La sublevación en la ONU (Primera y Segundas parte)
El líder de la Revolución Cubana se refiere en esta reflexión a la cita del pasado martes 26 de octubre de la Asamblea General de la ONU, la cual fue convocada con un objetivo: «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba». «Éste proyecto es el más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas», afirma el Comandante en Jefe. La reunión el pasado martes 26 de octubre de la Asamblea General de la ONU, que se supone sea la máxima autoridad política del planeta, fue convocada con un objetivo tantas veces repetido que ya es familiar: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.”
Es el proyecto más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas.
Todos sabemos que, si tal imputación se hiciera contra Cuba o cualquier otro país latinoamericano o caribeño, y éste no se diera siquiera por aludido, sobre ese país lloverían raíles de punta. El acto detestable que con tanta claridad y precisión se atribuye a “Estados Unidos de América”, cuyo cese se demanda, está calificado en el derecho internacional como “acto de genocidio”.
Se eleva ya a 19 el número de veces que, desde el año 1992, se viene aprobando por la Asamblea General, demandando el cese de esa abusiva y criminal acción. Pero si crecía el número de veces que se reiteraba y aprobaba la Resolución, crecía también el número de países que le ofrecían su apoyo, disminuía el de los que se abstenían y el minúsculo grupito que votaba contra ésta. En la última, fueron ya solamente dos los que la rechazaron y tres los que se abstuvieron al votar, cuyos nombres corresponden a pequeños Estados que en realidad son dependencias coloniales de Estados Unidos.
Un hecho a tener en cuenta es que en el mundo se han producido grandes cambios desde que se fundó la ONU, cuando todavía no habían cesado los combates de la Segunda Guerra Mundial, que costó 50 millones de vidas y una enorme destrucción. Muchos países que hoy constituyen la mayoría de las Naciones Unidas, eran todavía colonias de las potencias europeas, que se habían apoderado por la fuerza del territorio de la mayor parte del mundo y, en algunos continentes, casi de su totalidad. Cientos de millones de personas, en no pocos casos, de civilizaciones mucho más antiguas y de superior cultura, fueron sometidos al coloniaje en virtud de la superioridad en armamento de los agresores.
Cuba no fue una excepción.
En este hemisferio, la última colonia de España fue nuestro país, por sus riquezas en productos agrícolas escasos y de gran demanda entonces, que surgían de las manos laboriosas de campesinos libres y cientos de miles de esclavos de origen africano. Cuando las demás colonias de España se habían liberado en las primeras décadas del siglo XIX, ésta mantenía con mano de hierro y los métodos más despóticos su colonia en Cuba.
En la segunda mitad de ese siglo, nuestra isla, en la que España soñó tener un baluarte para la reconquista de sus antiguas colonias en Suramérica, fue cuna de un profundo sentimiento nacional y patriótico. El pueblo cubano inició la batalla por su independencia casi 70 años después que las demás naciones hermanas de América Latina, sin más armas que el machete con que se cortaba la caña, y el brío y la rapidez de los caballos criollos. En poco tiempo los patriotas cubanos se volvieron temibles soldados.
Treinta años más tarde nuestro sufrido pueblo estaba a punto de alcanzar sus objetivos históricos en la lucha heroica contra una decadente pero tozuda potencia europea. El ejército español, a pesar del enorme número de soldados que contaba, era ya incapaz de mantener la posesión de la isla, donde sólo controlaba las principales áreas urbanas y estaba a punto del colapso.
Fue entonces cuando el pujante imperio, que nunca ocultó su intención de apoderarse de Cuba, interviene en aquella guerra tras declarar cínicamente que “el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”.
Finalizada la contienda, a nuestro país se le negó el derecho a participar en las negociaciones de paz. El gobierno español consumó la traición a Cuba poniéndola en manos de sus interventores.
Estados Unidos se apoderó de los recursos naturales, las mejores tierras, el comercio, los bancos, los servicios y las principales industrias del país. Nos convirtió en neocolonia. Eso tuvimos que soportar durante más de 60 años, pero volvimos a ser independientes y jamás dejaremos de luchar. Con estos antecedentes, los lectores de otros países comprenderán mejor las palabras de nuestro canciller Bruno Rodríguez el 26 de octubre de este año.
