La lucidez de Montemayor, guía en la oscuridad
Carlos: siempre te gustó la realidad, la enfrentaste con mucho valor y la enriqueciste con tu sabiduría. Ahora nos dejas frente a ella, descarnada, sin ti, pero con tu voz y tu lucidez que seguirán siendo una guía en la oscuridad de este tiempo mexicano. Será la lengua materna, será la poesía temprana, serán los pueblos originarios, serán las flores y el canto... algo será que, en tu memoria, recupere la fragancia de éste, tu amado México.
Un abrazo a toda tu familia,
Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe
Se fue para vivir eternamente
El maestro Carlos Montemayor fue un mexicano excepcional, abogado, poeta, escritor, tenor, traductor, ensayista e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua; pero sobre todo, poseedor de un agudo e incisivo pensamiento crítico y una militancia como luchador de la justicia social, quien al lado de otros excepcionales mexicanos como Miguel Ángel Granados Chapa, Samuel Ruiz, Juan de Dios Hernández Monge, Enrique González Ruiz, Rosario Ibarra y Gilberto López y Rivas, integró la Comisión de Intermediación entre el EPR y el gobierno federal para el tratamiento de la desaparición forzada de que son objeto dos de los militantes de esa agrupación armada, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
Don Carlos, usted se ha ido para vivir eternamente, nunca lo olvidaremos.
Foro Permanente por la Comisión de la Verdad: Reyna García González, Yolanda Robles Garnica, David Cilia Olmos, José Enrique González Ruiz, Enrique Torres Díaz, Teresa Rivera Ávila, Fausto Trejo, Luis Sosa Pérez, Jaime Cuéllar Castañeda, Enrique Cortez Reyna, Fernando Fernández Jaramillo, Ana Ignacia Rodríguez Márquez, Adolfo Palma, Beatriz Reyes García, María de los Dolores López Mariscal, Daniel Torralva Álvarez y Rosa María Olmos
Condolencias desde Cuba
La muerte del amigo y compañero Carlos Montemayor conmovió a muchos en Cuba. Brilló ante todo por su extraordinaria sencillez, más allá de su saber. Sentirlo como amigo será para mí de inolvidable significado. Compartir con él era sentirme acompañado y apoyado mientras residí entre el hermano pueblo de Juárez. Sus ideas, talento y agudeza intelectual y el incondicional apoyo a mi patria siempre se hicieron patentes en momentos difíciles, por eso lo sentí siempre como un mexicano que me recordaba al inolvidable amigo de José Martí, Manuel Mercado.
México pierde a un hombre de talla intelectual extraordinaria; su pueblo, a uno de sus incondicionales defensores. Mis condolencias a su esposa, familiares y amigos.
Pedro Margolles, La Habana
De ex presos políticos
Carlos Montemayor, sin duda, vive y vivirá para siempre en el corazón del pueblo mexicano, particularmente en el de los pueblos indígenas. Con gran sensibilidad acompañó la lucha de los oprimidos, perseguidos, torturados, encarcelados y desaparecidos políticos.
Recordaremos siempre su manto protector en los peores momentos de la cárcel y el valor con que defendió las mejores causas de México. Carlos, vives en el corazón del pueblo.
David Cabañas Barrientos, Felipe Canseco Ruiz, Hermenegildo Torres Cruz, Italo Díaz Díaz, Pablo Torres Hernández, Rubén Díaz Díaz, Rey Venegas Castro, Enrique Itehua Salas y Bonifacio Ramírez Carmona, ex presos políticos militantes de Izquierda Democrática Popular
Adiós al hombre excepcional
Carlos Montemayor no fue mi amigo, aunque nos conocimos y nos vimos varias veces. Sin embargo, su fallecimiento me dolió porque era un hombre excepcional en muchos sentidos y, además, de izquierda y comprometido con esta corriente. Lo vamos a extrañar.
Octavio Rodríguez Araujo
El escritor, estremecedor de conciencias
Nos sumamos a la consternación por la muerte de Carlos Montemayor, estremecedor de conciencias por los más pobres.
Asociación Nacional de Abogados Democráticos
Desde Chihuahua, solidaridad con familiares
La dirigencia nacional colectiva del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci) se conduele y expresa su amplia solidaridad con la familia de Carlos Montemayor (Susana de la Garza y sus hijos Emilio, Alejandra, Jimena y Victoria), por el fallecimiento del escritor.
El pueblo de México sabe y reconoce en la persona de Carlos a uno de los más congruentes mexicanos y defensor de nuestra causa indígena. Como organización combativa, te saludamos, Carlos, donde quiera que te encuentres.
