viernes, 23 de agosto de 2013

FORO: LA ACTUALIDAD DEL PROGRAMA REVOLUCIONARIO DEL TROTSKISMO


FORO: LA ACTUALIDAD DEL PROGRAMA REVOLUCIONARIO DEL TROTSKISMO 

“Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no están todavía ‘maduras’ para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han empezado a pudrirse.... La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis histórica de la dirección revolucionaria.” 

-León Trotsky, El programa de transición 

http://www.internationalist.org/index.html


¡Por una juventud revolucionaria!

La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.
León Trotsky, “Testamento”, febrero de 1940.
A partir de 2008 el mundo vive una de sus más grandes crisis económicas, el capitalismo alrededor del globo ha implementado todo tipo de medidas, recortes y planes de austeridad para salvar los intereses de los grandes empresarios, dejando caer el costo de la crisis que ellos empezaron, sobre las espaldas del conjunto de los oprimidos y explotados. La juventud ha tomado las demandas más sentidas de la clase trabajadora y ha salido a luchar desde Chile, la joya neoliberal, hasta en Quebec el año pasado donde la primera gran huelga estudiantil triunfó, pasando por Grecia, Egipto, el Ocuppy Wall Street y el Passe Livre brasileño, hasta el #YoSoy132 en México.
Trotsky afirmó “Cuando la burguesía renuncia consciente y obstinadamente a resolver los problemas que se derivan de la crisis de la sociedad burguesa, cuando el proletariado no está aún presto para asumir esta tarea, son los estudiantes los que ocupan el proscenio […] Esta actividad revolucionaria o semirrevolucionaria significa que la sociedad burguesa atraviesa una crisis profunda.” [1]
Años más tarde, en 1938, en el documento fundacional de la IV Internacional, Trotsky sostuvo que la juventud trabajadora tenía que llenar las filas de las organizaciones revolucionarias, ya que no contaban con las derrotas del pasado y tenían un ímpetu que las viejas generaciones habían perdido con los grandes descalabros provocados por el estalinismo y la III Internacional.
Así, hoy se vuelve fundamental para “esta juventud sin derechos (que) constituye en la historia un factor explosivo de primer orden”, como decía Trotsky, al calor de la lucha y de las peleas venideras, frente a la deslegitimación del capitalismo, buscar una respuesta que le permita no sólo luchar heroicamente para enfrentar las medidas que los capitalistas nos quieren imponer para pagar su crisis económica, sino darnos una perspectiva estratégica que sirva para orientar estas luchas hacia una futura victoria revolucionaria, que parta de las lecciones de las gestas históricas más importantes de la clase obrera internacional.
Es fundamental que los jóvenes estudiantes y trabajadores miremos como nuestros principales aliados a los obreros y obreras adultos, aquellos que pueden desarticular la economía capitalista y poner en pie otra forma de orden social. Requerimos de una organización propia. Sin un partido revolucionario que pueda dar cauce a todo este espíritu de lucha no puede esperarse más que la desmoralización de esta generación, como sucedió en el Mayo francés de 1968, cuando se unieron en la lucha obreros y estudiantes, y el Partido Comunista Francés, con gran influencia en el movimiento, logró desactivarlo a través de la negociación por sector, la traición a la huelga general y entrando de lleno en las elecciones convocadas por De Gaulle en un momento de ascenso de la lucha de clases. Y esa traición hizo perder una oportunidad histórica de que confluyeran el marxismo revolucionario y la vanguardia obrera-estudiantil. Esto se vuelve a demostrar hoy: los miles de jóvenes que salieron a las calles y siguieron a direcciones reformistas, que los llevaron por el camino del institucionalismo y de la creencia de que los parlamentos y los partidos burgueses pueden dar salida a sus demandas, como sucedió en Egipto con las elecciones que llevaron al poder al hoy depuesto Mursi. Grandes fuerzas están en movimiento, aun no está dicha la última palabra.
Hoy se hace necesaria una organización independiente del régimen, con perspectiva de clase que busque ligarse con la clase obrera, que luche por los más mínimos derechos democráticos, como las demandas de las mujeres y la diversidad sexual, y tienda un puente entre éstos y el cuestionamiento al orden capitalista, que al mismo tiempo milite y se prepare por la perspectiva en primera instancia de la revolución socialista y como horizonte final por una sociedad sin clases, sin explotadores ni explotados, por una sociedad comunista.
[1] León Trotsky: “Carta a la redacción de Contra la Corriente”, 13 de junio de 1930.

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