El debate comenzó a las 10 de la mañana.
Primero hablaron 5 países en nombre del Grupo de los 77, el Movimiento de Países No Alineados, la Unión Africana, el CARICOM y el MERCOSUR, apoyando todos la Resolución.
Después hicieron uso de la palabra 14 países, entre ellos dos que tienen más de mil millones de habitantes cada uno: China e India, con casi 2 500 millones entre ambos; otros que cuentan con más de cien, como la Federación Rusa, Indonesia y México; otros 9 con reconocido papel en la vida internacional: Venezuela, República Islámica de Irán, Argelia, Sudáfrica, Islas Salomón, Zambia, Gambia, Ghana y Barbados; 19 intervenciones antes de Bruno.
Su discurso fue lapidario. Citaré muchas veces párrafos enteros de sus palabras. Lo inició con una referencia a los graves peligros de guerra que nos amenazan y añadió:
“Para sobrevivir, es imprescindible un salto en la conciencia de la Humanidad, sólo posible mediante la difusión de información veraz sobre estos temas que la mayoría de los políticos esconden o ignoran, la prensa no publica y que, para la gente, son tan horrorosos que parecen increíbles.”
“…la política de los Estados Unidos contra Cuba no tiene sustento ético o legal alguno, credibilidad ni apoyo. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta Asamblea General de las Naciones Unidas que en los últimos años han reclamado que se le ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero.”
“El rechazo de América Latina y el Caribe es enérgico y unánime. La Cumbre de la Unidad, celebrada en Cancún, en febrero del 2010, lo expresó resueltamente. Los líderes de la región lo han comunicado directamente al actual Presidente norteamericano. Puede asegurarse que el repudio expreso al bloqueo y a la Ley Helms-Burton identifica, como pocos temas, al acervo político de la región.
“Visiones igualmente inequívocas han sido refrendadas por el Movimiento de Países No Alineados, por las Cumbres Iberoamericanas, por las Cumbres de América Latina y el Caribe con la Unión Europea, por la Unión Africana, por las Cumbres del Grupo ACP y prácticamente por cualquier conjunto de naciones que se haya pronunciado a favor del Derecho Internacional y el respeto a los principios y propósitos de la Carta de la ONU.
“Es amplio y creciente el consenso en la sociedad norteamericana y en la emigración cubana en ese país contra el bloqueo y a favor del cambio de política hacia Cuba. [...] el 71% de los estadounidenses abogan por la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos…”
“Las sanciones contra Cuba permanecen intactas y se aplican con todo rigor.
“En el año 2010, el cerco económico se ha endurecido y su impacto cotidiano sigue siendo visible en todos los aspectos de la vida en Cuba. Tiene consecuencias particularmente serias en esferas tan sensibles para la población como la salud y la alimentación.”
De inmediato señala una serie de crueles medidas que afectan sensiblemente a niños con delicados problemas de salud, que el Gobierno de Estados Unidos no podría desmentir.
Luego expresa:
“Las multas de los Departamentos del Tesoro y Justicia contra entidades de su país y de Europa en este último año, por transacciones realizadas con Cuba, entre otros Estados, superan en su conjunto los 800 millones de dólares.”
Prosigue informando:
“La confiscación de una transferencia de más de 107 mil euros pertenecientes a la compañía Cubana de Aviación y realizada por medio del Banco Popular Español desde Madrid a Moscú, constituyó un verdadero robo.”
A continuación, nuestro Ministro de Relaciones Exteriores señala algo de mucha importancia sobre los efectos del crimen grosero contra la economía de Cuba, dada la tendencia a mencionar cifras históricas sobre el monto en dólares del valor de un bien mueble o inmueble, un préstamo, una deuda o cualquier otra cosa que sea medible en dólares norteamericanos, sin tener en cuenta el valor constantemente decreciente del dólar en las últimas cuatro décadas. A modo de ejemplo cito un refresco harto conocido: Coca Cola -sin cobrar nada por la publicidad. Hace 40 años costaba 5 centavos, hoy su precio fluctúa en cualquier país entre 150 y 200 centavos de dólar.
Bruno expresa:
“El daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo, supera en estos cincuenta años los 751 mil millones de dólares, en el valor actual de esa moneda.”
