domingo, 19 de abril de 2015

Rosario Ibarra, 40 años de la desaparición de su hijo Jesús



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Rosario Ibarra, 40 años de la desaparición de su hijo Jesús

El 18 de abril es una fecha que no quisiera que llegara, por todo el dolor que significa en mi vida y en la de mi familia. Mi hijo Jesús fue encerrado en la cárcel clandestina más grande del gobierno mexicano: el Campo Militar número 1. Estos 40 años los he vivido con una aflicción aposentada en el pecho y con una angustia que asfixia. Con un dolor que corre desde la mente filtrándose en los tejidos; que punza, hiere y desgarra. Una congoja incontenible que atraganta y ahoga, que se atora en la garganta y que al fin en la soledad, en la intimidad sale hecha sollozo. Creo que mis sentimientos son iguales a los de todos los padres y madres de los desaparecidos que estos gobiernos impuestos detuvieron y llevaron a sus cárceles, y que sexenio tras sexenio sólo cambian de estilo mas no en sus perversiones.
Después de 40 años sus métodos represivos son los mismos; la desaparición forzada y la tortura siguen, y ahora los desaparecidos son miles. ¡Cuánto quisimos evitar que esto pasara! ¡Cuánto esperamos esa respuesta categórica de toda la sociedad para erradicar este crimen siniestro que es la desaparición forzada! ¡Eureka!, nuestro comité, nació un 18 de abril hace 38 años y nunca nos ha faltado la voluntad de luchar. Sabemos que el gobierno de México jamás hará justicia ni liberará a los desaparecidos porque ellos son los criminales que cometieron el delito. Pero creemos que algún día nuestro grito de lucha sonará tan estruendosamente que hará caer muros y malos gobiernos y habrá la libertad y la justicia anheladas y entonces... ¡habremos triunfado!
¡Vivos los llevaron! ¡Vivos los queremos!
Rosario Ibarra

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