viernes, 31 de diciembre de 2010

Reciban un cordial saludo de parte de todos los miembros de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, Ecuador, junto con un mensaje de reflexión al concluir este 2010 e inicia el 2011.

Saludo de fin de año

Reflexiones al finalizar el 2010
A la memoria de Marisela Escobedo, asesinada el 16 de diciembre de 2010, defensora de la vida, madre mexicana que luchó incansablemente por justicia para su hija asesinada.
El 2010 llega a su fin, y queremos, como Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, Ecuador, compartir con todos ustedes una serie de reflexiones al concluir el año y dar inicio uno nuevo. Estamos en la víspera de cumplir 34 meses de la masacre de Sucumbíos, del asesinato de cuatro jóvenes estudiantes mexicanos: Verónica Velázquez, Juan González, Soren Avilés y Fernando Franco, y donde Lucía Morett, única sobreviviente mexicana de la masacre, continua bajo una cruel persecución política que la mantiene fuera de una vida pública, sin poder recuperar su libertad y tranquilidad, ya que pesa sobre ella la constante amenaza de ser detenida, poniendo incluso su vida en riesgo.
A lo largo de este 2010, hemos seguido luchando en todos los espacios posibles por exigir justicia y que los agresores de nuestros hijos sean castigados, hemos conocido a múltiples personas que al igual que nosotros han perdido a un hijo, a un familiar, bajo la violencia originada y sostenida desde las esferas del poder mundial, hemos conocido múltiples casos de injusticias en México y en todo el mundo, que al igual que nosotros, claman por justicia luchando para evitar que diversos crímenes queden en la impunidad.
Son ya casi tres años de iniciada nuestra lucha, hemos recorrido un largo camino que nos ha permitido conocer las más crueles infamias, pero también, hemos tenido la enorme fortuna de conocer a cientos de personas, que sin miedo, que con una amplia dignidad, continúan luchando por la verdad y la justicia, por lograr que nuestros pueblos vivan en paz y con una mejor calidad de vida, nos hemos acercado al dolor, pero también nos hemos acercado a la valentía y dignidad de cientos de personas que buscan construir un mundo más justo, a cientos de padres, madres, familiares, defensores de derechos humanos, estudiantes, jóvenes y diversas organizaciones sociales y políticas que con coraje y valor enfrentan la violencia de Estados y gobiernos criminales.
México, al igual que muchos pueblos, padece una violencia sistemática de aquellos que se niegan a que los pueblos guíen su destino, a que sean libres y puedan vivir con dignidad, poco a poco nuestro país se sume en la injusticia y la impunidad, para nosotros, es este el momento de renovar nuestra convicción de luchar por justicia para las víctimas de Sucumbíos, pero también, el de hermanarnos y solidarizarnos con las injusticias que padece nuestro pueblo, de Nuestra América y del mundo.
Sea este mensaje, un aliento de fuerza para seguir adelante por más adverso que sea el panorama, asumamos con valor la defensa de la vida, de la justicia y la paz, nosotros creemos firmemente en que pronto llegará una nueva alborada para todas las víctimas, para todos aquellos que han padecido el dolor de un ser querido asesinado por regímenes criminales, lucharemos por evitar que la impunidad siga protegiendo a los culpables y que se continúen cometiendo agresiones contra los pueblos, contra los jóvenes que solamente buscan un mundo libre de pobreza y marginación, libre de injusticias y desigualdad.
Agradecemos desde lo más profundo de nuestro corazón, a todos aquellos que continúan solidarizándose con nuestro dolor y nuestra lucha, a quienes nos han acompañado en estos casi tres años, gracias por mostrarnos que entre los pueblos del mundo, la solidaridad sigue siendo el sentimiento más noble que nos une, a todos aquellos que hoy padecen una injusticia, que sufren por un ser querido asesinado, perseguido, encarcelado injustamente, desaparecido, reciban un cálido saludo y nuestra fortaleza, la misma que han sembrado en nosotros y que hoy comienza a florecer para compartir la esperanza de lograr JUSTICIA.
México, D.F., a 30 de diciembre de 2010.

En un refugio guardado en su corazón
Llevan la bandera de Bolívar.
Su rostro la transmite en la sonrisa
Que dejaron en las imágenes del recuerdo.
Hoy desde lo alto suenan las campanas
Ustedes las tocan para mostrarnos el camino.
Juan, Verónica, Soren, Fernando desde lo alto nos miran
Y nos recuerdan que para ser grandes
Hay que saber soñar.
ASOCIACION DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VICTIMAS DE SUCUMBIOS ECUADOR

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