010, es necesario aliarse con el PAN.
Por su parte la dirección nacional del PT justifica esta clase de alianzas bajo el siguiente esquema: “el gran adversario a vencer en los comicios es el PRI. [A partir de ello] “hay que armar el sistema de alianzas y la estrategia y tácticas a seguir. Si logramos que el tricolor pierda en Oaxaca, Hidalgo, Durango y Puebla (donde se perfilan los acuerdos electorales con el PAN), podemos hacer que en 2012 la elección sea terciada”. [Por ello…] “debemos restarle fuerza al PRI para que la izquierda gane la Presidencia de la República en 2012, porque 2009 fue una elección de los gobernadores. Si el Revolucionario Institucional gana las 12 gubernaturas este año, no habrá nada que hacer en 2012” (La Jornada 260110)
Se trata de pura y dura demagogia que sólo pretende justificar la política arribista y sin escrúpulos de esos dirigentes, además de tratarse de un serio intento para reeditar en los hechos el funesto “voto útil” impulsado por los “chuhos” y sus seguidores durante las elecciones del 2000, en las que decían que la prioridad era evitar a todas costa que el PRI ganara la contienda presidencial sin importar que ello significara llevar al PAN a la silla presidencial. De acuerdo a ello, en esos momentos la prioridad el “el transito hacia la democracia”.
El PRI puede ser perfectamente derrotado sin la más mínima clase de alianza electoral con el PAN. Lejos de lo que piensa la dirección del PRD y del resto de partidos del DIA, la política de alianzas de con la derecha, las candidaturas con expriísta y expanistas renegados al frente, y toda clase de zigzagueos a consecuencia de los repetidos coqueteos con el régimen, se han traducido en descalabro tras descalabro electoral para la izquierda. La aproximación directa o indirecta con los partidos de derecha y el régimen, la inconsecuencia de la dirección perredista en los momentos decisivos tales como la lucha contra el fraude electoral y la defensa de Pemex, por citar un par de ejemplos, así como el escaso, por no decir nulo, apoyo mas allá de declaraciones a los diferentes sectores en lucha del movimiento obrero y campesino juntos con sus demandas, es lo que explica la abrupta caída del voto para los partidos del DIA, en particular para el PRD. Entre el 2006 y el 2009, la votación en al ámbito federal para los partidos del lo que fuera el FAP (hoy DIA) pasó del 35.3 al 12% según datos oficiales. Se trata de los mismos factores que explican en buena medida las razones que generaron que el abstencionismo a nivel nacional se aproximara al 60% del padrón electoral durante las elecciones del año pasado. La política de Camacho y Jesús Ortega, así como la de la dirección del PT y Convergencia, no hace otra cosa más que favorecer el proceso de confusión y desilusión entre las masas y entre las base de apoyo del PRD, esta última la principal fuerza de entre los partidos que integran el DIA pues se cuenta por millones.
Todos estos hechos inapelables refuerzan la importancia fundamental para los militantes de base del PRD, de los sindicatos, de los movimientos sociales de izquierda, de dar una lucha a fondo para impedir toda clase de alianza con los partidos de derecha, sea el PAN o el PRI. Vivimos un momento histórico en el cual se conjugan la experiencia acumulada por el movimiento de masas en los últimos cincos años, los efectos de la crisis economía y sus implicaciones sobre el desarrollo de la conciencia de la clase trabajadora y una mayor tensión social cuyas más recientes expresiones han sido la movilización de medio millón de personas del 15 de octubre en la ciudad de México y el paro nacional del 11 de noviembre, ambos en apoyo a la lucha del SME. Todo ello atizado por un régimen débil y dividido que no tiene mas remedio que, siguiendo los mandatos de la burguesía, lanzar mas ataques, pero esta vez incluso directamente contra los batallones pesados de la clase obrera como ha sido con el caso del decreto de octubre pasado de extinción de Luz y Fuerza del Centro, lanzando a la calle a mas de 40 mil trabajadores electricistas.
