PLAN DE LOS INSURGENTES
Mexicanas y mexicanos:
Este 2010 se conmemoran 200 años de la Guerra de Independencia y 100 de la Revolución Mexicana. Poco o nada queda por celebrar, y menos desde la hipocresía del gobierno federal, que usurpan hoy los herederos del colonialismo y del porfirismo. Sólo desde el pueblo trabajador del campo y la ciudad (verdadero protagonista de las gestas patrias) pueden reivindicarse legítimamente los objetivos de independencia y justicia social que animaron los movimientos insurgentes, que siguen vigentes hoy.
La Independencia de España que hace dos siglos costó tanta sangre de los primeros mexicanos (como siempre, sobre todo de los más desposeídos, de indígenas, campesinos, artesanos); la resistencia contra las intervenciones norteamericana y francesa, las gestas nacionalizadoras del Siglo XX como las del petróleo y la electricidad, se han convertido en una nueva gran dependencia nacional a las potencias extranjeras, saqueo de nuestros recursos naturales, y explotación al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales y la banca internacional.
En especial, durante los últimos 28 años los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN han profundizado esa dependencia; privatizando más del 95 % de lo que alguna vez fueron vez empresas estatales; abierto indiscriminadamente el país al saqueo extranjero por medio de tratados de libre comercio; llevado a la nación a una ignominiosa integración subordinada a Estados Unidos; sometido al país a los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial; abierto incluso, los sectores estratégicos de la economía y de la nación a los intereses de la inversión extranjera y precarizado la fuerza de trabajo de las y los mexicanos para servir al capital foráneo. Incluso la independencia política es cada vez más una ilusión, por la abyecta subordinación del gobierno mexicano a las potencias extranjeras, especialmente la norteamericana.
Los objetivos de justicia social, por los que cientos de miles de mexicanos (nuevamente los de abajo, los campesinos, indígenas, trabajadores, principalmente) dieron su vida en la Revolución Mexicana que inició hace un siglo, se han ido cancelando. El Pacto Social de 1917, que dio origen a nuestra Constitución está prácticamente muerto y enterrado. Se vive la ruptura de la Legalidad Constitucional, mientras se nos ha impuesto un modelo económico y social que retoma los aspectos más oprobiosos y crueles del porfirismo.
El saqueo que ha significado el actual modelo económico neoliberal, traslada todos los días al pueblo las “deudas” como las que representa el “rescate” de los usureros de la banca y el Fobaproa-IPAB. La privatización desmedida tiene como blancos ahora, lo poco que nos queda a los mexicanos: electricidad, petróleo, educación pública, patrimonio cultural, agua; el ataque brutal al Sindicato Mexicano de Electricistas tiene como trasfondo esa intención privatizadora y desnacionalizadora.
Los derechos laborales que se alcanzaron con la Revolución se ven constantemente nulificados, y los trabajadores viven cada vez más, como a fines del siglo Diecinueve. La libertad de organización de los trabajadores se ve anulada por el despotismo gubernamental; significativamente, hoy como hace cien años, la huelga de Cananea y la resistencia de los mineros preconizan a lo que puede llevar el hartazgo del país. Derechos sociales básicos como la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y la jubilación son cada vez más recortados, víctimas de la mercantilización y la privatización.
El campo mexicano, que puso los principales sacrificios para la Revolución, es hoy un escenario de ruina y desastre, víctima de la apertura comercial indiscriminada, de nuevos terratenientes, de cultivos transgénicos propiedad de las trasnacionales, de la migración a la que se ven forzados millones de campesinos sin tierra, sin recursos y sin esperanza, peor que hace cien años.
La nueva crisis económica, ha hecho esta realidad mucho más dramática. La crisis global es producto nuevamente de un modelo económico irracional e inhumano que nos han impuesto, y como siempre no la pagan los que la provocaron, sino el pueblo trabajador que padece ahora más desempleo, precarización, miseria. En lugar de modificar dicha política económica, el gobierno despide injustificadamente miles de trabajadores como a los de Luz y Fuerza del Centro, impone más impuestos y un “aumento” al salario mínimo de dos pesos que es una burla a los trabajadores. Dicha crisis no sólo es económica en México y el mundo, es alimentaria, energética, climática, humanitaria.
