Cátedra Socialista Pasado y Presente
- María De La Luz Arriaga (Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública)
Antonio Gramsci no fue especialista en temas de educación, y su formación universitaria transcurrió por otros terrenos. Sin embargo, como dirigente político y como intérprete del materialismo histórico en clave de “filosofía de la praxis”, abordó permanentemente el tema de la pedagogía en su actividad pública y en los “Cuadernos de la Cárcel”.
Para Gramsci, los intelectuales tienen una función de crear hegemonía para las clases dominantes en el nuevo estado, o “Estado ampliado”. Los intelectuales no constituyen un grupo social autónomo sino que “cada grupo social naciendo en el terreno originario de una función esencial del muerdo de la producción económica, crea conjunta y orgánicamente uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función, no sólo en el campo económico, sino también el social y el político”. En este sentido, si bien todos los hombres son intelectuales, no todos tienen en la sociedad la función de intelectuales, sólo aquéllos que traducen, en sentido común, los conceptos complejos de los dominadores para las clases populares. Todo ello se transmite por los medios privados de hegemonía (radio, tv, periódicos, revistas, etc.).
Así, los intelectuales y la educación juegan un papel muy importante en la formación del individuo, ya sea para perpetrar más la dominación, o para crear una voluntad colectiva nacional-popular. Las actuales condiciones de México requieren de una educación científica y humanista para conducir a nuestro país por un mejor rumbo. La Cátedra Socialista Pasado y Presente emprende la batalla en el terreno teórico e invita a los universitarios a participar en la formación de intelectuales orgánicos de las clases populares.
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