En otras palabras vivimos una coyuntura particularmente favorable para impulsar hacia el frente al movimiento de los trabajadores y sus organizaciones, los sindicatos y el PRD, siempre y cuando se plantee una política genuinamente de izquierda en la cual no quepa el mas mínimo resquicio para concesiones hacia la burguesía y sus partidos. Las contradicciones entre una burguesía y su gobierno, sedientos de ataques a las condiciones de vida de los más desfavorecidos, y la existencia de una clase trabajadora que ha demostrado que no está dispuesta a aceptar pasivamente los ataques, son el sello que ha marcado el periodo de la lucha de clases que vivimos en México. ¡No es momento de conciliar, sino de luchar! Este debe ser el grito de guerra que debemos adoptar todos aquellos que estamos convencidos de que cualquier alianza con los partidos de derecha no es otra cosa mas que una trampa para los trabajadores y sus organizaciones.
Por una política de alianzas con el movimiento obrero y campesino
Aunque AMLO se ha opuesto públicamente a las alianzas con los partidos de derecha, sin embargo sus declaraciones tienen que ser mucho más firmes y encaminadas a tomar medidas para echar atrás la política conciliadora impulsada por la derecha del PRD, las direcciones del PT y Convergencia, junto con Camacho Solís al frente del DIA.
AMLO ha declarado que no está de acuerdo con las alianzas con el PRI o con el PAN, pero al mismo tiempo señala que respetará las decisiones que tomen los partidos que integran el DIA; que en todo caso lo único que hará es no emitir opinión alguna en los casos que se dé alguna alianza con los partidos tradicionales de la burguesía, pero que tampoco hará alguna clase de campaña a favor de este tipo de candidaturas. Esto no es suficiente pues con esta postura AMLO, en la práctica y aunque él no lo desee, está dejando las manos libres a la derecha del PRD y del DIA para que actúen sin mayor obstáculo impulsando su policía de alianzas con los partidos de la burguesía.
Las alianzas con el PAN no son otra cosa más que la alianza de la derecha del PRD y el DIA con el régimen contra la masiva base de apoyo del perredismo y de AMLO, así como contra el movimiento obrero y campesino en su conjunto. Se trata de un engaño que lo único que lo que persigue de fondo es, basándose en el mas importante partido de izquierda, el PRD, desmoralizar y desorganizar a las masas desheredadas echándoles un balde de agua helada a sus deseos de lucha y de transformación social, al mismo tiempo que le ofrece un tanque de oxigeno a Calderón y al PAN.
Lo anterior debe ser entendido muy bien por AMLO y toda el ala de izquierda del PRD y dar una respuesta a la altura de las circunstancias: lo que no podemos es dar como un hecho consumado esta clase de alianzas y retirarnos de la pelea. Por el contrario AMLO y los dirigentes que lo siguen, tanto en el PRD como en el PT, deben llamar a luchar contra esta política impulsando la conformación de comités de base en los cuales se organice la masiva base de apoyo del PRD en todos los rincones del país y por medio de estos impulsar iniciativas para manifestar nuestro repudio a toda clase de alianzas con el PAN o con el PRI y contra la postulación de candidatos panistas o priistas renegados. Estos mismos comités tienen que ser las plataformas desde las que se empujen toda clase de medidas para controlar a la dirección en todos sus niveles y luchar por la democracia interna para el PRD y el DIA en su conjunto para asegurar que las decisiones políticas mas importantes sean tomadas por el conjunto de la militancia y no unilateralmente por la dirección. Solamente la participación organizada de la base de apoyo perredista por medio de comités de base será capaz de frenar la política de derecha de los “chuchos” y de los Camacho Solís; esta es una de las tareas mas relevantes a las que se tiene que avocar urgentemente AMLO y el ala de izquierda del PRD.
Este es el camino a seguir y esta es la política que tiene que adoptar AMLO para organizar la lucha contra la derecha del partido y su política de alianzas con el PAN y el PRI. AMLO y su corriente dentro del PRD, Izquierda Unida (IU), cuentan con un apoyo entre la base del perredismo significativamente superior a la que posee Jesús Ortega y Nueva Izquierda. Un llamado decidido de AMLO e IU a frenar la política de alianzas con el PAN o el PRI inmediatamente tendría eco y arrojaría resultados favorables.
Incluso, la convocatoria de AMLO a luchar contra esa política de alianzas tendría que ir acompañada de llamados a luchar por expulsar del PRD a los chuchos y a todo elemento de derecha infiltrado en el movimiento, como es el caso de Camacho Solís. Las reiteradas traiciones de esta clase de individuos son razón mas que suficiente para ello, pero ahora con esta política de alianzas con el PAN se va mucho más allá del simple arribismo tradicional por los cargos de esta capa de dirigentes del PRD y de la del resto de partidos del DIA. Los motivos para exigir su expulsión del movimiento adquieren doble relevancia.
