Desplegado
¿De qué somos culpables los electricistas en resistencia del SME?
Sindicato Mexicano de Electricistas
A raíz de la movilización realizada el lunes 11 de abril en las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), a 18 meses del inconstitucional decreto de extinción de ese organismo público descentralizado, de nueva cuenta se ha desatado una feroz campaña mediática y política en contra de los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Todas las fuerzas de la reacción y la derecha se han unido en santa cruzada para denostar y acribillar a nuestra Organización Sindical, en un nuevo intento para acabar con el SME, palafreneros, cipayos y tinterillos al servicio de la oligarquía y del gobierno, no han escatimado palabrería hueca y discurso desgastado, para desprestigiar a los trabajadores electricistas.
Ante la falta evidente de pruebas con las cuales respaldar sus acusaciones en contra nuestra, nos han llenado de diatribas e insultos llamándonos violentos, saboteadores, cobardes y demás lindezas por el estilo, ¿pero que hay de cierto en todo ello?
Sobre la violencia: Fue el titular del ejecutivo federal, quien decidió descuidar la “guerra” contra el narco, trayendo a todos los efectivos de la Policía Federal para aplastar cualquier resistencia del SME, al decreto de extinción de LyFC. Fue el titular de la Policía Federal, quien decidió que entraran sus “efectivos” en nuestros centros de trabajo, con total lujo de violencia policiaca y militar, la noche del 10 de octubre al amparo de la oscuridad, vejando y humillando a los trabajadores que en esos momentos entregaban y tomaban turno. Ha sido la Policía Federal, quienes persiguieron, golpearon y detuvieron a nuestros compañeros en la carretera México-Querétaro, en el Sector Bolívar, en la Subestación Cerro Gordo, en las Plantas de Necaxa y Juandhó. Fueron ellos, quienes lanzaron las bombas lacrimógenas y de gas pimienta, sin importarles la afectación a niños, mujeres y ancianos, como lo documentó la prensa nacional (al jardín de niños de Bolívar el 16 de marzo de 2010 y a la estación del metro Zócalo el 11 de abril de 2011). Son ellos, quienes portan cascos, toletes, escudos, armas de fuego, bombas lacrimógenas y de gas pimienta, con los cuales acosan, amedrentan y golpean impunemente a los trabajadores.
Sobre los sabotajes: Por ordenes del anterior y del actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), personal de este organismo y de empresas contratistas privadas, son quienes han venido operando nuestras plantas generadoras, líneas de transmisión, redes de distribución y subestaciones, sin el conocimiento técnico, pericia y experiencia, desde la noche del 10 de octubre. Mienten los “funcionarios del sector” que, sin un mínimo de conocimiento sobre electricidad, aseguran que se puede seguetear o cortar un cable energizado, sin provocarse una muerte segura.
Por otra parte, nos parece sumamente extraño que con un tiempo de reacción inmediata, de un minuto con veinte segundos por parte de la Policía en el primer cuadro de la ciudad, no haya sido detenido in fraganti ningún supuesto “saboteador”. Que con tantas cámaras de video instaladas en esta ciudad, ningún “saboteador” haya sido ubicado y detenido. Mientras que el Grupo de Reacción Inmediata que creó la Secretaría de Gobernación, nada tenga que reportar, por una sola razón, no existe el supuesto sabotaje.
Sobre la cobardía: Ha sido el titular del ejecutivo federal, quien resolvió actuar en la penumbra de noche para agredir a trabajadores y ciudadanos indefensos. Fue él, quien decidió utilizar, toda la fuerza del estado y de las instituciones públicas, para aplastar a 16,599 electricistas en resistencia. Es el ejecutivo federal, quien violenta y pisotea nuestra Carta Magna y demás leyes y reglamentos, de manera impúdica y cínica, para entregar nuestros recursos naturales, el patrimonio energético y la soberanía nacional a las transnacionales. Quien se somete mansamente a los dictados de los Estados Unidos en materia de seguridad pública.
Entonces, ¿de qué somos culpables? De habernos opuesto a la entrega-privatización de la Industria Eléctrica Nacionalizada, desde los tiempos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y ahora con Felipe Calderón. De haber combatido y detenido, los intentos de reformas regresivas al Artículo 123 Constitucional y la Ley Federal del Trabajo, durante el Zedillismo y ahora en el Calderonato. De Habernos opuesto y luchado contra las reformas anti obreras a las leyes del Seguro Social y del ISSSTE, durante el foxiato.
También somos culpables de no aceptar sumisamente nuestra rendición y el aplastamiento de nuestra Organización Sindical como lo pretende la oligarquía y su gobierno. De resistir la extinción inconstitucional de una empresa propiedad de la nación. De negarnos a aceptar la conculcación de nuestros derechos constitucionales y legales. De ser firmes y patriotas, dignos de nuestra identidad como electricistas, como trabajadores y como mexicanos.
También somos culpables de creer y de practicar nuestros inalienables e imprescriptibles derechos contractuales, laborales y constitucionales. De aceptar nuestra condición de obreros y soldados al servicio de la patria. De ser dignos herederos de nuestras profundas raíces indígenas y obreras. De buscar la unidad con nuestros hermanos trabajadores, campesinos, indígenas, maestros, estudiantes, jubilados, pensionados, mujeres y jóvenes, para cambiar de raíz, el putrefacto modelo económico neoliberal y el autoritario régimen político de nuestro país.
Si, somos culpables de nuestra convicción para acabar con la impunidad de funcionarios que se enriquecen a la sombra de las empresas e instituciones públicas. De nuestro convencimiento en que la justicia llevará a los tribunales a quienes han sido responsables de actos criminales como los ocurridos en Pasta de Conchos, el Hospital ABC, en Cananea, en Cd. Juárez, en el Tecnológico de Monterrey y en larguísimo etcétera. En nuestra certeza de que pronto serán llamados a cuentas por la justicia popular, todos aquellos que han dilapidado los recursos y endeudado a más no poder, a empresas como Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, Luz y Fuerza del Centro y otras.
Somos absolutamente culpables de nuestra confianza en lograr “La realización de una clase trabajadora total y efectivamente consciente, unificada, disciplinada y apta, capaz de llevar a cabo el establecimiento de un sistema económico justo que permita a todos los hombres y mujeres aptos para trabajar, vivir holgadamente del producto de su propio trabajo, y haga imposible el enriquecerse con el trabajo de los demás”. En nuestra certidumbre de cimentar una nueva institucionalidad política sin corruptelas, ni nepotismo, que sirva para construir la felicidad de los mayoritarios, en esta nuestra tierra.
Por ello, y con el conjunto de la sociedad mexicana, exigimos: Ya basta de pisotear la Constitución y las leyes de nuestro país; ya basta de violar los derechos humanos y laborales del pueblo trabajador; Ya basta de la guerra fallida, cuyo fracaso se mide con los más de 40 mil muertos; Ya basta de subir los precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad, ya basta de subir los precios de los productos de la canasta básica; Ya basta de mantener irresueltos los conflictos: minero y electricista, ya basta de tomar decisiones “valientes” y no inteligentes.
Y porque con Juárez, estamos convencidos de que “el triunfo de la reacción es moralmente imposible”, entendemos el profundo, revanchista y enfermizo odio de clase que nos profesan quienes desde el dinero y el poder, nos combaten con toda la saña posible. Y también por esa razón, gritamos desde lo más hondo de nuestra conciencia y dignidad que “O son ellos o somos nosotros”. Fraternalmente
“Por el Derecho y la Justicia del Trabajador”
México D.F. a 14 de abril de 2011
Comité Central y Comisiones Autónomas
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