Es decir, no incurre en el error de utilizar la cifra de pérdidas que significó el bloqueo año por año, como si el valor de los dólares fuera exactamente igual cada año. Como consecuencia de la estafa mundial que significó la suspensión unilateral, por Nixon, del respaldo en oro de esa moneda, a la tasa de 36 dólares por onza Troy, unida a las emisiones de dólares sin límite alguno, el poder adquisitivo de esa moneda se redujo extraordinariamente. El MINREX se tomó el trabajo de solicitar a un grupo de expertos del Ministerio de Economía que hicieran la evaluación, y esta arrojó el daño económico del bloqueo a Cuba a lo largo de 50 años, expresado en el actual valor de esa moneda.
“El pasado 2 de septiembre” -dijo en su intervención-, “el propio presidente Obama ratificó las sanciones contra Cuba, aludiendo al supuesto ‘interés nacional’ de los Estados Unidos. Pero todos saben que la Casa Blanca sigue prestando mayor atención a los ‘intereses especiales’, bien financiados, de una exigua minoría que ha hecho de la política contra Cuba un negocio muy lucrativo.”
“Muy recientemente, el 19 de octubre, el presidente Obama calificó, según varias agencias de prensa, de insuficientes los procesos que, a su juicio, ocurren hoy en Cuba y condicionó cualquier nuevo paso a la realización de los cambios internos que quisieran ver en nuestro país.
“El Presidente se equivoca al asumir que tiene derecho a inmiscuirse y a calificar los procesos que hoy tienen lugar en Cuba. Es lamentable que esté tan mal informado y asesorado.
“Las transformaciones que hoy emprendemos responden a los anhelos de los cubanos y a decisiones soberanas de nuestro pueblo. [...] No se proponen complacer los deseos o satisfacer los intereses del gobierno de los Estados Unidos, hasta hoy siempre opuestos a los del pueblo cubano.
“Para la superpotencia, todo lo que no conduzca al establecimiento de un régimen que se subordine a sus intereses será insuficiente, pero eso no va a ocurrir porque muchas generaciones de cubanos han dedicado y dedican lo mejor de sus vidas a defender la soberanía y la independencia de Cuba.”
“Por el contrario, dicho gobierno ha continuado la arbitraria práctica de poner a Cuba en las espurias listas, incluida la de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo internacional, que fabrica el Departamento de Estado para calificar el comportamiento de otras naciones. Este país no tiene la autoridad moral para hacer tales listados -que como regla tendría que encabezar- ni existe una sola razón para incluir a Cuba en ninguno de ellos.
“El gobierno norteamericano también mantiene el injusto castigo a los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que sufren prisión hace más de doce años en sus cárceles, cuya causa ha concitado la más amplia solidaridad de la comunidad internacional.
“Cuba, que ha sido y es víctima del terrorismo de Estado, reclama a dicho gobierno que ponga fin al doble rasero y a la impunidad de que gozan en su territorio los autores confesos de actos de terrorismo que se gestaron al amparo de la política anticubana de ese país…”
Llegado a ese punto, Bruno le asestó a la delegación de Estados Unidos el puntillazo del famoso memorando del subsecretario asistente de Estado Lester Mallory, desclasificado decenas de años más tarde, que muestra el repugnante cinismo de la política de Estados Unidos.
“‘La mayoría de los cubanos apoyan a Castro [...] No existe una oposición política efectiva [...] El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno [al gobierno] es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno’.”
“A pesar de que la persecución económica constituye el obstáculo principal para el desarrollo del país y para la elevación de los niveles de vida del pueblo, Cuba muestra resultados innegables en la eliminación de la pobreza y el hambre, en índices de salud y educación que son de referencia mundial…”
“Cuba pudo declarar aquí, hace pocas semanas, un elevado y excepcional cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos resultados, alcanzados por Cuba, aún son una utopía para una gran parte de la población del planeta.”
“Cuba no cejará jamás en la denuncia del bloqueo y no dejará de reclamar el derecho legítimo de su pueblo a vivir y trabajar por su desarrollo socioeconómico en condiciones de igualdad, en cooperación con el resto de las naciones, sin cerco económico ni presiones externas.
“Cuba agradece a la comunidad internacional la firme solidaridad con nuestro pueblo, segura de que algún día se hará justicia y no será necesaria ya esta resolución.
