8 de marzo - Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras: Las cifras de la desigualdad
Poco que festejar y mucho por que luchar.
Kaos. Mujeres y Géneros
A 103 años del día que fueron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva Cork peleando por sus reivindicaciones laborales y a 100 años de haberse decretado el 8 de marzo como el día internacional de la mujer, la desigualdad y la inequidad se mantienen.
Estas cifras hacen evidente la discriminación social y económica hacia las mujeres, producto de la eficaz alianza entre patriarcado y el capitalismo: La mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres. En todo el mundo, las mujeres ganan como promedio cerca de la mitad de lo que ganan los hombres. Las mujeres de menores recursos deben trabajar desde muy jóvenes, son las que más hijos tienen, las que menos ganan y las que más tarde se retiran del mercado laboral. Las mujeres se ocupan de la casa y los niños en 82% de los hogares. Entre el 50 y el 80 por ciento de la producción, la elaboración y la comercialización de alimentos corre a cargo de las mujeres (Naciones Unidas) En todo el mundo, según las Naciones Unidas, las tres cuartas partes del tiempo trabajado corresponde a las mujeres, quienes reciben por eso 3% del salario que se paga en el mundo y son poseedoras de solo 1% de la propiedad mundial. Las mujeres que viven en la pobreza a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia. 1000 millones de personas son analfabetas, de los cuales 670 millones son mujeres. El 70% de la pobreza la padecen mujeres, aunque aportan las dos terceras partes del trabajo en el mundo y apenas ingresan el 10% de los sueldos. Entre el 15% y el 50% de las mujeres han sufrido abuso físico en su ámbito familiar. Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales. Se estima que 5.000 niñas fueron asesinadas en 2009 en nombre de la honra. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia. Cada 7 minutos sufre golpes o maltrato físico y psicológico por parte de su pareja. Durante los conflictos armados el ataque a los derechos humanos de la mujer (asesinato, violación, esclavitud sexual y embarazo forzado) se utiliza como arma de guerra. En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año (AI). La alfabetización de mujeres jóvenes (entre 15 y 24 años) es del 60% frente al 80% de los hombres (PNUD 2008) Cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres como consecuencia del embarazo y el parto (PNUD). En los países en desarrollo no reciben atención prenatal el 35 por ciento de las mujeres; casi el 50 por ciento da a luz sin asistencia de personal especializado y el 70 por ciento no recibe atención en las seis semanas posteriores al parto (PNUD 09) En el mundo hay más mujeres que hombres infectadas de sida (PNUD 2009). En África Subsahariana, por ejemplo, las mujeres representan el 57 por ciento de los adultos infectados por el VIH (Fondo de la Población de Naciones Unidas 2009) Diana Cordero Colectivo Kaos en la Red
La violencia contra las mujeres Indymedia En Argentina, la Asociación civil La Casa del Encuentro, por medio de su área de investigación, llevaba elaborado tres informes sobre femicidios. En el año 2008, fueron asesinadas 207 mujeres y niñas. En el año 2009, 231 mujeres y niñas. En el año 2010, 260 mujeres y niñas. Lo que da un total de 698 mujeres y niñas muertas en la Argentina, a causa del machismo. Todas muertes evitables. La violencia hacia las mujeres, adquiere diferentes formas, y a pesar que algunos países cuentan con leyes y organismos dedicados exclusivamente a esta problemática, las estadísticas crecen año a año. Según la onU (Organización de Naciones Unidas) cada 18 segundos una mujer sufre algún tipo de violencia. Algunas cifras de Latinoamérica Lamentablemente estas estadísticas en crecimiento, se multiplican en otros países de Latinoamérica. En Honduras, las organizaciones feministas, denunciaron que 291 mujeres fueron asesinadas entre enero y septiembre de 2010. En el periodo que va 2002 a 2009 hay más de mil femicidios, la mayoría continúan impunes. El Salvador, es el país donde asesinan a más mujeres y niñas. Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) sobre una estadística del año 2006, afirma que la tasa de femicidios es de 129,46 por millón de mujeres. Richard Barthe representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) informo que en el periodo que va de 1999 a 2009 la violencia hacia las mujeres en El Salvador creció un 197%. Carolina Velásquez, coordinadora de Estrategias de Comunicación y Prensa (Cimac) manifestó que de acuerdo a las cifras de la organización, en 2009 en Guatemala se produjeron 720 femicidios. En México 529 y en Nicaragua 79. La mayoría de estos hechos están impunes. Mientras tanto en nuestro país, se comenzó a debatir la introducción de la figura de Femicidio en el Código Penal. Algunos países como Guatemala, Costa Rica, Chile y El Salvador cuentan con la figura penal en sus códigos, con algunas diferencias entre ellos. Femicidio: sus causas Generalmente los medios se refieren a la violencia de género como violencia domestica, centrándose exclusivamente en el ámbito donde sucede. Sin embargo la violencia de género tiene un origen social y cultural, en la sociedad patriarcal en la que vivimos, que se funda en el lugar de inferioridad que se nos asigna a las mujeres. Esta violencia muchas veces se expresa con mayor fuerza en el ámbito familiar, lugar donde se desarrollan y perpetúan los roles de género aprendidos. Este espacio privado, invisibiliza muchas veces, las relaciones asimétricas de poder. No obstante esto, la violencia de género esta en todas partes. No es exclusiva de una clase social o nivel educativo, sino que es transversal a todas las relaciones sociales. En cualquiera de sus manifestaciones (femicidio, prostitución, violación, ablación, insultos, trata, trafico etc.) son el resultado de la desigualdad social, política y económica existente entre varones y mujeres. Este sistema Patriarcal es perpetuado mediante la cultura, la religión, el lenguaje, la educación, los medios de comunicación. Las mujeres somos vistas como objetos sexuales al servicio del placer de los varones y somos percibidas como seres inferiores carentes de derechos. La abogada Rashida Manjoo relatora de la onU sobre la violencia contra la mujer manifestó, en ocasión del inicio de las Jornadas Iberoamérica frente al femicidio: El fin de la impunidad: “…es un problema global, no es algo que ocurra sólo en los países pobres, o en los ricos; no es un tema que afecte a personas blancas o negras. Y no hay un solo país del mundo que pueda afirmar que ha logrado erradicar la violencia contra las mujeres. Ni uno. Todos tienen ese reto por delante. Que no hay ningún país que pueda decir que ha terminado con la violencia hacia las mujeres. "El agresor para controlar a sus victimas usa muchísimas estrategias" A fin del año 2010 el Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, perteneciente a la Casa del Encuentro, dio a conocer un nuevo informe sobre los asesinatos de mujeres y niñas ocurridos en el periodo de enero hasta el 30 de octubre del mismo año: 206 mujeres y niñas encontraron la muerte de mano de parejas, ex – parejas, novios o ex –novios. Uno de los componentes más macabros es la utilización del fuego por parte de los perpetradores.Esta modalidad, que no es nueva, fue utilizada en la inquisición para castigar a mujeres que practicaban supuestamente la brujería. Aunque en realidad fue la forma en que la iglesia controlaba a las mujeres por medio del terror. Para comprender esta problemática entrevistamos a Susana Cisneros, abogada y feminista, quien hace mas de 10 años se dedica al trabajo en distintos programas de violencia. Es profesora en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata (UNLP). Investigo y publico un informe denominado: “El Femicidio intimo en la ciudad de La Plata 1997-2001”, colabora en la Asociación Civil “Grupo Des-Pegar Vínculos sin Violencia”, y actualmente se encuentra en un programa de violencia domestica. Indymedia: ¿Cree que el tratamiento que le dan los medios