Protesta por el asesinato de Javier Valdez Martes 16 de mayo, 19:30 hrs en SEGOB #PrensaNoDisparen
“Hacer periodismo es caminar por una invisible línea marcada por los malos”: Valdez
Galardonado en 2011 con el Premio Internacional de Libertad de Expresión, Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa, resumía el impacto de la escalada de violencia en la tierra de Joaquín El Chapo Guzmán Loera: “He sido periodista estos 21 años y nunca antes lo he sufrido y gozado con tanta intensidad y con tantos peligros… Hacer periodismo es caminar por una invisible línea marcada por los malos que están en el narcotráfico y en el gobierno, uno debe cuidarse de todo y de todos”.
Con casi 18 años de trabajar en La Jornada, la violencia del narcotráfico y el despliegue y organización del crimen organizado fueron temas recurrentes, casi monopólicos, en su quehacer periodístico para este diario. Entre las últimas notas desplegadas en La Jornada daba cuenta del desenlace de la disputa por la plaza en Sinaloa, tras la reaprehensión y extradición de El Chapo Guzmán, en especial la abierta confrontación entre Dámaso López, El Licenciado –cuyo estrecho vínculo con el ex jefe del cártel del Sinaloa llegó hasta el compadrazgo–, con los hijos de Guzmán Loera.
En esa información, publicada el pasado 3 de mayo, Valdez Cárdenas reproducía la historia de las pugnas entre ambas partes, describiendo el origen de sus enfrentamientos, las áreas de influencia e incluso daba cuenta del papel que empezaba jugar Ismael Zambada García, El Mayo, para tratar de apaciguar esa disputa.
“El 4 de febrero, los jefes de los tres grupos se reunieron en una zona cercana a la comunidad de Mojolo, al norte de Culiacán. A la cita –de acuerdo con versiones extraoficiales– llegaron los hijos de El Chapo y Zambada, quien aparentemente los citó, pero no Dámaso. Cuando salían del fallido encuentro fueron atacados por un comando y luego rescatados por pistoleros de El Mayo Zambada, quien logró salvarlos ilesos.”
La referencia pormenorizada de lo ocurrido reflejaba el conocimiento que tenía Valdez de la situación del narcotráfico en Sinaloa y el seguimiento puntual que dio a los reacomodos en el crimen organizado en tierra de narcotraficantes y con altos niveles de violencia.
La última nota de Valdez publicada en La Jornada fue el sábado pasado.
Asesina comando armado a regidor de Navolato, Sinaloa, fue el título de la información en que se daba cuenta de la operación de un comando que ejecutó a balazos a José Manuel Monjardín, en la comunidad Las Aguamitas.
Hasta el final de su trabajo como corresponsal, narrar la violencia en su entidad fue su principal signo.
#UnDíaSinPeriodismo Protesta por el asesinato de la libertad de expresión
Ayer fue un día negro para el periodismo mexicano. Nos levantamos todavía con la sangre hirviendo por los periodistas que fueron retenidos y robados en Guerrero por un numeroso grupo armado. En la tarde, la trágica noticia llegó: el prolífico y combativo periodista Javier Valdez Cárdenas, fundador de Río Doce, había sido asesinado en Culiacán, Sinaloa. Algunas horas después, Sonia Córdova, subdirectora del diario El Costeño, fue baleada en compañía de su hijo en Autlán, Jalisco. En respuesta, medios de comunicación como el portal Animal Político, la revista Nexos, Tercera Vía, Lado B, Proyecto Puente, Horizontal, El Siglo de Durango o Vice decidieron hacer un paro de labores para protestar contra la impunidad en los asesinatos de periodistas: el de Javier y Regina y ‘Goyo’ y Rubén y Miroslava y Moisés y Anabel y Pedro y Max y Alberto y Daniel y Juan y cada uno de los más de 30 periodistas asesinados durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
La muerte del periodista Javier Valdez tuvo eco a nivel mundial. Periódicos y medios internacionales como El País, The Guardian, Al Jazeera, The New York Times y RT reprobaron el asesinato del autor de Narcoperiodismo: La prensa en medio del crimen y la denuncia. En casa, las cosas fueron un tanto distintas. Mientras que medios nacionales como La Jornada, diario del cual Valdez Cárdenas era corresponsal, El Heraldo y Noroeste presentaron portadas alusivas al homicidio del periodista, los medios tradicionales minimizaron la noticia y apenas incluyeron información referente al caso en sus tapas. Una línea y/o un recuadrito. Eso fue todo. ¿Qué dicen estas portadas sobre la situación del periodismo en México?
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