“Muchas gracias.”
Dijo para concluir su primera intervención.
Prosigue mañana.
Fidel Castro Ruz
Octubre 31 de 2010
5 y 13 p.m.
(Tomado de CubaDebate)
Fidel afirma que en 50 años de bloqueo, Estados Unidos no ha podido, ni podrá, derrotar a la Revolución Cubana. Es un error creer que esa medida se puede mantener indefinidamente. Los pueblos están cansados ya de agresiones, saqueos, abusos y engaños, señaló
Cuando Bruno concluyó su intervención cerca del mediodía el pasado 26 de octubre correspondía el turno, como es norma, a las explicaciones de voto, antes de que el Proyecto fuese sometido a votación.
Habló primero el embajador de Estados Unidos Ronald D. Godard, asesor principal del área para Asuntos del Hemisferio Occidental, jefe de la delegación de su país. Sus inusitadas palabras hacen innecesario el análisis para demostrar que las denuncias del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba eran rigurosamente justas. Bastan sus propias afirmaciones para reflejar la entraña cínica de la política de ese país.
“…Estados Unidos […] está firmemente comprometido con el apoyo al deseo del pueblo cubano de determinar libremente el futuro de su país.”
“…Estados Unidos […] tiene el derecho soberano de decidir sus relaciones económicas con otro país. Las relaciones económicas de los Estados Unidos con Cuba es un asunto bilateral […] dirigidas a alentar un clima más abierto en Cuba y un mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.”
“No debemos perder de vista ese hecho en un debate plagado de argumentos retóricos del pasado y enfocado en diferencias tácticas, en un debate que nada hace para ayudar al pueblo cubano.”
“Mi delegación lamenta que la delegación de Cuba continúe, año tras año, calificando de manera inapropiada e incorrecta las restricciones comerciales a Cuba como un acto de genocidio. […] Estados Unidos no impone ninguna restricción a la ayuda humanitaria a Cuba…”
“En 2009, Estados Unidos […] autorizó 237 millones de dólares en asistencia humanitaria privada en forma de regalos con alimentos y otros productos esenciales, donaciones humanitarias no agrícolas y donaciones médicas.”
“En abril de 2009, el Presidente Obama indicó que ‘Estados Unidos busca un nuevo comienzo con Cuba’, pero que ‘hay un trayecto más largo aún que es preciso recorrer para superar décadas de desconfianza’. […] hemos iniciado conversaciones para restablecer el servicio postal directo entre los Estados Unidos y Cuba y hemos incrementado los intercambios artísticos y culturales…”
“El Presidente Obama ha dicho públicamente que la liberación de prisioneros políticos y las reformas económicas son positivas para el pueblo cubano. Estados Unidos espera ver el cumplimiento de dichas promesas pronto, así como una mayor apertura por parte del gobierno cubano como muestra de su voluntad de relacionarse constructivamente con su propio pueblo. […] Estados Unidos considera que no podrá plenamente alcanzarse una nueva era en las relaciones Estados Unidos-Cuba hasta que el pueblo cubano disfrute de las libertades políticas y económicas internacionalmente reconocidas, que este órgano ha hecho tanto por defender en otros países alrededor del mundo.”
“Gracias señor Presidente.”
De inmediato, explicó su intención de voto la jefa de la delegación de Nicaragua, cuyo pueblo conoció en sus entrañas la guerra sucia de Ronald Reagan que tanta sangre costó. Sus palabras fueron contundentes.
Se produce la votación y 187 países votaron a favor de la Resolución; dos votos en contra: Estados Unidos e Israel, su inseparable aliado en las acciones genocidas; y tres abstenciones: Islas Marshall, Micronesia y Palau. Ningún país de los 192 miembros de la ONU dejó de participar.
Concluida ésta, la representación de Bélgica, a nombre de la Unión Europea, aliada de Estados Unidos, abrió la participación de las delegaciones que deseaban explicar su voto.
Después usaron de la palabra 16 países con destacado protagonismo en la política internacional, para explicar por qué votaron a favor de la Resolución, en el siguiente orden: Uruguay, Bolivia, Angola, Myanmar, Suriname, Belarús, Saint Kitts y Nevis, Laos, Tanzania, Libia, Siria, Sudán, Vietnam, Nigeria, San Vicente y las Granadinas y la República Popular Democrática de Corea.