de comunicación a los femicidios con fuego, tienen que ver con el incremento de estos hechos? Nosotros lo vemos en el trabajo diario, hay muchas mujeres que escuchan de la boca de sus compañeros, los agresores, que las van quemar como Wanda, que les van a tirar alcohol. Esto es una estrategia más de dominación y control, que habitualmente los agresores usan con las mujeres. Como sucedió con el caso Barreda, donde muchos agresores tomaron esto, y ellos lo tomaban y lo decían a sus victimas, como una forma más de control y con todo lo que esto genera. El agresor para controlar a sus victimas usa muchísimas estrategias [...]que le va a sacar los chicos, que se va a quedar con la casa, que le va a contar a su madre, que va a matar a la madre […]de acuerdo al grado de violencia que ejerce, y uno de los elementos que incorporan, cuando salen estos casos en los medios es decirles “te voy a quemar como tal”, “vas a aparecer quemada”, “te voy a tirar acido”. […] Esto va a los puntos mas sensibles de la victima y le provoca mucho dolor, y mas cuando ve por los medios de comunicación que realmente son ciertas estas muertes y aparecen los cuerpos, y están […] los medio en este proceso han tomado como conciencia y lo están viendo como desde otro lugar. Un caso importante, en nuestro país, y sirvió para comenzar a hablar de la violencia fue el femicidio de Alicia Muñiz. Cuando se produce el asesinato de Alicia Muñiz, muchas mujeres se vieron reflejadas, a ellas les podía pasar lo mismo. Llegaban a los servicios de salud a comentarles esto en particular a las psicólogas […] las psicólogas no sabían como abordar este tema, no se hablaba de violencia. Tuvieron que recurrir a toda la bibliografía de otros países para poder abordar esta problemática, pero el gran disparador fue el caso de Alicia Muñiz. El gran desafió que tendrán los medios de comunicación es como se transmite esta noticia: no es un “crimen pasional”, no es cuerpo, no contar los cuerpos, la cantidad de cuerpos, sino que significa, que hay detrás de esto, porque me parece que esto también le sirve a la victima que esta escuchando. Hay muchísimas victimas que están con esta idea de que pueden ser quemadas, me parece que si los medios devuelven una mirada mas critica, más onda de esta cuestión a ellas también le sirve. Es una oportunidad para que los medios ahonden que hay detrás de esto, que paso, una oportunidad para ir profundizando más, porque el efecto multiplicador que tienen les va a servir a esas victimas que están escuchando, que están mirando, pero también a los agresores que están escuchando y que están mirando. Trabajar sobre la pedagogía, la información, la formación, la capacitación, creo que es un gran desafió, y es hacer también prevención. Indymedia: ¿Cual es la responsabilidad del Estado e instituciones en el incremento de la violencia hacia la mujer? En violencia hacia la mujer en particular abría que separar; por un lado desde el punto de vista normativo tenemos leyes –por suerte-, leyes que amparan, leyes que protegen, leyes que sancionan, leyes que tratan de erradicar, o responsabilizar…estamos con lo que la comunidad internacional en estos puntos también esta sancionando leyes de este tipo… de normas estamos como completos, el tema es que hay un divorcio, una separación entre lo que la norma dice y lo que los distintos poderes del estado, los distintos operadores, y aun, la sociedad realiza en este sentido, de acuerdo a sus distintas responsabilidades. Me parece que el Estado debería abordar y trabajar en la prevención […] los estereotipos de genero, los roles rígidos, y esto desde la educación. La justicia, lograr realmente, una sanción. Esto se esta trabajando arduamente, pero todavía falta que no queden estas cuestiones con una sensación de impunidad o que sean impunes. Normativamente estamos en un país de avanzada, negar lo que esta, parte también de una responsabilidad de tener una mirada recortada, en estos temas justamente hay que tener una mirada lo mas flexible posible. Es una temática compleja donde están los vínculos. Una