Para sostener este orden oprobioso para el pueblo; para mantener al país en manos de unos cuantos multimillonarios oligarcas, de grandes terratenientes y agroindustriales, de la banca y las corporaciones trasnacionales, se ha venido imponiendo a la República una nueva tiranía tan cruel, corrupta y déspota como a la que derrocó la Revolución Mexicana. Surgido del fraude electoral, el régimen de la derecha neoliberal que padecemos, pasa cada vez más por encima del orden constitucional, viola las garantías individuales, vulnera los derechos humanos y las libertades democráticas, se impone a sangre y fuego militarizando al país con el pretexto de la guerra al narcotráfico, y avanza en la consolidación de un estado policiaco, que no combate sino que fomenta la inseguridad que aplasta e intimida a la sociedad.
Por eso es que, por toda la geografía nacional corre el descontento y se hace tan urgente la organización y unidad del pueblo, en reclamo de un cambio drástico del rumbo de la nación, de modelo económico y de régimen político; llegó la hora de detener el curso destructivo de la derecha neoliberal que mal gobierna al país. Esta sería la mejor manera de hacer una conmemoración popular independiente de los centenarios de la Independencia y la Revolución, honrando verdaderamente a quienes dieron la vida por un mejor futuro para México.
Es por ello, que hacemos este llamado al pueblo de México, a sus trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, profesionistas, intelectuales, artistas, amas de casa, desempleados, comerciantes, pequeños empresarios, habitantes del campo, de las colonias populares y barrios obreros, mujeres, jóvenes y ancianos, jubilados, pensionados, despedidos, migrantes, ciudadanos y ciudadanas de este país; a todas las organizaciones y comunidades nacionales, estatales, regionales y locales, sociales y civiles, en las que se agrupa nuestro pueblo; a todos los movimientos, frentes, redes, campañas y espacios de convergencia nacionales, estatales, regionales y locales, y a las fuerzas políticas afines a un verdadero cambio a favor del pueblo; a la sociedad civil toda, a adoptar activamente este Plan de los Insurgentes, para la organización, unidad y movilización popular con el propósito de derrotar a la derecha neoliberal, en torno a los siguientes ejes de acción:
* Arrebatar de la hipocresía del mal gobierno federal y los festejos oficiales, la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, construyendo una Ruta propia, independiente, de conmemoración popular de los centenarios que, basada en las fechas históricas de las gestas patrias, vaya más allá de los meros actos protocolarios de celebración y se convierta en una verdadera reivindicación popular de las causas y objetivos que les dieron origen. Concertando a escala nacional, regional y local, actividades que signifiquen un nuevo proceso de concientización, organización y unidad de los de abajo contra los males que nos aquejan. Hacer la reflexión, el análisis y el balance de esas luchas históricas y de la realidad actual del país, será el mejor marco para construir las nuevas vías de lucha y las alternativas surgidas desde abajo, para rescatar al país.
* Convocar a la realización de un Congreso Social que prepare el camino para una nueva Constituyente; un Congreso Social representativo de todas las capas desfavorecidas de la población, que aborde los temas más ingentes para la nación: recuperación de la Soberanía e Independencia Nacionales; modelo económico alternativo al neoliberal; justicia y derechos sociales para los pueblos indios, los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los habitantes pobres de la ciudad; defensa de los recursos naturales y medio ambiente; reapropiación y promoción de la cultura nacional; democracia participativa, vigencia de los derechos humanos y seguridad sin estado policiaco; discusión de los Proyectos de Nación construidos hasta ahora por diferentes fuerzas; y, desde luego, la ruta y las bases para una Nueva Constituyente. La organización de este Congreso Social arrancará este 5 de febrero, en un acto unitario a nivel nacional, para iniciar un proceso de organización y discusión, con vinculación también a la conmemoración popular de los centenarios, que supere las formas de convergencia y de representación de la diversidad de los sujetos sociales y los movimientos populares.