Permítase recordar que muchos países se abstuvieron de usar la palabra a solicitud de nuestra propia delegación, para que el proceso de votación no se dilatara demasiado en detrimento del mejor horario para la divulgación del debate, y el esfuerzo agotador que implicaba la participación de un número mayor de oradores. A pesar de eso, 37 delegaciones hablaron en términos claros y precisos a favor del justo Proyecto que por decimonovena vez aprobaba la Asamblea General de Naciones Unidas. Esta vez fue el más dilatado y enérgico debate sobre el delicado e importante tema.
A las 4 y 17 p.m. se escuchó la réplica de Cuba a través del Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país.
Lo esencial que dijo, aunque casi todo el texto era esencial, fue:
“Señor Presidente:
“Agradezco mucho sus palabras a los trece oradores y a las delegaciones presentes en esta imprevista sesión vespertina.
“Sobre lo dicho por Estados Unidos y la Unión Europea:
“Esta es la decimonovena ocasión en que la delegación de Estados Unidos nos repite lo mismo.
“El bloqueo es un acto de guerra económica y un acto de genocidio.
“¿Será que el Departamento de Estado no ha hecho la tarea, no ha estudiado el asunto?
“El año pasado leí aquí los artículos de las Convenciones correspondientes…”
“Ya leí hoy aquí el famoso Memorándum del señor Mallory.
“No son ‘argumentos ideológicos’ del pasado. El bloqueo es un viejo témpano que queda de la Guerra Fría. El asunto no es la retórica, sino el acto de agresión a Cuba.
“El propósito de Estados Unidos no es ayudar ni apoyar al pueblo cubano. Se sabe que el bloqueo provoca privaciones y sufrimientos. No provoca muertes porque la Revolución cubana lo impide. ¿Cómo podría explicarse que se castigue a los niños cubanos como se ha descrito aquí? Si se quisiera ayudar o apoyar al pueblo cubano, lo único que habría que hacer es levantar el bloqueo de inmediato.
“¿Por qué impiden a los norteamericanos visitar Cuba y recibir información de primera mano? ¿Por qué restringen los llamados contactos ‘pueblo a pueblo’?
“Los pretextos para el bloqueo han ido cambiando. Primero la supuesta pertenencia al eje chino-soviético, después la llamada exportación de la Revolución a América Latina, luego la presencia de tropas cubanas en África para ayudar a derrotar al apartheid, a preservar la independencia de Angola y lograr la de Namibia.
“Después, la manipulación sobre los derechos humanos. Pero el bloqueo es una violación brutal de los derechos humanos de los cubanos.
“Estamos dispuestos a discutir sobre violaciones de derechos humanos. Podemos empezar por el campo de concentración de Guantánamo, donde se tortura y no existe el hábeas corpus. Es el reino de las ‘Comisiones Militares’, fuera del Estado de derecho. ¿Podría la delegación norteamericana explicar qué pasó en los campos de Abu Ghraib, Bagram y Nama?
“¿Se instruyó de cargos a los responsables? ¿Se instruyó de cargos a quienes autorizaron en los gobiernos europeos las cárceles secretas en Europa y los vuelos secretos de la CIA con personas secuestradas? ¿Podría aclararlo el representante de la Unión Europea?
“Podemos hablar de Wikileaks. ¿Por qué no nos cuentan algo sobre las atrocidades que recogen los 75 mil documentos sobre crímenes en Afganistán y los 400 mil sobre Iraq?”
“Los cambios en Cuba son asunto de los cubanos. Cambiaremos todo lo que deba ser cambiado, para bien de los cubanos, pero no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos. Escogimos libremente nuestro destino. Para eso hicimos una Revolución. Serán cambios soberanos, no ‘gestos’. Sabemos que para Estados Unidos lo único suficiente sería instaurar en Cuba un gobierno pro-yanqui. Pero eso no va a ocurrir.”
“¿Quieren cooperación entre nuestras universidades? Eliminen las restricciones a los intercambios académicos, estudiantiles, científicos y culturales y permitan establecer acuerdos entre esas instituciones.
