En entrevista con este blog, señala que el censo del INEGI sólo fue a algunas comunidades donde hay presencia de afros, cuando la realidad es que “hay negros en los 32 Estados del país”. El problema, señala, es que “México es el único país del continente que no reconoce a los afrodescendientes. No existimos en la agenda del Estado. No hay políticas públicas dedicadas a nosotros, y no podemos participar de los programas sociales porque nos dicen que nuestras credenciales son falsas, porque somos negros”.
Y agrega contundente:
“Los afros seguimos siendo esclavos en México. Es una vergüenza. Nuestras comunidades siguen en condiciones infrahumanas. Para nosotros la vida es realmente muy frágil por la discriminación. Nuestros niños sufren esta discriminación. México es un país racista porque hay racismo institucional”.
Las poblaciones afrodescendientes en México son atendidas por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, esta institución resulta insuficiente, ya que su creación y funcionamiento está dedicada a los pueblos indígenas, cuyas necesidades socio-culturales, son diferentes a aquellas de las y los afromexicanos. De tal manera —dice Metelus—, se requiere crear un organismo, basado en políticas públicas, que esté dedicada exclusivamente a ese casi millón y medio de personas afros que son marginadas por el Estado.
A principios de este mes septiembre, la CDNAM exigirá al Congreso el reconocimiento constitucional de la población afromexicana. Demandas históricas y al mismo tiempo pertinentes como que se cree una institución dedicada a ella; que existan becas reales, y no de esas —denuncia—, que en la UNAM supuestamente están dedicadas a los afros, pero se las quedan los hijos de los académicos. Que se reconozca que “hablar de la cultura mexicana, es hablar de la cultura africana”, al fin, aunque sea 216 años tarde.
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