temática multisectorial, donde el contexto psicosocial tiene gran importancia. Para abordar y adentrarse en el tema tiene que estar lo mas abierto posible, lo mas flexible posible, porque aquí se atraviesa mucho lo cultural, se atraviesa el tema de las adicciones. Las adicciones han cambiado mucho la modalidad y es un factor importante a la hora de evaluar una situación de riesgo. Indymedia: ¿Cree que la incorporación de la figura de femicidio va a traer algún cambio? Si esto llega a ser una ley y se incorpora al código penal, los jueces, van a tener que aplicar lo que diga la ley. Va a ser un cambio en ese sentido, pero cuando se ha producido el femicidio y para sancionar el femicida o a la persona que ha provocado la muerte. O sea, el cambio va a ser netamente en el campo jurídico y en particular, en la aplicación que van a tener que hacer los jueces. Si esto puede generar un impacto a nivel social, o en el imaginario social, es un deseo. Tenemos leyes que son riquísimas, que son leyes claras en este sentido. En el tema de la violencia, de los distintos tipos de violencia, de cómo se tiene que trabajar en la prevención, en la erradicación, como se tienen que abordar estos temas. Sin embargo nos encontramos que el imaginario social no ha tomado la verdadera dimensión de lo que significa, cuando en un grupo familiar, en una pareja, en un vínculo se introduce la violencia como forma de comunicación. Todos los efectos desbastadores y terribles para todas las personas que están directa o indirectamente involucrados en este tema. Todavía nos queda mucho por andar, por eso me parece importante la prevención, por eso es bienvenido que haya una figura penal que específicamente tipifique y de el verdadero alcance a la sanción que corresponde. Es bienvenido, pero me parece que todavía nos queda un trabajo de concientización a nivel cultural, para lograr la erradicación, que no haya más femicidios y que no haya más violencia. Indymedia: ¿La militancia y denuncias incansables del movimiento de mujeres sirvieron para visibilizar esta problemática? Los cambios que se van a ir dando va a ser provocados, o motorizados por el grupo de presión que constituyen los grupos de mujeres. Primero tímidamente, como que se van posicionando, y después van dando batalla en este desafió, y van ganando espacios y ya se torna irrefutable. Y estos ejemplos tenemos en la región, sucedió en Guatemala cuando tímidamente y con gran oposición apareció el proyecto de femicidio, de sancionar el femicidio, y después por la presión de los grupos de mujeres, hace unos años que tienen la ley de feminicidios sancionada. Yo creo que esto es producto del movimiento de mujeres, y creo que es un proceso lógico, porque creo que cuando nosotras las mujeres empezamos posicionarnos en un punto, es como un camino que no podemos volver atrás, uno […] va avanzando. Indymedia: ¿Cree que entro de los partidos, movimientos sociales e instituciones se debate suficiente sobre violencia de géneros? Las causas son variadas, una causa fuerte es el desconocimiento. El desconocer algo genera temor, genera estos resquemores, esta desconfianza, y por supuesto que los partidos políticos, los lugares de decisión deberían darse un debate. Sucede lo mismo en la universidad, que es un centro de formación de lo que después va a ser los futuros operadores, sea en justicia, sea en salud... los distintos actores que tienen que intervenir en una situación de violencia provienen de una formación donde estos temas están muy ausentes, por no decir totalmente ausentes o hay lugares académicos pero no son lo suficientemente, no cumplen todas las expectativas. Tendría que ser obligatorio en toda la formación de los futuros operadores contar con una formación en estos temas, creo que por ahí parte después el desconocimiento. En contra posición de lo que dicen los tratados internacionales en estos temas, en la normativa, que justamente dicen que tienen que trabajar sobre los estereotipos de género, sobre los patrones, cambiar los patrones socioculturales. Estamos como incumpliendo