Catarino Torres Pereda, Pedro Castillo Aragon, Jorge Lavariega Hernández y José Matilde Abarca, Tuxtepec, Oaxaca
Enorme pérdida para el mundo
La muerte de Carlos Montemayor representa una enorme pérdida no solamente para su familia o la comunidad académica y cultural del país, también para todos aquellos que en México y el mundo levantamos la voz contra la injusticia de la guerra y el imperialismo, como quedó refrendado en el discurso que Carlos pronunció en la histórica manifestación antibélica el 15 de febrero de 2003, cuando se hermanaron más de 50 millones de personas en más de 600 ciudades contra la invasión estadunidense a Irak, la cual continúa cobrando vidas inocentes.
Lamentamos la prematura muerte de quien con su voz y pluma enarboló el anhelo de paz que la sociedad mexicana expresó, sumándose al coro mundial no a la guerra, no en nuestro nombre. Descanse en paz.
Por la Plataforma Mexicana contra la Guerra y el Imperialismo No a la guerra, no en nuestro nombre, México, Gabriel Pérez, Rosa García y Aracely Cortés
Sus pasos, imborrables
Tuve la enorme satisfacción de conocer a Carlos. Lo recuerdo sobre todo cuando nos visitaba para comer un asado.
Para mí, saber que Carlos Montemayor vendría a la casa era todo un evento, así que hacía lo necesario para no faltar; incluso salía corriendo de mis partidos de futbol, con tal de estar ahí.
¿Cómo lo recuerdo? Como un hombre sumamente amable, lleno de historias, anécdotas y datos curiosos que estaba más que dispuesto a compartir. Pero además, me llamó mucho la atención su disposición a escuchar.
Yo estaba ahí, sentada a la mesa viendo y oyendo todo alrededor, empecinada en no perderme nada. Él volteaba hacia mí y me preguntaba: ¿Qué estás haciendo? ¿En qué proyectos andas? Recuerdo haberle contado en alguna ocasión de lo que hacemos en HIJOS. Él me miraba, sonreía, amable, y me escuchaba.
Es mucho el dolor; es difícil explicar lo que pasa ahora. Si de por sí es difícil escribir la muerte, este tipo de muerte, él, que se siente tan hondo, tan compartido por tantos, tanta ausencia de pueblo, nos hace tanta falta a todos –incluso a los que no lo saben– por esa injusticia que él combatió …
En otra ocasión, cuando realizaba con mis compañeros de la UNAM el documental Mujer-guerrilla, fuimos a entrevistarlo en su casa. ¡Imaginen! Unos estudiantes de licenciatura soñamos con entrevistar a Carlos, hombre siempre ocupado que nunca paraba en sus mil y un proyectos, y ahí llegamos. Nos abrió las puertas de su domicilio y empezó a contestar nuestras preguntas.
Me quedó muy grabado el momento en que nos dijo algo así como primero está la violencia del Estado, que es la del hambre y la falta de educación; luego había una reacción por una parte de la sociedad y a eso se le dice violencia y terrorismo, es decir que está todo al revés.
Esto es muy doloroso. Nos quedamos con uno menos de los nuestros. Pero queda el consuelo –mejor dicho, la certeza– de su paso imborrable y trascendente por esta tierra; su semilla sembrada que no cesa y seguirá dando frutos que a su vez traerán semillas nuevas. Carlos Montemayor es ejemplo para los jóvenes que, como yo, lo miramos y decimos que sí, que ese mundo mejor es posible; es una luz persistente que podemos sentir cada vez que exigimos la presentación con vida de cada desaparecido; cada vez que damos un paso porque este sea un país más justo; cuando leemos sus libros, escuchamos su música; cuando somos, como decía El CheGuevara, capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, porque esa es la cualidad más linda de un revolucionario. Nuestro Carlos lo es.
Carlos querido: hoy que pareces faltarnos en el corazón y en nuestro ser mexicano, vuelves a enseñarnos algo: que tu amor por la vida y el prójimo fue tanto que se seguirá sintiendose por siempre y como decía Roque Dalton: A quienes te digan que nuestro amor es extraordinario, porque ha nacido de circunstancias extraordinarias, diles que precisamente luchamos para que un amor como el nuestro (amor entre compañeros de combate) llegue a ser en El Salvador el amor más común y corriente, casi el único.
Te extrañaremos, pero seguiremos tu ejemplo, tu lucha, y así te seguiremos queriendo, querido Carlos, gracias por haberte conocido.
Ana Valentina López de Cea
Tomado de El Correo Ilustrado de La Jornada
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