Declaración del 1º. De mayo – Tribunal Internacional de Libertad Sindical
TRIBUNAL INTERNACIONAL DE LIBERTAD SINDICAL
DECLARACIÓN DEL 1º. DE MAYO
Al sindicalismo independiente mexicano / A las y los trabajadores de México y del mundo / A la opinión pública nacional e internacional,
Este es un 1º de mayo muy especial. En todo el mundo las y los trabajadores están saliendo a demostrar que otros tiempos se avecinan y que no están dispuestos a pagar los costos de una crisis que no provocaron. Aun en Estados Unidos, donde se había perdido el origen del 1º de Mayo, lo reivindican grandes movilizaciones. Ocupas, Indignados, trabajadores descontentos recorren las calles en todas partes. Hoy se oyen en las grandes alamedas y plazas de todo el mundo los gritos de quienes somos el 99 por ciento y resuena la solidaridad internacional entre los pueblos.
A este Tribunal Internacional de Libertad Sindical, constituido al llamado de los trabajadores mexicanos, le llena de satisfacción celebrar el 1º. de Mayo y dar su mensaje en este Zócalo de la Ciudad de México.
Nuestro trabajo se desarrolla en tiempos en que se han intensificado las ansias del capital de abaratar aún más la fuerza de trabajo y de reducir los derechos sociales. Aun los trabajadores europeos están sometidos hoy a programas de ajustes estructurales diseñados por el Fondo Monetario Internacional (ese al que desafortunadamente México ha dado millonarios fondos salidos de la miseria de su pueblo). La derrota del estado social de derecho europeo sería una derrota para todos los trabajadores del mundo.
Un nuevo alud neoliberal que destruye puestos de trabajo, derechos humanos y conquistas costosísimas se extiende por el mundo. Entre sus principales víctimas está la juventud, condenada al desempleo, la precariedad y la inseguridad; los migrantes, a quienes se arrebatan sus derechos más elementales en su tierra y en sus nuevos destinos; y las mujeres, que además sufren feminicidios en la mayor impunidad. Desafortunadamente, México se ha convertido en el mejor ejemplo de ello.
La utilización de la violencia y de la represión estatal y paraestatal no es ajena a las recurrentes crisis económicas causadas por las ansias desmedidas de ganancias. Con excusas variadas –el narcotráfico, el terrorismo internacional, la seguridad nacional– se avanza a sistemas autoritarios, que están dirigidos al cercenamiento de las libertades públicas de los sectores más vulnerables. México es también un cruel ejemplo.
La criminalización de la protesta social, la ilegalización de la huelga, y sobre todo los límites a la libertad sindical son una expresión de este paulatino pero acelerado avance sobre los derechos de la ciudadanía trabajadora.
Por ello hoy la libertad sindical y la capacidad de los trabajadores de organizarse en forma autónoma de los patrones y los gobiernos es más que nunca una necesidad de supervivencia de la clase trabajadora y aun de la humanidad. El ejercicio de los derechos humanos y sociales, y la democracia verdadera, no pueden ser completos sin la libertad de quienes viven de su trabajo para asociarse sin coerciones de cualquier tipo.
Es en este marco que este año ha sido llamado de nueva cuenta a México el Tribunal Internacional de Libertad Sindical, para juzgar el estado que guarda este derecho fundamental en el país y velar por el cumplimiento de los convenios internacionales en la materia. Tomamos nota de que en México se ha producido un avance al ratificar el rango constitucional de las normas internacionales y al reconocer a los derechos laborales como derechos humanos, pero exigimos su aplicación integral y verdadera.
En su consideración de testimonios y documentos sometidos por muchos trabajadores mexicanos, este Tribunal Internacional ha confirmado un incremento agudo de la violación de los derechos de todos las y los trabajadores de México, así como de la criminalización de la protesta social, en medio de una alarmante militarización del país y una violencia que sabemos ha cobrado ya 60 mil vidas. El exilio al que se ve sometido el dirigente minero y los presos políticos del SME son el mejor ejemplo de esta criminalización. Exigimos su regreso y su libertad inmediata.
Encontramos que al final del sexenio de gobierno que termina este año el balance para la gente que vive de su trabajo es absolutamente negativo, incluyendo una disminución de las libertades y derechos, y en particular un saldo escandaloso de ataques a la libre asociación de los trabajadores en beneficio de poderosos intereses económicos nacionales y extranjeros.
Así, nos hemos encontrado con que lejos de resolverse, después de años el estado mexicano mantiene las graves violaciones cometidas contra el Sindicato Mexicano de Electricistas y el sindicato minero. Exigimos desde aquí la reparación inmediata de esas violaciones de acuerdo a la norma constitucional y los convenios internacionales.
Pero hemos constatado también que trabajadores de prácticamente todos los sectores –de la industria, de la energía y las telecomunicaciones, de los servicios, de la educación— son víctimas de toda clase de atropellos. Una larga cadena de obstáculos se sigue interponiendo al libre ejercicio de la organización sindical. A pesar de la jurisprudencia, se sigue haciendo uso indebido de mecanismos como la “toma de nota” y el registro sindical aplicados arbitrariamente por las autoridades. Increíblemente, nos hemos encontrado con que en el Distrito Federal, pretendidamente democrático, la Junta Local ha emitido un decreto que añade ilegalmente más de 300 “criterios” para otorgar reconocimientos.
Condenamos también los crecientes abusos de las corporaciones transnacionales en el país, como en el caso de Honda y de Atento-Telefónica Española, y como es el caso de Wal-Mart que, además de las prácticas corruptas recién evidenciadas, se benefician de todo un sistema de abuso laboral en complicidad con las autoridades, que incluye la obstaculización de la sindicalización auténtica.
Desde aquí expresamos nuestra condena a las prácticas violatorias a la libertad sindical que ejecuta, promueve o tolera el estado mexicano, y exigimos su corrección inmediata. Llamamos a las diversas instancias internacionales de derechos humanos y laborales a actuar de inmediato para demandar congruencia con la normatividad internacional en México.
Compañeras y compañeros trabajadores mexicanos,
Nada es inevitable. Ya en América del Sur y en otras regiones del mundo se viene mostrando que con la organización y la lucha decidida de los pueblos se puede encontrar otros caminos distintos al neoliberalismo, con más democracia y libertades. Es posible. Ustedes pueden rescatar la libertad sindical y con ella la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida. Hoy, 1º. de Mayo, en todas las calles del mundo y aquí en México, las y los trabajadores muestran que la sociedad movilizada lo puede hacer posible. La victoria será al final de los trabajadores.
¡Vivan las y los trabajadores conscientes de México y del mundo!
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