lo que dice la normativa. Susana también participa de la lucha por justicia para Sandra Ayala Gamboa la conoce de cerca: Ha salido a la luz, no en toda la ciudad como se debería de esperar, pero en parte de la ciudad en determinados sectores, por la tarea que han hecho los distintos movimientos de mujeres, estudiantiles, que estuvieron con Nelly. En este hecho se junta el femicidio, la trata, la discriminación, la violencia, la exclusión social, la etnia. Requiere ajustar la mirada no se puede ver a Sandra como una chica que murió, que apareció muerta en un lugar público. Hay que ahondar mas, y ver que Sandra era joven, era una migrante, era pobre, era –seguramente hasta que la justicia dictamine esto- victima de trata, el producto de la exclusión, hay que ahondar mas. La deuda que tenemos con la sociedad es tomar conciencia en esto, hablar de normas, hablar de sanción de normas siempre son bienvenidas […] pero el gran desafió es provocar un cambio a nivel social, justamente para lograr la erradicación, lograr otro modo de vincularse que no sea a través de la violencia. El fuego: una modalidad que creció en Argentina Luego de producido el asesinato de Wanda Tadei esposa de un conocido músico, hechos similares se multiplicaron. En los últimos 6 meses de 2010, 8 mujeres fueron quemadas por sus parejas, novios o ex-parejas. A un año de la muerte de Wanda, su esposo, Eduardo Vásquez va a juicio oral y publico. La familia Tadei espera que finalmente se haga justicia. Violencia machista e impunidad Desde el caso de Wanda hasta la fecha fueron 15 las mujeres quemadas. La Casa del Encuentro denuncio un aumento del 10 % en esta modalidad. Fabiana Túñez manifestó, a un medio nacional: “Con un incremento general de la violencia hacia las mujeres, en lo que va del año ya tenemos varias víctimas por incineramiento, que tiene que ver con que todavía los asesinos gozan de muchos privilegios que les otorgan cierta impunidad” Sus Nombres 1- Wanda Taddei (29): El 9 de febrero de 2010, la mujer del ex baterista del grupo de rock Callejeros, Eduardo Vázquez, resultó gravemente herida tras ser rociada con alcohol y prendida fuego en su casa del barrio porteño de Mataderos y murió 12 días después. El músico siempre sostuvo que fue un accidente aunque actualmente está detenido por homicidio. 2- Alejandra Céspedes (27): El 22 de febrero apareció prendida fuego en su casa de Paso de la Patria, Corrientes, donde estaba con su marido, y murió el 8 de julio, aunque no se descarta la hipótesis de un suicidio. 3- Carmen (...): El 27 de marzo resultó quemada tras ser rociada con alcohol y prendida fuego, en la ciudad santacruceña de Río Gallegos, y murió el 20 de julio en una clínica del barrio porteño de Palermo. Por el hecho fue detenido su marido. 4- Sabrina Cennamo (24): El 2 de abril fue encontrada incinerada en su casa de El Talar de Pacheco, partido bonaerense de Tigre. También había sido degollada junto a sus dos hijos. 5- Lidia Valiente (35): El 6 de mayo su cuerpo fue encontrado calcinado en la localidad bonaerense de Valentín Alsina, partido de Lanús. Luego se comprobó que había sido estrangulada y por el crimen fue detenida su pareja, Néstor Benítez (42), en Corrientes. 6- Betiana Chávez (20): El 24 de mayo murió en un hospital de la ciudad de Neuquén luego de sufrir quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo tras una discusión con su pareja, un hombre de 40 años, que quedó detenido. 7- Gladys Pereira (31): El 23 de mayo sufrió graves quemaduras en la localidad misionera de Los Helechos y murió el 3 de agosto en un hospital de Oberá, Corrientes. 8- Fátima Guadalupe Catán (24): El 18 de agosto, la joven, que estaba embarazada, sufrió quemaduras en casi el 90 por ciento de su cuerpo en su casa de la localidad bonaerense de Villa Fiorito y murió cinco días después. Su familia acusó al novio pero la Justicia no ordenó su detención ya que no estableció si se trató de un hecho accidental o intencional. 9- Jorgelina López (29): El 21 de agosto resultó quemada en Salta cuando, al parecer, estaba junto a su amante y murió a los diez días del hecho. 