* Sobre la base de las anteriores vías de organización, unidad y discusión, levantar el Plan Nacional de Acción Popular que, además de recoger las acciones que emanen de los diferentes movimientos sociales, proponga las acciones, iniciativas y movilizaciones en las que puedan converger todos los sectores populares en lucha. Basado en las fechas históricas y más allá, se trata de un Plan de Acción que supere lo hecho hasta hoy, un plan que signifique un verdadero levantamiento popular, pacífico pero contundente, contra el mal gobierno neoliberal, incluyendo la desobediencia civil y las acciones de resistencia, los paros y la huelga nacional.
Con todo su significado histórico, este 2010 marca la hora en que el pueblo mexicano debe decidirse a poner fin de una vez por todas al desastre al que han llevado a la nación las mafias neoliberales que han usurpado el poder, a rescatar a México de las manos de los poderes facticos, nacionales y extranjeros que han impuesto una nueva tiranía, para llevar al país a una nueva época de desarrollo verdadero con Justicia, Democracia, Justicia y con armonía con la naturaleza y el medio ambiente.
Mexicanas y mexicanos: el alzamiento popular contra la tiranía económica y política que nos somete está en marcha. No esperes más, no aguantes más, llegó el momento de perder el miedo, sacúdete la desinformación de los grandes medios de comunicación al servicio del mal gobierno y las mafias, únete al gran movimiento nacional al que convoca este Plan de Insurgentes.
Plan de los Insurgentes
Se propone denominar “Plan de los Insurgentes”, a la Estrategia de lucha que los movimientos sociales desarrollaremos a lo largo de 2010.
El Plan de los Insurgentes se sustenta en tres vertientes:
1.- Ruta Popular de los Centenarios
Para rescatar de las sucias manos de los herederos del colonialismo español y del porfiriato, la celebración de tan magnas conmemoraciones, se acuerda:
a) Que la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular convoque a la conformación de un Comité Organizador de los Centenarios (con carácter autónomo, plural e incluyente, integrado con diversas personalidades del mundo intelectual, artístico, sindical y social), que elabore una propuesta alternativa de eventos y celebraciones.
b) Que este Comité Organizador de los Centenarios, presente su programa de actividades en la próxima Asamblea Nacional de la Resistencia Popular, para su discusión y acuerdos.
2.- La Representación Social de Base y de Masas (Congreso Social o Congreso Constituyente)
Se acuerda por esta magna reunión de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular, la conformación de una Comisión que elabore una propuesta de la Convocatoria y defina los contenidos de la Instancia Nacional de Representación Social y de Masas (Congreso Social o Congreso Constituyente), a realizarse los días 5, 6 y 7 de febrero en Querétaro y México, para que ahí se discuta y se acuerde lo conducente.
3.- Plan de Acción
Se resuelve por esta magna reunión de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular, la aprobación de las siguientes tareas:
a) La realización de la Huelga Política Nacional para mediados de febrero o principios de marzo. Convocar a la reactivación del Consejo Nacional de Huelga y de sus consejos estatales.
b) Organizar la Huelga General de Pagos del Servicio Eléctrico, en todo el territorio nacional.
c) Levantar la demanda por un Aumento Salarial de Emergencia y por Empleo Digno y Remunerador.
d) Organizar e impulsar el Recorrido Nacional, para visitar todos los estados de la República, a fin de difundir y concretar estos acuerdos.
e) Realizar una Jornada Nacional de Propaganda, con brigadas informativas casa por casa en colonias populares y unidades habitacionales así como en zonas fabriles, a fin de contrarrestar la ofensiva mediática y ganar a todos los sectores populares a nuestra causa.
f) Levantar una campaña nacional, exigiendo la revocación de mandato del usurpador Felipe Calderón.
Primer calendario de movilizaciones
Esta Asamblea Nacional de la Resistencia Nacional, Aprueba:
a) La realización de una manifestación para el día 29 de enero de 2010, en defensa de la Soberanía Alimentaria y Energética, por los Derechos de los Trabajadores y la Libertades Democráticas.
b) Arranque de la Conmemoración de los Centenarios el día 5 de febrero de 2010, en Querétaro y en todas las capitales de la República.
Atentamente
Fernando Amezcua Castillo
Secretario del Exterior
Sindicato Mexicano de Electricistas
México D. F. a 11 de Enero de 2010
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