Declaración de la IV Internacional sobre el triunfo del "no" en Grecia
La victoria del “no” anuncia las batallas decisivas contra la troika.
Declaración de la IV internacional.
El “no” griego es una bofetada magistral para los responsables de la troika, y a la primera fila de los responsables políticos de los partidos conservadores y socialdemócratas europeos.
Más de 61% de votos para el "no" cuando durante ocho días todos los medios se han puesto en marcha para impedir esta votación:
· En Europa, con una campaña directa por el “si” de todos los dirigentes europeos, las campañas de prensa de los grandes medios internacionales, los chantajes del BCE.
· En Grecia, con una campaña de toda la prensa y televisoras privadas, difundiendo sondeos dando toda la semana la victoria al "sí", los chantajes de la patronal, haciendo presión sobre sus asalariados para participar en las manifestaciones del "sí" y las amenazas de despido en caso de la victoria del "no", y paralelamente la toma de posición de la burocracia sindical vinculada al Pasok contra el referéndum, retransmitida por la dirección de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
Por lo tanto el resultado es el “no”, que es el voto de los obreros, los desempleados, las zonas populares de las ciudades y el campo, la juventud; el “sí” es el de las capas privilegiadas y los barrios de alto copete de Atenas, mayoritario solamente en el rango de edad de más de 65 años.
Los dirigentes europeos, no han podido, como en 2011, cuando Papandreu renunció al referéndum, impedir un voto democrático donde no se trata de elegir qué partido aplicará la política de austeridad dictada por los bancos y la patronal, pero sí de pronunciarse claramente por o contra esta política. Es un voto sin precedente en Europa.
Mientras que Syriza había recibido 2.2 millones de votos en enero, el "no" recibió 3.5 millones, para una participación inferior de 1%. Lo mismo al sumar los electores de ANEL, y una parte de aquellos del grupo fascista Amanecer Dorado (que llamó a votar "no"), la polarización alrededor de Syriza aportó más de 600,000 votos, acentuando la crisis de los representantes griegos de la troika: la Nueva Democracia (ND), el Pasok y To Potami. El Pasok y ND ven su crisis acentuarse, simbolizada por la dimisión de sus jefes de fila en un intervalo de pocos días. La esperanza de la troika, retomada por todos los medios de comunicación, de ver un gobierno "recomendable" llegar rápidamente a hacerse cargo, se convirtió en humo.
Los dirigentes europeos acaban de perder una segunda ronda en Grecia. Tras haber usado durante cinco años a los partidos tradicionales para una presión insoportable sobre el pueblo griego, esperaban que la llegada de Syriza en enero no sería más que un breve paréntesis en algunas semanas previo al retorno de "personas serias" a la cabeza de Grecia. Después del retroceso de Tsipras durante el acuerdo del 20 de febrero, ellos habían hecho la apuesta de una capitulación rápida y, al final de junio, el de la victoria del "sí". Merkel y Hollande hacían el cálculo de que, gracias al estrangulamiento de los bancos, el referéndum pondría a Tsipras de rodillas, forzándolo a dimitir o a someterse.
Al inicio de la tercera ronda, el razonamiento es el mismo: tras el choque de su derrota, los dirigentes europeos vuelven con su arrogancia habitual. Dicen "respetar" el voto del pueblo griego al tiempo que anuncian que no lo tienen en cuenta. No piensan cambiar nada a su política y por ello la anulación o el alivio de la deuda no se discute.
Los votos se elevan en el campo de los dirigentes capitalistas para aceptar al menos un abandono parcial de la deuda. El mismo FMI reconoce lo absurdo de pedir a Grecia estrangular su economía y aumentar su deuda para reembolsar a las instituciones. La administración estadounidense teme también que forzar a Grecia a la salida de la zona euro cree a la vez una crisis de toda la unión europea y un riesgo de balance geoestratégico a los mercados de Europa.