10- Norma Rivas (36): El 6 de diciembre murió tras ser rociada con nafta y prendida fuego en La Matanza. 11- Natalia Nievas (28): El 27 de diciembre murió tras resultar quemada tras un confuso episodio en la localidad de Punta Alta. 12- Ivana Correa (23): El 25 de enero de 2011 sufrió quemaduras en la mitad de su cuerpo, en su casa de la localidad bonaerense de Monte Grande, y murió cinco días después en el hospital San Martín de La Plata. 13- Carolina Ruíz Díaz (32): El 28 de enero murió a raíz de las quemaduras que sufrió en el 70 por ciento de su cuerpo, durante una pelea que mantuvo con su concubino, Leonor Céspedes Arévalo (30), que quedó preso, en el barrio porteño de Parque Patricios. 14- Verónica Viviana Medina (32): El 3 de febrero murió en una clínica privada del partido bonaerense de Tres de Febrero a raíz de las quemaduras que sufrió tras ser rociada con alcohol y prendida fuego en su casa de la localidad bonaerense de Wilde, durante una pelea con su marido, que quedó preso por el hecho. 15- Analía Cáceres (30) fue trasladada al Hospital Héroes de Malvinas de Merlo, donde agonizó dos días hasta que murió, en tanto su marido fue detenido con algunas quemaduras y será indagado esta mañana por el fiscal de instrucción de Morón, Hernán Moyano.
TRAS LAS ÚLTIMAS DENUNCIAS DE TORTURAS
«El 100% de las mujeres torturadas han referido violencia sexista» Ane ItuiñoTorturaren Aurkako Taldea
GARA
Ituiño ha dado numerosas charlas sobre la violencia sexual en comisarías y calabozos, ha recopilado datos y testimonios, se ha reunido con instancias oficiales... Tras ello, y aunque resulte dramático, no duda en afirmar que la violación denunciada por Beatriz Etxebarria no le ha sorprendido. Y menos aún el silencio oficial posterior: «Al final, se trata de esconder la práctica de la tortura. Y si ello conlleva ocultar la violencia que se ejerce contra las mujeres en comisaría, pues también se hace».
Ramón SOLA | DONOSTIA
TAT no ha podido hablar todavía con Beatriz Etxebarria, pero en primer lugar, ¿qué reflexión hacen sobre esta denuncia de violación? ¿Les ha sorprendido?
Aunque no hayamos estado físicamente con Bea, sí estamos en contacto con los abogados que la han visitado en prisión. Ultimamente se repiten con demasiada asiduidad las agresiones sexuales a detenidas incomunicadas. En este sentido, no nos ha sorprendido tanto su testimonio, pero estamos hablando de la violación de una mujer en comisaría por parte de funcionarios públicos. Es toda una aberración.
¿Qué conclusión saca TAT de esta proliferación de casos?
Los agentes utilizan métodos de tortura específicos contra las detenidas no sólo para humillarlas como militantes, sino para humillarlas por ser mujer. Se puede comprobar leyendo los testimonios. No decimos que a los hombres no se les aplican métodos sexistas, sino que a las mujeres se les aplica sistemáticamente, y por ello entendemos que existe un componente de género. Prácticamente en el 100% de los casos de torturas a mujeres aparecen amenazas de violación, obligación de permanecer desnudas, tocamientos... y en los casos más graves, como éste, incluso la violación. En el año 2010 18 mujeres han denunciado torturas de componente sexual contra ellas. El 100% de las mujeres torturadas han relatado episodios de violencia sexista.
Los protocolos oficiales contra la violencia de género se han multiplicado en los últimos años. ¿No tienen ninguna aplicación en los calabozos?
Lo de comisaría no tiene nombre. Mientras a toda la clase política, sea del color que sea, se le llena la boca diciendo que hay que acabar con la violencia hacia las mujeres, se permite que en comisaría seamos agredidas y violadas. Es más, hemos asistido a cómo muchos de los políticos celebraban estas detenciones sin preocuparse del trato que podían estar sufriendo. Es una hipocresía que no tiene parangón. Hemos solicitado medidas de prevención que nadie ha puesto en marcha, ni jueces, ni políticos. Creemos que todos ellos también son responsables, de alguna manera, de la violación de Bea.
