viernes, 18 de febrero de 2011

Carta de doña Sara Reyes Salazar, en huelga de hambre en Ciudad Juárez

Carta de doña Sara Reyes Salazar, en huelga de hambre en Ciudad Juárez

*CAMPAÑA POR LA VIDA* Cd. Juárez, Chih., a 14 de febrero del 2011 *A las personas que mantienen privadas de su libertad a mi hijo Elías, a mi hija Magdalena y a mi nuera Luisa:* El día de hoy me dirijo a ustedes como personas, que al igual que mis hijos, han sufrido los golpes de la economía en decadencia de la región, y que, a pesar de ello, tienen que proveer de sustento a sus casas. Sé que ustedes no tienen nada personal conmigo o con cualquier miembro de mi familia, sé que existen intereses económicos más grandes, a los que tienen que servir, por necesidades personales. Me dirijo a ustedes que realizan esta actividad como una opción de sobrevivencia; a ustedes, que al igual que yo deben tener familia; a ustedes, que estoy segura, tienen escondidos sentimientos en su corazón; a ustedes, que guardan en su alma el horror de su trabajo; que regresen con vida a mis hijos y mi nuera. Mis pérdidas ya son muy grandes, mi hija Josefina, mi hijo Rubén y mi nieto Julio (quienes fueron asesinados el año pasado); mi corazón está destrozado, pero en mi alma albergo la esperanza de que ustedes escuchen la súplica de esta mujer mayor que ya no soportaría el dolor de perder un hijo mas. Les pido que regresen a mis hijos y a mi nuera que están enfermos, que requieren de medicamentos por las enfermedades que padecen y que les impide moverse por sí mismos. Mi hijo Elías se recupera de una embolia, por lo que actualmente tiene paralizada la mitad de su cuerpo; mi hija Magdalena padece de artritis reumática y se le dificulta el movimiento; mi nuera Luisa es una persona con capacidades diferentes por el problema de sus piernas. Como puede ver, son personas con muchos padecimientos y sufrimientos. Quiero apelar a la bondad, que sé que aún existe en su humanidad para que liberen a mis hijos y a mi nuera para que yo tenga la dicha de poder abrazarlos, besarlos y decirles una y mil veces más, cuánto los amo y lo importante que es que estén conmigo VIVOS y darle gracias a Dios por
haber tocado sus corazones.


A T E N T A M E N T E


Sra. Sara Salazar Hernández

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