Julian Assange me dijo hace poco en Londres “La gente dice que Australia le dio dos personas al mundo: Rupert Murdoch y yo.” Assange, el fundador del sitio web WikiLeaks, que difunde información filtrada por informantes, respondió con modestia al modo en que lo presenté ante un público de 1.800 personas en el teatro Troxy del este de Londres. En la presentación sugerí que Assange posiblemente había publicado más que nadie en el mundo. Assange replicó que Murdoch es quien se lleva ese premio.
Dos días más tarde, explotó la noticia de la intervención del teléfono de Milly Dowler, lo que provocó que en una semana Murdoch cerrara News of the World, uno de los periódicos más grandes del mundo.
El martes, Rupert Murdoch afirmó ante el Comité de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes de la Cámara de los Comunes británica que era el día en que se sentía “más humilde”. Pero, ¿qué significa para un hombre sin humildad vivir su día más humilde? Quizás el principal resultado de la audiencia del comité fue confirmar que Rupert Murdoch no se considera responsable de las actividades delictivas que están siendo investigadas, desde soborno a la policía hasta escuchas telefónicas ilegales. Cuando se le preguntó si él era responsable en última instancia, su respuesta fue simple: “No”. “¿Quiénes son los responsables entonces?”, le preguntaron: “La gente en la que confié para que administrara el periódico y quizá la gente en la que ellos confiaron”, dijo.
Las negativas monosilábicas contrastaron con la habilidad retórica de su hijo, James Murdoch, quien le recordó a cada rato al comité que él no estaba a cargo de News of the World durante los oscuros días de las intervenciones telefónicas y los sobornos. En más palabras James dijo básicamente lo mismo: no sé nada.
La actuación, por ahora, parece haber funcionado. La culpa la tendrán otros, pero seguramente el dinero sigue ingresando a las arcas de Murdoch. El precio de las acciones de News Corp. aumentó durante el día. El aparente éxito de Murdoch en la audiencia puede atribuirse al abogado que permaneció todo el tiempo sentado detrás de James con cara de piedra: el Vicepresidente Ejecutivo de News Corp., Joel Klein.
Klein es una de las más recientes incorporaciones al equipo de dirección del imperio mediático de Rubert Murdoch. Fue contratado, según un comunicado de prensa de News Corp. como “alto asesor del Sr. Murdoch para una amplia variedad de iniciativas, como el desarrollo de estrategias empresariales para el emergente mercado educativo”. Klein fue consejero de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton.
Algo que probablemente esté más vinculado con su contratación por parte de Murdoch es que hasta hace poco Klein ocupaba el cargo de Director General de Escuelas de la Ciudad de Nueva York, el sistema de enseñanza más grande de Estados Unidos, que tiene una matrícula de más de 1 millón 100 mil estudiantes en más de 1.600 escuelas. Klein, durante el gobierno del alcalde Michael Bloomberg, realizó una polémica restructuración del sistema escolar. Mi colega de “Democracy Now!”, Juan González, que es columnista del New York Daily News (el principal competidor del New York Post de Murdoch), documentó de manera sistemática los fracasos de la gestión de Klein e informó acerca de “numerosos padres y maestros que hace mucho tiempo se cansaron de su estilo autocrático e irrespetuoso”, escribió Juan. El intento de Klein de cerrar 19 escuelas en algunos de los barrios más pobres de la ciudad fue revocado por la Corte Suprema del Estado de Nueva York. Así mismo, se demostró que las afirmaciones realizadas durante la gestión de Klein de que hubo una mejora en el desempeño de las pruebas estandarizadas estaban basadas en calificaciones infladas.
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