"El cierre de la emisora le ha quitado al presidente Zelaya un papel protagónico y beligerante. Lo debilitó, lógicamente, porque no tiene la opción de comunicar lo que va a hacer", dijo el director de Radio Globo.
ESCAPE POR UN PELO
Aún así, Romero asegura que en el primer programa unas 400.000 personas sintonizaron la emisora por internet en Honduras y un número similar en el exterior.
La cifra parece alta considerando que Honduras tiene 658.500 usuarios de la web o una penetración de apenas 8,4 por ciento según la Unión Internacional de las Comunicaciones.
Romero estaba al aire temprano en la mañana del lunes cuando los militares irrumpieron en la emisora para llevarse transmisores, consolas de audio y computadoras que contenían los archivos de los últimos meses.
El periodista de 54 años dice que escapó por los pelos y estuvo refugiado en una casa de seguridad hasta que las autoridades cedieron con la presión gracias, en parte, a la intervención del embajador de Estados Unidos.
Luego se dirigió al estudio clandestino, cambiando en varias oportunidades de automóvil para despistar a quien fuera que lo siguiera.
Romero tropezó el martes con el general Romeo Vázquez, jefe del estado mayor del Ejército que derrocó a Zelaya, que prometió interceder para que le devuelvan los equipos de su emisora.
Legisladores que apoyaron el golpe están ahora presionando al presidente de facto, Roberto Micheletti, para que derogue el decreto que sacó a Radio Globo del dial.
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