“¿Quieren cooperación contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas, los desastres naturales, el correo postal? Respondan, al menos, las propuestas que hemos presentado hace más de un año, sin condición alguna.”
“Un alto funcionario de la USAID confirmó ayer al periodista Tracey Eaton que, en el último período, han hecho llegar 15,6 millones de dólares a (cito) ‘individuos en el terreno en Cuba’. Así llaman a sus mercenarios.
“Las transmisiones ilegales de radio y televisión siguen.
“Los Cinco antiterroristas cubanos siguen en injusta prisión. Recientemente se ha sometido, sin motivo, a Gerardo Hernández Nordelo a confinamiento solitario y se le ha denegado atención médica.
“Terroristas internacionales confesos como Orlando Bosch y Posada Carriles se pasean libremente en Miami e incluso hacen allí actividad política.”
“El bloqueo es abusivamente extraterritorial y afecta a todos los aquí presentes. No es un hecho bilateral.
“Señor Presidente:
“A lo ya dicho sobre la Unión Europea tengo poco que añadir.
“No le reconocemos autoridad moral ni política alguna para criticar en materia de derechos humanos.
“Haría mejor en ocuparse de su brutal política anti-inmigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados y sectores de menos ingresos.
“El Parlamento Europeo, con toda desvergüenza y de manera infame, se dedica a premiar a los agentes pagados del gobierno de Estados Unidos en Cuba.
“Pero la Unión Europea sueña si cree que podrá normalizar las relaciones con Cuba, existiendo la llamada Posición Común.
“Muchas gracias.”
Todos esperábamos la respuesta de Estados Unidos a la réplica de Bruno. Lo mejor que hizo en su vida el embajador y la delegación —que no tuvo el gesto despectivo de abandonar la sala—, fue resistir a pie firme aquella andanada de argumentos irrebatibles. La réplica de Cuba los dejó paralizados; tuve la sensación de que se iban desvaneciendo progresivamente hasta desaparecer de la escena.
En 50 años de bloqueo la superpotencia no ha podido, ni podrá, derrotar a la Revolución Cubana. No me dediqué al ejercicio de contar los votos a favor o en contra de la “Resolución”. Observé, en cambio, el calor y la convicción de los que hablaron contra la injusta y arbitraria medida. Es un error creer que esa medida se puede mantener indefinidamente. Fue una sublevación. Los pueblos están cansados ya de agresiones, saqueos, abusos y engaños.
Nunca las delegaciones expresaron con más vigor su protesta contra la burla que implica el desprecio a la justa condena de la comunidad mundial contra un acto de genocidio que se reitera año por año. Están conscientes de que lo más grave es el saqueo sistemático de sus recursos naturales impuesto a la mayoría de los pueblos del planeta, la progresiva escasez de alimentos, la destrucción del medio ambiente, el creciente número de guerras genocidas contra otros pueblos, apoyadas en bases militares ubicadas en más de 75 países, y el creciente peligro de una conflagración suicida para todos los pueblos del mundo.
La ONU no puede existir sin la presencia de los pueblos que vienen exigiendo el cese del bloqueo. Esa institución, nacida cuando la inmensa mayoría no éramos siquiera independientes, ¿para qué sirve sin nosotros? ¿Qué derecho nos asiste, si no podemos siquiera demandar que cese el bloqueo impuesto contra un
pequeño país? De una forma o de otra nos han subordinado a los intereses de Estados Unidos y la OTAN, organización militar belicista que derrocha más de un millón de millones de dólares cada año en guerras y armas, que serían más que suficientes para llevar lo esencial a todos los pueblos del mundo.
Muchos países del Tercer Mundo se ven obligados a buscar soluciones con independencia de lo que ocurra a los demás; es como marchar sobre una estera que se mueve en sentido inverso a más velocidad.
Hace falta una ONU verdaderamente democrática y no un feudo imperial en el que la inmensa mayoría de los pueblos no cuenta para nada. La ONU, fundada antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, está ya agotada. No permitamos que nos impongan el ridículo papel de reunirnos una vez más dentro de 12 meses para burlarse de nosotros. Hagamos sentir nuestra demanda y salvemos la vida de nuestra especie antes de que sea ya demasiado tarde.
Fidel Castro Ruz
Noviembre 1 de 2010
5 y 53 p.m.
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