¿Qué es morir por causas naturales?
Pedro Echeverría V.
1. Entiendo que Panchito al ser un campesino del pueblo de San Salvador Atenco y, al mismo tiempo, luchador en defensa de la tierra, no le dieron un balazo, tampoco murió por golpes propinados por la policía y mucho menos por un atropellamiento vehicular en la gran urbe de hierro. Supongo que Panchito agonizó y murió en su casa por alguna enfermedad de las muchas que produce el capitalismo para el consumo de los pobres. Él tenía dificultades “naturales” para hablar y oír, sin embargo siempre sonreía cuando saludaba a quienes iban a solidarizarse con las luchas de Atenco. Por eso causa dolor su muerte y el Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) nos manda a todos un comunicado.
2. Los ricos y los pobres que mueren por “causas naturales” en realidad no son tan naturales sus muertes, responden a las condiciones económicas de vida. Basta recordar que unos mueren de indigestión en lujosos hospitales por comer mucho y otros por hambre en sus humildes chozas por no tener que comer. Unos mueren por enfermedades crónicas de ricos y otros por enfermedades curables del estómago, provocadas por el hambre. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque muchas veces controlada por el poder, reconoce que hay enfermedades predominantes, diferentes, en países de altos, medios y bajos ingresos. Hasta en la muerte hay diferencias sociales.
3. La OMS señala que en los países de ingresos altos, más de dos tercios de la población vive más allá de los 70 años y muere a causa de una enfermedad crónica: trastornos cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer, diabetes o demencia. La infección pulmonar sigue siendo la única causa infecciosa importante de defunción. En los de ingresos bajos, menos de la cuarta parte de la población llega a los 70 años, y un tercio de las muertes se dan entre menores de 14 años. Aunque los males cardiovasculares en conjunto son la principal causa de defunción en estos países, las enfermedades infecciosas (sobre todo el VIH/SIDA, la infección de las vías respiratorias inferiores, la tuberculosis, las enfermedades diarreicas y el paludismo) provocan más víctimas mortales.
4. Algunos países pobres han propuesto a la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una resolución que pide una mayor investigación de las enfermedades marginales, en cuya cura no invierten las farmacéuticas por falta de rentabilidad. En su propuesta han planteado que “las empresas farmacéuticas miran el beneficio (propio) y para ellas no tiene sentido perder dinero desarrollando un medicamento que sólo usarán unos cuantos miles de personas al año”. Por eso se necesitan mecanismos alternativos: no debería dejarse en manos de la iniciativa privada la decisión sobre el rumbo de la investigación, los países miembros deben ejercer liderazgo en orientar qué es lo que se investiga.
5. Investigadores de Brasil y África han explicado: “De las 1.556 nuevas medicinas aprobadas entre 1975 y 2004, sólo un 1 por ciento estaban destinadas a enfermedades marginales, que afectan sobre todo a países tropicales. Se incluyen la enfermedad del sueño (tripanosomiasis africana o su versión latinoamericana, llamada enfermedad de Chagas), la leismaniasis, la malaria, la tuberculosis y el sida. El problema con los medicamentos para curar estas enfermedades es que son pocos, muy antiguos, por lo que muchos ya ni siquiera funcionan o son muy tóxicos, mientras que los más nuevos son muy caros. En el caso de la tuberculosis, por ejemplo, la prueba diagnóstica es la misma que se utilizaba hace cincuenta años, funciona mal, pero no hay alternativas”
6. Al parecer en todos los pensamientos y juicios sociales está metida la lucha de clases que como método de análisis descubrió Marx. Nacemos, nos desarrollamos, nos reproducimos y morimos como todos los seres de la naturaleza, nos repitieron como si fuera un dogma desde la escuela primaria; pero cuando reflexionamos un poco nos damos cuenta de que no son procesos iguales en cada ser humano o ser vivo. Entre nosotros todos los momentos son determinados por las clases sociales a que se pertenezcan. ¿Por qué la OMS dice que el promedio de vida en muy mayor entre la población de altos ingresos y por qué es más fácil morir cuando se es pobre? Parece que no hay ninguna dificultad para entenderlo
7. ¿Cuántos panchitos como el de Atenco podrían vivir más años si la riqueza estuviera distribuida con equidad y justicia? ¿Cuántos jóvenes o personas maduras podrían tener mayor resistencia a las enfermedades si su alimentación fuera la adecuada y si los hospitales donde se atienden tuvieran las camas, los médicos y las medicinas suficientes? La realidad es que morir por “muerte natural” no es tan natural, como muchas veces se cree. Por eso no hay que dejar de luchar por mayores inversiones en los servicios de salud y educación públicas, por evitar todos los procesos de privatización que sólo benefician a los sectores más ricos y por lograr un sistema cada vez más igualitario. No solo hay que vivir, sino también hay que morir con dignidad.
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