martes, 28 de abril de 2009
El miedo y la doctrina del shock
Hay preocupación y miedo ante la situación que se padece en la ciudad por causa de un virus que hizo su aparición, para muchos sorpresiva, dentro de un contexto marcado por la inseguridad y la crisis.
Entre las opiniones escuchadas están algunas enmarcadas en lo que se conoce como la “Teoría del Complot” y una en especial alude a la “Doctrina del Shock” que apareció expuesta en el libro del mismo título escrito por Naomi Klein, edit. Paidós, 2007, 708 pp.
A groso modo, la doctrina, creada por el economista monetarista Milton Friedman, se basa en la aplicación de eventos traumáticos a los individuos para doblegarlos, debilitarlos y obtener la utilidad deseada de ellos, es decir, infundirles miedo, temor y hasta pánico para dominarlos. Esto puede ser aplicado a las sociedades obteniendo el mismo resultado para conducirlas hacia un fin ideológico, para aceptar ciertas imposiciones o para legitimar a un gobierno espurio.
Los ejemplos que se exponen son la agresión a las torres gemelas con la legitimación de Bush; el golpe en Chile contra Salvador Allende con la imposición de un nuevo modelo económico y el Tsunami en el Pacífico con el asentamiento de cadenas hoteleras en las zonas afectadas, entre otras.
Los argumentos parecen ser verídicos pero hasta el momento no hay forma de comprobar si realmente se diseñó un plan para obtener los resultados que hoy se conocen. Parecen más bien, elementos salidos de la circunstancia siendo aprovechados por oportunistas y encauzarlos a su favor de acuerdo al grado de autoridad que en ese momento tuvieron.
Se dice que esta epidemia de Influenza tiene diferentes orígenes que van desde una población criadora de cerdos ubicada entre Veracruz y Perote hasta haber soslayado el problema para encubrir la situación económica en crisis por la que atraviesa el país; pasando por los chistes, que nunca faltan, sobre el recién fallecido antropólogo de influenza que recibió a Obama en la cena del recinto del Museo de Antropología. En pocos términos, se dice que el gobierno en turno es el generador de este conflicto.
Sin embargo no parece posible ubicar a un gobierno en inestabilidad económica que pretenda encubrir sus deficiencias generando un problema que acaba con todos sus esfuerzos para superar la crisis. El cierre de planteles educativos, espectáculos o centros de dispersión trae aparejada la afectación de fuentes de trabajo. El mercado se contrae más de lo que está y se presta para la aparición de un mercado negro (vacunas) y compras de pánico que produce efectos de escases.
Si se pretende encubrir la inseguridad vía narcotráfico, el momento es el peor porque se desvían elementos militares para la solución de demandas de salud inmediatas descuidando el plan de confrontación a la delincuencia.
Hasta el momento ninguno de los partidos políticos ha reaccionado para llevar a su molino las ventajas que esta oportunidad, como ellos acostumbran verlo, les ofrece. Pero es seguro que aparecerán de perdurar esta crisis durante los siguientes días.
Lo que si se ha evidenciado es la falta de imaginación y de organización administrativa del actual gobierno para atender ya no solo el temor ciudadano sino la demanda que se está generando en los hospitales donde apenas este día sábado, pudieron ser escasamente protegidos con medicamentos profilácticos y vacunas (las cuales dicen que ya no son efectivas) los médicos que atienden a los pacientes que a diario les llegan. Y pregúntense si esta protegido el personal auxiliar como enfermeras, camilleros o cualquier otro.
Un médico, omitiendo su nombre, mencionaba que al demandar a un directivo de la SSA las supuestas vacunas de protección que suman un millón, le contestó que debía hacer el pedido de acuerdo a las normas. El doctor replicó que la situación no era para perder el tiempo con papeleo y debía hacer la dotación al menos de una parte de manera inmediata. El resultado fue que cada médico de ese hospital tuvo que conseguir sus medicamentos por sus propios medios.
Cuando se presentó el narcotráfico en nuestra ciudad, el miedo no era nuestro por que la guerra era entre otros. En cambio, ahora se puede ver el temor en las máscaras que uno mira en las calles o en los transportes.
Tal vez no estamos bien preparados para afrontar esta crisis. Primero porque el común denominador de la gente tiene creencias que impiden ver la realidad de los hechos sin informarse y segundo, porque los que parecen estar informados prefieren quedarse en sus casas sin mover un brazo para dar un poco de orden resolviendo problemas.
¿Pero de que información se trata? ¿Cómo evitar la manipulación de la que habla la doctrina del Shock?, Habría que empezar por buscar algo de ciencia, identificar lo que es un virus, atisbar de la forma como otros países enfrentan esta problemática ¿Recuerdan el virus de las vacas locas?, ¿Recuerdan la gripe aviar?, ya no digo sobre los estudios que se llevan en otros países o de cómo en este momento somos sujetos de estudio de naciones como Estados Unidos, Canadá, Perú o Brasil para enfrentar nuestro problema, que no se miran a si mismos o elogian sus corrales sin mirar afuera.
Hay que mirar hacia otros lados, hay que tener imaginación y sobre todo buscar la forma de ayudar ¿o ya se nos olvidaron los sismos del 85? Y no pensar en las teorías del complot o en quienes esto les benéficia.
Cuarón que hace una pequeño corto sobre la Doctrina del Shock de Naomi Klein y que les anexo el enlace para que lo vean, en la parte final pide que nos informemos y así no estemos ni ciegos ni pasivos. Informarse no solo es ver la historia, es ver también la ciencia y sobre todo, la solidaridad humana.
http://www.youtube.com/watch?v=cvG0gbvZ4tY&hl=es
Francisco Martínez
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