¿Los Observatorios contra la Violencia de Género conocen estas prácticas?
Hace un año, tras la detención de 34 jóvenes en 2009, mantuvimos una reunión con la Directora de la Oficina de Atención a Víctimas de Violencia de Género y le entregamos testimonios de mujeres jóvenes que habían sufrido torturas de carácter sexista. Aún no hemos visto ningún resultado de aquella reunión, los datos que le pasamos no se han reflejado en ningún lado y, desde luego, no se han tomado medidas desde esa Oficina. Al final, se trata de esconder la práctica de la tortura. Y si ello conlleva ocultar la violencia que se ejerce contra las mujeres en comisaría, pues también se hace.
¿Existe alguna condena o sumario abierto por abusos sexuales en calabozos? ¿Algún fiscal de violencia de género ha actuado de oficio alguna vez?
Hay alrededor de un centenar de casos en los Juzgados por torturas y de ellos un tercio serán de mujeres. En todos esos casos se ha denunciado que han sido desnudadas, amenazadas, insultadas y humilladas. Además hay casos muy graves en los que se han denunciado tocamientos, pero nada. Los Juzgados entienden que esas prácticas, aunque puedan tener componentes de agresiones sexuales, etcétera, son enmarcables dentro del delito de torturas. Esto significa que sigue el procedimiento habitual: archivo sistemático de las denuncias sin investigar y en muchas ocasiones sin ni siquiera tomar declaración a las denunciantes. Por supuesto, ningún fiscal ni juzgado específico ha actuado en ninguno de los casos. Quedan impunes y fuera de todas las estadísticas oficiales. Simplemente, no existen.
Parece evidente que prácticas como los tocamientos o los simulacros de violación no dejan huella. ¿Cómo probarlos?
La mayoría de las torturas que aplican no dejan marca alguna. La prueba de la tortura es siempre uno de los mayores problemas con los que nos encontramos. Se podría hacer mucho más si los médicos forenses hicieran mejor su trabajo, si se realizaran exploraciones psicológicas completas, si se recono- ciera a los y las detenidas detalladamente y cumpliendo los protocolos internacionales, si se realizaran exploraciones ginecológicas completas... Pero es que los forenses también forman parte del engranaje de la tortura y a ellos les corresponde esconder las pocas marcas o síntomas que pueden tener las personas detenidas.
En cualquier caso, hemos denunciado numerosas veces, y así lo ha dicho también el Tribunal de Estrasburgo, que la ausencia de marcas no debería ser un argumento para archivar. Además, la jurisprudencia ya ha señalado que en este tipo de delitos, al igual que en los de violencia de género, la declaración de las torturadas es una prueba imprescindible y fundamental.
Como ocurre con la violencia de género en general, ¿cree que también en el caso de detenciones incomunicadas se denuncian menos casos de abusos de los que suceden realmente?
Sabemos que en todos estos años ha habido mucha gente torturada, pero por miedo, vergüenza u otras razones nunca ha llegado a contar lo que le ha sucedido en comisaría, y a lo mejor dentro de este grupo también habrá gente que ha sufrido abusos sexuales que nunca han sido conocidos. En cualquier caso, lo importante es concienciar a las personas torturadas de la importancia de la denuncia pública y judicial. Esa es la mayor prueba de la existencia de la tortura y una herramienta única para contarle al mundo lo que pasa en Euskal Herria.
¿Qué cabe hacer ante todo esto?
Denunciarlo y movilizarse. Este trabajo nos compete a todas y todos: TAT, movimiento feminista, instituciones... pero sobre todo a la sociedad. Debemos acabar con los cimientos del sistema represivo y patriarcal, y eso sólo se consigue adquiriendo compromisos.
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