Prueba de ello es lo que ocurrió recientemente en Brasil, donde el Congreso Nacional aprobó una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en contra del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Por otro lado, episodios tales como la reelección de Evo Morales en Bolivia y la resistencia de los hondureños al Golpe de Estado mostraron que los movimientos populares en América Latina comienzan a ganar fuerza y a servir de ejemplo para las organizaciones sociales de otros países de la región.
Pedro Oliveira - Ante todo, necesitamos dejar claro que entendemos por "movimientos sociales": las manifestaciones públicas de una voluntad colectiva. Ellos pueden ser muy específicos y agotarse cuando alcanzan su objetivo (por ej. el movimiento "fuera Collor") o cuando son derrotados (por ej. las "Directas Ya"), pero también pueden tener un programa de acción social con objetivos tan amplios que necesitan apoyarse en una organización permanente (por ej. las luchas por los derechos humanos, por la reforma agraria y por los derechos de los pueblos indígenas). Es sobre estos últimos que recae la acusación de atentar contra el orden público, como si quien se uniese para defender los derechos de los excluidos y realizar reformas estructurales en la sociedad, fuese un antisocial. En otras palabras, la criminalización de los movimientos sociales es una estrategia de quienes no quieren perder sus privilegios.
Adital-Recientemente, en Brasil, tuvimos aprobada una CPI (Comisión Parlamentaria de Investigación) que se dirige contra uno de los movimientos sociales más expresivos de América Latina, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST). ¿Qué significa eso en términos de pérdida o fortalecimiento para las fuerzas populares, que significa esto al interior del gobierno Lula?
Pedro Oliveira - Basta sólo ver los nombres de los parlamentarios que pidieron esa CPI! Es la bancada ruralista, de vieja guerra, que se constituyó luego después del fin de la dictadura militar para impedir que la Constitución de 1988 favoreciese la Reforma Agraria. Este grupo está hoy más fuerte que antes, porque consiguió doblegar al gobierno Lula: amenazando con derribar en el Congreso sus proyectos de política social, ellos obligaron al gobierno a someterse a los intereses del agronegocio. Para el gobierno Lula y la sociedad brasilera la victoria de la bancada ruralista es una perdida, porque sin Reforma Agraria no hay democracia. Pero el MST y las fuerzas populares ya conocen bien esa estrategia ruralista y antidemocrática, que sólo pidió la CPI para meter ruido e impedir que el gobierno actualice los índices de productividad rural.
Adital -El Golpe de Estado instalado en Honduras en junio de este año, puso en agenda, el poder de movilización de movimientos, organizaciones y entidades hondureñas de toda especie. ¿Cree Ud. que esa resistencia era previsible?
Pedro Oliveira - Conozco poco la realidad de Honduras y por esta razón no se decir si esta resistencia era esperada. Para mí fue una grata sorpresa percibir esa reacción popular. Pero debo decir también que, como cristiano, quedé decepcionado con la posición asumida por las autoridades eclesiásticas. En otros tiempos, ellas estarían prestando su voz a la voz del pueblo que clamaba por democracia. Grata sorpresa para mi fue la posición del gobierno Lula, al sostener la presencia y la actividad política de Zelaya en la embajada brasilera y no ceder a las presiones del gobierno estadunidense, que continúa tratando a América Latina y el Caribe, como si fuese su patio trasero.
Adital-Yendo para Bolivia, una vez más Evo Morales fue efecto presidente. ¿Hasta dónde cree Ud. que eso repercute en empoderamiento de los movimientos populares?
Eso es claramente un paso de mayor relevancia para el empoderamiento de los movimientos populares de todo el Continente, pues Bolivia, que hasta hace poco tiempo era considerada un "país inviable", nos está diciendo que si otra Bolivia es posible, también otro mundo es posible. Solo podemos agradecer al pueblo boliviano este buen ejemplo.
Adital - Hugo Chávez salió victorioso de diversas situaciones-elecciones, referendos…-- ¿Cómo evalúa Ud. el poder de movilización popular en Venezuela?
Pedro Oliveira -Es muy complicado crear estructuras de movilización política popular a partir de la Presidencia de la República! Chávez tiene un proyecto de democracia popular, sin duda, pero Venezuela no tiene, como Brasil, bases populares efectivamente organizadas. Tuvo en el pasado un partido Comunista fuerte, pero nunca tuvo movimientos sociales autónomos. Ni aun la Iglesia Católica, que en otros países es un factor de concientización y organización popular, ayuda a democratizar el país. Así, Chávez va haciendo la revolución bolivariana con muchos tropiezos. Para mí el gobierno Chávez puede ser resumido en una frase "un gobierno lleno de errores, pero en la dirección correcta".
Pedro Oliveira - Es claro que sí! No son países de izquierda, más bien países con presidentes de izquierda. En algunos casos ni el gobierno es de izquierda, como en Paraguay - donde el vice-presidente quiere derrocar al presidente Lugo y asumir el gobierno. La diferencia de esos presidentes con respecto a Lula, por ejemplo, es que ellos optaron por contar con el apoyo de los sectores populares y de los movimientos sociales, para enfrentar a las antiguas y nuevas oligarquías. Si esa estrategia es correcta o no, el futuro dirá. Pero con seguridad es una experiencia histórica mucho más rica y original de gobierno del pueblo y para el pueblo, y no simulacros de democracia formal, como los que agradan a los conservadores.
Adital - Ante la actuación pertinaz de intereses cada vez más transnacionales, ¿Cuál es el papel de la sociedad civil organizada ante temas de gran importancia como los Tratados de Libre Comercio, la crisis financiera o la crisis ambiental? ¿Cuál es el legado de los movimientos sociales?
Pedro Oliveira - Legado, no! Legado deja quien ya murió, y los movimientos sociales están bien vivos y actuantes. De hecho la Conferencia de Copenhague muestra que los intereses del sistema financiero y de las grandes empresas, continúan dominando el mundo y que los gobernantes por ellos indicados no van a mudar de ruta: caminamos hacia la gran catástrofe ecológica. Ante esto, nuestra esperanza reside en la fuerza de los movimientos sociales a escala planetaria. Por eso la relevancia del trabajo de concientización, como decía el maestro Paulo Freire: en la medida en que crezca nuestra conciencia de que somos parte de la gran comunidad de vida del Planeta, y nos organicemos para sustituir el productivismo consumista por un modo de producción y de consumo solidario solidaria, ecológico y democrático, viviremos mucho mejor.
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