Por una izquierda socialista al interior del PRD
Bajo este contexto y dado el peligro que implica el que la derecha del PRD siga avanzando sin que se le ponga un freno sólido y definitivo, se presenta como una necesidad de especial trascendencia organizar una oposición dentro del partido que tenga un programa y una táctica a la altura de los acontecimientos. Los militantes de base y los millones de simpatizantes del PRD necesitamos un partido que se movilice por las demandas fundamentales de los trabajadores y no sólo en periodos electorales; un partido democrático y bajo el control de los militantes de bases; un partido con una dirección que no haga ninguna clase de concesiones a la derecha y que rinda cuentas a la militancia de base; un partido en el que los cargos de dirección sean revocables para que los dirigentes que incurran en una política de derecha puedan ser destituidos en el momento que sea en asambleas democráticas; un partido en el que los salarios de los puestos no superen los ingresos promedio de un trabajador calificado (misma medida se aplicaría a los militantes del PRD con un cargo de elección popular) para evitar que los dirigentes se aburguesen y, entre otros puntos, también necesitamos un partido que tenga un programa de lucha en por el socialismo.
Frente a la política de derecha de los “chuchos”, el mejor camino para rescatar al PRD es impulsando la conformación de los comités de base y luchando de manera organizada por una política como la que hemos descrito en el anterior párrafo, integrando una corriente de izquierda socialista al interior del partido.
Derrocar a Calderón, luchar por el socialismo
El PRI puede ser derrotado en las elecciones sin ninguna clase de concesión o alianza a la derecha panista ni al gobierno de Calderón. Ello se puede lograr movilizando a la base de apoyo del PRD y a la de los demás partido del DIA, junto al resto de sectores explotados y oprimidos de los 12 estados en lo que habrá elecciones este año, imprimiéndole un significativo de izquierda a la política del partido.
Desde nuestra óptica este giro a la izquierda debe consistir en un programa de lucha contra la política de privatizaciones, contra los despidos y los salarios de hambre; en defensa de la educación pública, del IMSS y del ISSSTE; por créditos blandos y subsidios para el campesinado pobre junto con precios de garantía para sus productos, etcétera; todo ello al mismo tiempo que desenmascaramos a la burguesía, a su gobierno y a sus partidos, el PAN y el PRI, como los culpables de todas las penurias que están padeciendo las familias obreras y campesinas a consecuencia de las políticas que los gobiernos panistas y priístas han implementado durante ya casi tres décadas y las cuales se han recrudecido en los últimos dos años a consecuencia de las medidas pro-capitalistas de Calderón.
Para defender las necesidades mínimas de la mayoría de la población explotada, hay que agrupar el máximo de fuerzas levantando la bandera de la transformación socialista de la sociedad. Sólo acabando con la propiedad privada capitalista, nacionalizando la banca, los grandes monopolios y los latifundios, bajo el control democrático de los trabajadores y campesinos y de sus organizaciones, será posible avanzar hacia una sociedad justa, auténticamente democrática y sin desigualdades: la sociedad socialista.
En este mismo marco es fundamental fraguar la unidad del movimiento obrero y campesino para que, junto con sus sindicatos y demás organizaciones sociales de los pobres, hagan un Frente Único con el perredismo para luchar por un programa de demandas comunes y por el derrocamiento de Calderón. La organización de movilizaciones masivas que se concreten en una huelga general, crearían un ambiente más que favorable para derrotar no solo al PRI en los 12 estados que estarán en disputa electoral en 2010, sino también para mandar al basurero de la historia al PAN y su gobierno. La alianza que necesita el PRD no es con el PAN ni con el PRI, sino con el movimiento obrero y campesino y sus organizaciones.
Es por ello que los trabajadores y jóvenes marxistas del PRD que nos organizamos en torno al periódico obrero Militante hacemos un llamado a todo aquel joven o trabajador que coinciden con estas ideas para que podamos discutir en torno a estos planteamientos y para definir los mecanismos que nos permitan organizar una expresión política al interior del partido que refleje fielmente los intereses de los trabajadores de la ciudad y el campo. Únete a Militante y lucha por un PRD democrático, combativo y con un programa socialista.
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