Pero Angela Merkel y los dirigentes europeos quieren imponer una derrota política al pueblo griego y a su gobierno. Aceptar anular una deuda de 300 mil millones no es evidentemente un problema económico si se recuerda que la banca central va a querer inyectar 1,100 miles de millones de euros en la economía europea de aquí a finales del 2016 para combatir la deflación.
Es una elección política ya que no es posible para ellos aceptar que un pueblo, por su elección soberana, pueda negarse a aplicar las decisiones de las instituciones europeas.
La prueba acaba de ser hecha a los ojos de todos: que la UE y sus instituciones no son ni un espacio neutro ni un cuadro neutro. Es una organización política creada por los capitalistas para escapar a todo control popular en dirección abierta de sus intereses. Esta construcción no se reformará. Es ilusorio querer llevar una política alternativa aceptando la soberanía de instituciones autocráticas.
Por lo tanto en los próximos días, con una nueva relación de fuerzas, la alternativa para el gobierno griego será la misma que en las semanas precedentes: aceptar un acuerdo que persigue y agrava los ataques contra la población o tomar otra vía, la de la ruptura.
Tsipras estaba dispuesto a nuevas concesiones, pero lo que buscaba la troika era la liquidación de la experiencia de Syriza. EL acuerdo se hizo imposible a menos que se capitulara. Esto es lo que condujo a Tsipras a organizar el referéndum y reunir al pueblo griego contra los dictados de la troika. La política de las "instituciones internacionales" acaba de ser rechazada masivamente el pasado domingo. Desde entonces, el mandato dado por el pueblo griego es sin ambigüedad: negativa radical de un acuerdo que prolonga el desempleo, la miseria, el desmantelamiento de conquistas sociales y los servicios públicos.
Este mandato pasa por detener el pago de la deuda ilegítima y odiosa, por un camino que, con la nacionalización y el controle del sistema bancario, de a la población griega su soberanía sobre sus elecciones políticas, económicas y sociales. Estas son las opciones que expresa la izquierda griega, especialmente la izquierda de Syriza y los militantes de Antarsya que han contribuido a la victoria del "no".
Al contrario, el KKE (el Partido Comunista) llamando al voto nulo, ha rechazado elegir entre el "no" a la troika y el "sí" a las instituciones internacionales. Esta es una política sectaria inaceptable.
EL éxito del "no" es evidentemente presentado fuera de Grecia como un "no a Europa", para confundir a los ojos de las poblaciones europeas su significación política: es un "no" a las políticas de austeridad.
A pesar de esto, en toda Europa han tenido lugar estos recientes días numerosas manifestaciones de apoyo al pueblo griego. Los que estaban en la calle expresaban una cosa simple: al contrario de aquellos que quisieran inculcar la propaganda oficial, el interés de los(as) explotados(as) en Europa no se sitúa detrás de los gobiernos que dirigen la Unión Europea, pero sí junto a la población griega y Syriza, quienes combaten la austeridad.
La resistencia a la austeridad es posible. Las victorias de Syriza, como los avances de Podemos en el Estado español, muestran el camino a tomar en todos los países de Europa: Construir una representación política de los explotados de cara a los dictados capitalistas.
En toda la Unión Europea debemos exigir la anulación de la deuda ilegítima que estrangula al pueblo griego y contestar con toda legitimidad a las políticas criminales de austeridad.
El enfrentamiento no ha más que comenzado, porque se trata de un enfrentamiento entre el pueblo griego y potencialmente, todos los pueblos europeos y las instituciones de la troika. En esto, los griegos movilizados contra la troika necesitarán la unidad de todas sus fuerzas cara a la agresividad de la troika y los dirigentes europeos. Las trabajadoras y los trabajadores de Europa tocados por las mismas políticas deberán movilizarse junto al movimiento social y político griego opuesto a la austeridad, al lado del gobierno griego en todas las medidas que serán necesarias tomar para resistir al dictado de la troika.
7 de Julio 2015
Secretariado del Buró Ejecutivo de la IV internacional.
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