La huelga como ruptura de la cotidianeidad del capital ha sido un recurso importante de las luchas de los trabajadores. En México, debido a su régimen corporativo, donde los sindicatos eran sucursales del gobierno en turno, no tenemos memoria de grandes huelgas para obtener lo que es nuestro.
En los años recientes, los maestros democráticos agrupados en la CNTE, han insistido en la importancia de construir una convergencia nacional que paralice las actividades y permita crear una situación favorable a las reivindicaciones populares frente a patrones, políticos y gobiernos. Sin embargo, la propuesta tantas veces llevada y traída, no ha tenido el eco necesario. Algunos paros nacionales se han organizado sin mayores consecuencias para la producción de las ganancias o el control de los políticos.
Hoy día, la ofensiva del gobierno federal contra los sindicatos ha creado la necesidad de una huelga nacional. No se trata, solamente, de obtener reivindicaciones puntuales, sino y principalmente, de sobrevivir . El golpe contra el SME y la decisión de dar por terminada la huelga minera en Cananea son dos de los ejemplos más conocidos del carácter de la ofensiva capitalista contra todas y todos: se trata de exterminar a las organizaciones que representan un freno a la explotación de los trabajadores, se trata también, de exterminar las figuras básicas de las relaciones de trabajo: el contrato colectivo, la estabilidad en el empleo, las prestaciones «de ley» (seguro social, pensiones).
Desde nuestro espacio y nuestra historia no sentimos ninguna confianza hacia las dirigencias sindicales: en su casi totalidad son negociadores de vidas ajenas. Sin embargo, reconocemos el descontento que como un solo grito se levanta en todo el país ante una situación que no hace sino empeorar. No es sólo el desempleo y la crisis, es el hambre y la desesperación que aprietan tanto como las botas militares y los políticos cada vez más cínicos, lo que han hecho irrespirable nuestra vida cotidiana. Es también la falta de expectativas de que la situación «cambie» para bien en el futuro inmediato. Tales son las razones de una huelga nacional: parar la ofensiva en nuestra contra y crear nuevas condiciones para nuestras luchas.
En ese marco de aguda crisis social surge la propuesta de la huelga política nacional, lanzada por el SME a finales de 2009 y retomada a mediados de febrero, toda vez que el conflicto creado por la extinción de Luz y Fuerza no ha encontrado un cauce legal para su solución. La necesidad de la huelga política nacional también está anclada en el enésimo ataque contra las huelgas mineras y en especial contra la de Cananea, a la que un tribunal colegiado pretende desaparecer de un plumazo sin ningún sustento jurídico.
Estamos frente a una incógnita de largo alcance: la ofensiva del capital y los patrones ha orillado a grandes contingentes del movimiento social a estallar un movimiento de confrontación abierta ¿será posible desencadenarlo, rompiendo de paso con la cultura de negociaciones corporativas que caracterizan al sindicalismo en México?
Tercera llamada, comenzamos!!!
Llamado a la Huelga Política Nacional
Porque el pueblo ya no aguanta más, el próximo 16 de marzo a las 12 hrs., cientos de miles de banderas rojinegras serán instaladas en escuelas, barrios populares, comunidades agrarias, plantas de energía eléctrica, centros de trabajo, y en todos los lugares donde nos encontremos, para mostrar nuestro repudio a los causantes del desastre nacional e impedir que sigan violando nuestros derechos constitucionales.
¡O son ellos, o somos nosotros! Los grandes empresarios y sus políticos nos han llevado al límite de la sobrevivencia y del enfrentamiento. En los últimos tres años el número de pobres pasó de 40 millones a más de 50 millones; entre 7 u 8 millones de jóvenes carecen de escuela y empleo, nuestros ingresos se han reducido entre 30 y 40 por ciento. El crecimiento económico de México es el más bajo de América Latina, el peor en toda la historia moderna. Además todos sabemos que la crisis social se profundizará en los próximos meses y años si no ponemos un “hasta aquí” a quienes desgobiernan. Mientras ellos sigan dirigiendo al país, no tenemos ninguna oportunidad de salir de la crisis social, antes, al contrario, esta se profundizará junto al terrorismo de estado que a nombre del supuesto combate a la delin-cuencia organizada, militariza la nación y avanza hacia la implantación de una dictadura cívico-militar al servicio de los Estados Unidos.
Conscientes del desafío, más de un millar de organizaciones civiles, sociales, sindicales, políticas y ciudadanos, nos hemos dado a la tarea de construir un espacio común, un Congreso Social plural, ampliamente representativo, que avance en la formulación de un Proyecto de Nación realmente popular, que sea la base de un Nuevo Constituyente. Al igual que en los tiempos de la Independencia, la Reforma y la Revolu-ción, los mexicanos seguiremos perseverando en nuestro sueño de hacer realidad la democracia desde el pueblo, la justicia social y la sobe-ranía nacional. Luchando es como conmemoramos los Centenarios.
Esta huelga es la oportunidad de todos y todas para detener a quienes usurpan el gobierno de la República y violentan los derechos del pueblo. Llamamos a la participación de los mexicanos, a que se levanten en todos los rincones de la patria, a que paralicen la producción, la distribución de mercancías, a que ocupen las tierras que les han sido arrebatadas, a tomar los caminos, a protestar en las plazas, en los valles y senderos, armados de la razón y de la confianza en que venceremos.
Los convocamos a luchar por las siguientes demandas y las que ustedes tengan a bien formular:
En defensa de la economía popular:
Reducción de impuestos y precios de servicios públicos y ali-mentos.
Aumento salarial de emergencia, programa nacional de empleo, alimentación y vivienda.
Por los derechos laborales:
Solución a las demandas del SME, de Cananea y el sindicato mi-nero, la UNT y la CNTE.
Respeto a la autonomía sindical.
Respeto pleno a la Ley Federal del Trabajo y la Constitución.
Por los derechos sociales:
Incremento del presupuesto para la educación, la ciencia y la cultura.
Servicio médico universal.
No a la privatización del petróleo, el agua, los minerales y la electricidad.
Solución a los afectados ambientales.
Por la soberanía alimentaria:
Programa emergente para asegurar la soberanía alimentaria y la erradicación de la pobreza en el campo.
Respeto a la autonomía y los derechos de los pueblos indígenas.
Contra la impunidad y la militarización:
Juicio político a Calderón.
Libertad a los presos políticos.
Castigo a los violadores de los derechos humanos.
Por el regreso de los militares a sus cuarteles.
Asamblea Nacional de la Resistencia Popular
Congreso Social
Forma tu Comité de Huelga.
Repórtalo al correo: sinmexel@sme.org.mx o al teléfono: 55 92 70 61
Asamblea Nacional de la Resistencia Popular
Dos audios de miembros del SME hablando de la huelga:
Humberto Montes de Oca, secretario del interior, explica el carácter de la huelga política nacional, durante la Asamblea Plenaria del SME (24 de febrero de 2010)
Mario Benítez habla sobre el momento que vivimos y la necesidad de que la huelga política nacional paralice las actividades, durante la Asamblea Plenaria del SME (24 de febrero de 2010)
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