A las madres de la Marcha de la Dignidad Nacional
Así como el 30 de abril de 1977 las madres argentinas iniciaron las rondas en la Plaza de Mayo y un año después, el 28 de agosto de 1978, 80 madres mexicanas iniciaban una huelga de hambre en el atrio de la catedral Metropolitana de la ciudad de México, ahora ustedes han emprendido el caminar colectivo por la verdad y la justicia; han recorrido kilómetros para recordarnos como sociedad la existencia de cientos, de miles de personas desaparecidas en todo el país.
Queremos compartirles que hace 12 años, cuando se formaba nuestro colectivo, no imaginamos que volveríamos a ver a otras madres peregrinar en la búsqueda de sus hijas e hijos. Creíamos que nos dedicaríamos a rescatar la lucha de nuestras madres y padres, y a escribir la memoria de nuestras abuelas. No pensábamos que años más tarde nos encontraríamos con ustedes.
Pero mientras no haya justicia, si los y las desaparecidas no son presentados, si las desapariciones forzadas continúan, como HIJOS, sabemos que nuestra lucha es de largo aliento. Queremos decirles que no están solas, que nuestros corazones y esperanzas se abrazan en la búsqueda de nuestros familiares, que no descansaremos hasta que sean presentados todos y todas aquellas que se llevaron, que nos arrebataron y que nos faltan todos los días.
Sepan que estamos con ustedes, que compartimos su lucha, que venimos y tenemos una historia común, que mañana marcharemos con ustedes para exigir la inmediata presentación con vida de todas y todos los desaparecidos. Que desde ya las queremos y admiramos. Madres de la marcha, los HIJOS las abrazan.
Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
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