Cuando [mientras] los Jefes de los Estados de países desarrollados y en vías de desarrollo se reúnen para tomar acuerdos que mejoren la situación internacional; cuando [mientras] se discuten medidas para proteger a la humanidad de una catástrofe medioambiental, cuando en el mundo entero reclama por la Paz , el pueblo hondureño está viviendo momentos de terror fascista.
El gobierno ilegal que encabeza el golpista Roberto Micheletti, ha tenido implícitamente el apoyo de EUA en todas sus acciones. Muestra de ello es que el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Douglas Fraser, admitió que la base de Palmerola fue utilizada como puente aéreo para llevar fuera del país al entonces secuestrado presidente Zelaya.
Los golpistas han acudido a las acciones más terribles, que parecían historias que no podrían repetirse: abrir un estadio para encerrar a los detenidos, lo que hizo recordar lo vivido por el pueblo chileno con la dictadura de Augusto Pinochet; la violenta represión contra el pueblo hasta llegar al asesinato de hombres y mujeres de cualquier edad.
Son incapaces de contener la firme voluntad popular. El pueblo se mantiene en las calles, en asambleas permanentes, unidos a pesar de que los golpistas han ido aumentando la represión día a día porque sienten que sus protectores les aseguran impunidad.
Los golpistas han dado otro paso hacia el genocidio. Los ocupantes de la Embajada de Brasil que acompañan al Presidente Manuel Zelaya y su familia y los ciudadanos que se mantienen en marcha permanente, están siendo objeto de lanzamiento de armas químicas desde helicópteros y aviones y también son utilizadas por los militares, aparatos sofisticados de radiaciones sónicas y electromagnéticas que han producido afectaciones a los ocupantes de la sede diplomática y a quienes se encuentran en los alrededores, lo que ya ha ocasionado la muerte a una joven estudiante.
También contra los medios de comunicación ha arremetido este régimen fascista, encarcelando a un grupo de reporteros y a periodistas que se encontraban en las afueras de la embajada de Brasil.
Sin el apoyo de los EE.UU., afianzado con su presencia militar, los golpistas hondureños ya habrían abandonado el país ante la irrefrenable ofensiva popular.
A pesar de que en toda América Latina hay un enorme movimiento de solidaridad, de las medidas tomadas por muchos gobiernos y por la mayoría de los organismos y organizaciones internacionales y lo más importante, la resistencia del pueblo hondureño, sabemos que eso no basta. Es necesario que e l gobierno de EE.UU. retire totalmente su apoyo a ese gobierno de terror.
Llamamos a todas las organizaciones del mundo, a todas las personas de buena voluntad a exigir que se ponga fin al genocidio contra el pueblo hondureño y le sea restituido el orden, la democracia y la Paz.
Lic. Orlando Fundora López
Presidente de Honor Consejo Mundial por la Paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario